lunes, 9 de enero de 2017

LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES FRANCESAS

El día 23 de abril, en primera vuelta, están convocadas las elecciones presidenciales en Francia, que, si fuera necesario, tendrían una segunda vuelta el día el 7 de mayo. Se elige presidente para un mandato de cinco años y en Francia, como todo el mundo sabe, el presidente de la República no es un cargo figurativo, tiene poder ejecutivo y nombra al primer ministro. Si las elecciones presidenciales en el país vecino son siempre las mas importantes, esta vez lo son aún mas, porque, por primera vez, existe la posibilidad de que la ultraderechista Marine Le Pen las pueda ganar. Ante esa eventualidad, ha cundido el pánico en muchos sectores de la sociedad gala, sobre todo en el Partido Socialista, que ve incrédulo como muchos de sus tradicionales votantes pueden caer en las redes “populistas” si en la segunda vuelta Le Pen se las tiene que ver con el candidato de la derecha, François Fillon.  Al contrario que en España, no ha surgido en Francia un movimiento político fuerte, como Podemos, a la izquierda del Partido Socialista, “La noche en pié”, que es algo parecido, tiene una presencia modesta en la política francesa, por eso muchos analistas empiezan a barajar que es muy probable que una gran parte del voto de los trabajadores acabe en el Frente Nacional, porque si se comparan los programas del ultraliberal Fillon y del partido de Le Pen el segundo resulta mucho mas atractivo para la mayoría de la clase media-baja, estoy hablando de los trabajadores y de los pensionistas. Hasta tal punto es verdad que el pánico se está enseñoreado en Francia que Manuel Valls, el candidato socialista a la presidencia y hasta hace poco primer ministro, ha dicho que no descarta que Rusia intente interferir en las elecciones presidenciales francesas con ciberataques. En el Kemlin estas bobadas, vengan de EE UU o de Francia, ya se las toman a risa. “Antes el peligro era el fantasma del comunismo y ahora los ordenadores de Putin”, dicen.

Los pésimos resultados que todas las encuestas dan al PSF nada tienen que ver con imaginarios ciberataques rusos sino con una reforma laboral derechista, por ejemplo, y con no poner coto a una inmigración descontrolada, que está causando muchos problemas a los franceses. Hasta ahora en Francia, como en otras partes de Europa, funcionaba el bipartidismo, y la alternancia en el poder entre el partido socialista y la derecha civilizada garantizaban la estabilidad, pero el mundo ha cambiado mientras los grandes partidos se han dormido en los laureles y no han sabido adaptarse a las nuevas circunstancias. La derechización de toda la socialdemocracia europea, que ha sido mucho mas evidente después de la crisis que provocó el estallido de la burbuja financiero-inmobiliaria, y la falta de políticas sensatas, provocando guerras, como la de Libia, que han originado un éxodo masivo de migrantes hacia Europa, han operado en la opinión pública de una forma que no todos han sabido ver. Por eso para la mayoría el triunfo del Brexit o de Donald Trump han sido unas sorpresas. Con esos precedentes y con los datos que reflejan las encuestas no es de extrañar que el miedo haga perder los nervios y que se empiecen, también en Francia, a ver conspiraciones donde solo hay irresponsabilidad.

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