Si sorprende la pasividad y
complacencia de la ciudadanía en general por las cosas que los políticos le han
hecho, y le están haciendo, todavía llama mas la atención la inacción de los
jóvenes, los mas perjudicados por la crisis económica. En efecto, ningún sector
poblacional está siendo mas perjudicado que los mas jóvenes, son ellos
especialmente los que mas están padeciendo los salarios de miseria y los
contratos basura, son ellos los que están teniendo que emigran en masa, dejando
atrás a sus familias y a su país, para poder labrarse un futuro, son ellos, en
fin, los que se van a jubilar a edades a las que va a ser difícil llegar en
unas condiciones físicas que permitan disfrutar de unos pocos años de asueto, eso
si tienen suerte de juntar los suficientes años cotizados, cosa que va a ser muy
difícil, y si los Estados, cada vez mas endeudados, son capaces de pagar las
pensiones dentro de unos decenios. Cuando se pregunta a cualquier persona joven
qué piensa de cómo va a ser su futuro la respuesta siempre es la misma, que muy
negro. Sin embargo no hay una contestación radical, tan de esas edades, a los agravios
que padecen.
Todas las revoluciones que han
acontecido a lo largo de la Historia han sido protagonizadas por los jóvenes. Los
que vivieron las manifestaciones y los cambios profundos de los años 60-70 del
pasado siglo no se explican cómo los jóvenes actuales están mas interesados en
pasarse horas y horas colgados de sus teléfonos móviles y los fines de semana
haciendo botellón que en asociarse, organizarse y armar la de Dios es Cristo ¿Además
de una generación con muchos “ninis”, son los jóvenes actuales una generación
de imbéciles? Pues no, aunque algunos hacen todo lo posible para que así sea.
La falta de respuesta social ante
los agravios, aunque nos sorprenda mas en los jóvenes, no es, ni mucho menos,
exclusiva de ellos, se extiende a otros colectivos donde la edad no es el rasgo
determinante de la inacción ¿Alguien se imagina lo que hubiera sucedido si la
Reforma Laboral del PP se hubiera implementado en los años 70-80 en España? Pero
ahora no ha pasado absolutamente nada, los sindicatos han protestado por lo
bajini pero no han convocado una huelga general. Los poderes fácticos y los que
están a sus órdenes y comen de su mano han sabido desactivar las organizaciones
potencialmente contestatarias y a los partidos políticos díscolos al tiempo que
aumentaban el amedrentamiento laboral y las leyes represivas.
En este ambiente aparentemente
esclerotizado y donde la movilización y las protestas sociales cada vez parecen
mas una rareza y cosas, como diría Celia Villalobos, de “piojosos”, los
partidos políticos que llaman “populistas” son un peligro, y lo seguirán siendo
siempre y cuando estos movimientos tengan la acción en la calle y las reivindicaciones
que se hacen fuera de las instituciones muy presentes. Ese debate es
precisamente el que ahora centra las discusiones en Podemos, el partido que
nació precisamente al calor de las movilizaciones de los indignados y del 15M, que han tenido mucha mas trascendencia
política, no solo en España, de lo que muchos se imaginan. Si Podemos prioriza
su actuación en el Congreso de los Diputados y se convierte en un instrumento
manejable, porque siempre va a estar en minoría ante el “Tripartito” (PP, PSOE
y Ciudadanos) desaparecerá o se convertirá en una fuerza política irrelevante.
Esa movilización y esa agitación social son imprescindibles e imperativas y es
a eso a lo único que los que mandan tienen miedo, porque son el cauce para la
acción de los desmovilizados, de los que creen que han desactivado para siempre,
empezando por los jóvenes, que están llamados a ser, como siempre han sido, la
vanguardia del cambio.
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