lunes, 29 de abril de 2019

VICTORIA INAPELABLE DEL PSOE


Lo que le ha pasado a Pedro Sánchez y al PSOE en los últimos años es una historia épica. Un personaje, al que los propios barones socialistas y los poderes fácticos capitaneados por el hasta hacía poco intocable Felipe González dan un golpe y lo apean de la secretaría general, regresa gracias a la responsabilidad de la militancia, gana una moción de censura con solo 84 diputados y el PSOE vuelve a ser, con diferencia, el partido más votado de España. Lo nunca visto. Pues bien, son precisamente los medios donde le decían de todo a Sánchez, desde okupa a enemigo de España, con el único pensamiento de barrerlo del mapa y enviarlo a él y a su partido a las catacumbas de la Historia, son esas derechas que en esta campaña electoral se han quitado la careta y nos han enseñado su verdadera cara, los/las que apelan ahora a su sentido de Estado para que pacte con Ciudadanos. Pablo Iglesias ya había advertido que eso pasaría, pero ahora Sánchez, desde que Iglesias le dijo “Pedro, no te fíes del de la cal viva” hace caso de los consejos de Iglesias. Ayer los gritos de la militancia socialista en la celebración de la victoria electoral en la sede central del PSOE en la calle Ferraz eran inequívocos: “con Rivera, no”, “si se puede”, “no pasarán” y “presidente, presidente”. El PSOE no solo ha ganado las elecciones en España, recupera la hegemonía en muchas importantes ciudades y en la mayoría de comunidades autónomas y estamos a menos de un mes de las elecciones municipales, autonómicas y europeas. Al contrario que otros partidos socialdemócratas europeos, el PSOE ha seguido la vía portuguesa y ha acertado. Todos los partidos socialistas europeos han desaparecido o se han reducido a la mínima expresión menos en la Península Ibérica ¿hay alguien ahora, en su sano juicio, que se atreva a discutir que se ha seguido el camino adecuado?
Ciudadanos, el partido de Albert Rivera, ha conseguido un magnífico resultado, con casi un 80 % más de escaños, pero durante la campaña electoral e incluso antes, cuando se metieron en la misma cama de Vox para gobernar en Andalucía, quemó sus naves, ahora no podrá estar en el Gobierno de España con los socialistas por mucho que lloren como plañideras los poderes fácticos ¿Cómo va a pactar el PSOE con Ciudadanos después de escuchar las cosas que le dijo Rivera a la cara a Sánchez en los dos debates televisados y después del ménage á trois con el PP y con Vox?
A pesar del buen papel de Pablo Iglesias en los dos debates televisados eso no ha sido suficiente para evitar una fuerte derrota de Unidos Podemos. Era una debacle anunciada. No se hizo un análisis adecuado de lo que había sucedido en las elecciones catalanas y andaluzas y como no se rectificó en algunas de sus tradicionales bobadas algunos ya les dijimos que esto mismo les pasaría en las generales. Ahora, con una participación muy alta, ni siquiera sirve la coartada de echar la culpa a los electores por quedarse en casa. Eso sí, si Podemos e IU hubieran acudido a las elecciones generales por separado, como querían algunos, el resultado hubiera sido muchísimo peor. La división penaliza mucho, como UP han podido ver en Galicia y en Valencia. Por cierto ¿qué han obtenido Llamazares y Actúa? Pero, a pesar de todo, Unidos Podemos van a ser decisivos para gobernar y el clima de responsable entendimiento con los socialistas desde la moción de censura contra Rajoy dará ahora sus frutos, incluso con algún ministro.
La derrota del PP es tremenda, la mayor de su historia, el partido de Casado ha perdido más diputados de los que ha obtenido. Me recuerda mucho a la desintegración de la UCD. Las purgas internas a los que apoyaron a Soraya, la derechización bajo la batuta de Aznar y echarse en brazos de la ultraderecha han sido su perdición. También se lo habíamos advertido, pero, cuando alguien está empeñado en suicidarse, no puedes hacer nada. Rivera y Vox se los comerán si no echan a Casado y rectifican de inmediato.
La ultraderecha entra con fuerza en el Congreso de los Diputados pero obtiene muchos menos escaños de los que tenían como expectativa. Ahora no se podrán esconder en las plazas de toros y tendrán que enseñar el trasero con una política económica ultraliberal y sin ninguna política exterior.
ERC aplasta al partido de Puigdemont y Junqueras se convierte en el líder de los independentistas. Su éxito se debe fundamentalmente a que los republicanos todavía creen en una salida cabal para Cataluña en el seno del Estado y a que no se han tirado del todo al monte. De su responsabilidad dependerán muchas cosas, incluido el futuro político y personal de Junqueras.

viernes, 26 de abril de 2019

JORNADA DE REFLEXIÓN


Mañana es jornada de reflexión en España, algo que desde que las redes sociales han invadido el mundo de la información no tiene mucho sentido, pero bien haría la gente en empezar a reflexionar antes, no dejarse llevar por las vísceras y por la demagogia y contar hasta diez antes de meter su voto en la urna. Hay gran preocupación, aunque no lo dicen, en los estados mayores de los partidos políticos, tanto de la izquierda como de la derecha, por los resultados que pueda obtener la extrema derecha. Hace muy poco todos ellos se felicitaban porque España era uno de los pocos países de Europa donde el fenómeno del neofascismo no había surgido, aunque algunos ya alertábamos de que si continuaban promulgando leyes de género injustas y con la manga ancha para la inmigración irregular sería solo cuestión de tiempo. Al contrario que en Portugal, donde la vacuna de caballo de la dictadura de Salazar todavía surte efecto, la vacuna del franquismo en España parece que ya no nos protege de la infección. El problema no es que Vox obtenga representación parlamentaria, porque escuchar las cosas que dice la ultraderecha en el Congreso de los Diputados sería estupendo para desactivarla, el problema es que sus resultados electorales puedan ser tan altos que quede por encima de Ciudadanos, sin descartar del todo que pudiera quedar incluso por encima del PP. Al contrario de lo que sucedió en Andalucía, donde gobiernan el PP y Ciudadanos con el apoyo parlamentario de Vox, si se diera esa eventualidad, los de Vox podrán estar en el Gobierno de España , es más, su líder podría ser el presidente del Gobierno. Esto es altamente improbable, como altamente improbable era que triunfara el Brexit, que triunfara Trump o que Salvini, por poner solo tres ejemplos, cortara bacalao en el Gobierno de Italia. Es difícil hacer previsiones sobre lo que sucedería en un contexto político así tras las elecciones generales en España. No sabemos lo que haría entonces Ciudadanos y yo no descartaría un Gobierno de coalición que ahora nos puede parecer imposible, bajo la coartada de que la democracia y la convivencia estarían amenazadas y bajo la presión de la Comisión Europea. Las elecciones europeas están a la vuelta de la esquina y en Bruselas también hay mucho miedo.

jueves, 25 de abril de 2019

EL PROGRAMA ECONÓMICO DE VOX


Hay gente que piensa votar a Vox, incluso muchos trabajadores, por varias razones: porque están indignados con los demás partidos políticos a los que ya votaron, porque están hasta el gorro de la tomadura de pelo de los independentistas y de las leyes de género, porque están en contra de la inmigración, etc. Algunas de estas razones son exactamente las mismas por las que mucha gente vota a la ultraderecha en Europa, pero la ultraderecha española tiene dos singularidades que no tienen sus partidos afines europeos, aquí hubo una dictadura de 40 años, una dictadura fascista, y el programa económico de Vox no se parece mucho a los programas económicos de otras formaciones neofascistas europeas, que en algunos aspectos pasan por la izquierda a los socialistas e incluso tienen recetas parecidas a las de los comunistas. El programa económico de Vox es ultraliberal, es el más derechista de todos los programas económicos que se presentan a estas elecciones,  quienes piensen votar a este partido deben tenerlo en cuenta.  Entre medidas populistas que encantan a la derecha, como suprimir subvenciones a partidos políticos, sindicatos y todo tipo de asociaciones que no sean de su gusto, también quieren regular la huelga, es decir, de facto, suprimir ese derecho constitucional de los trabajadores, implantar un tipo de IRPF único del 21%, solo con un tramo reducido para los que ganen menos de 12.000 euros al año, que beneficiaría claramente a los que más ganan, bajar los impuestos a las grandes fortunas e implantar un sistema de financiación de las pensiones mixto al 50%, es decir, la mitad de las cotizaciones al Estado y la otra mitad a un seguro privado de pensiones para darles plusvalías a los bancos (porque lo que se paga a los bancos también se puede pagar al Estado, obviamente). Por eso los que se quejaban de que, finalmente, la Junta Electoral Central no les permitiera ir al debate en Atresmedia, porque aún no tienen representación parlamentaria, decían en petit comité que estaban encantados con no ir (saben perfectamente que cada vez que hablan fuera de sus canchas pierden votos a millares)  y se han negado a asistir al debate electoral en Andalucía, donde sí podrían estar porque tienen varios diputados autonómicos. Les molan más las plazas de toros donde a sus incondicionales pueden darles carnaza.
NOTA: La foto es encantadora.

miércoles, 24 de abril de 2019

VOX GANA EL SEGUNDO DEBATE


El debate en Atresmedia era la segunda oportunidad, la definitiva, para ganarse al electorado. No podía haber errores y había que cuidar todos detalles y pulir los fallos de la noche anterior. Pablo Iglesias llegaba a las instalaciones de esa cadena de TV en taxi, al contrario que sus tres contrincantes, que lo hacían en coche de lujo oficial. “Hemos estado con los taxistas y sus familias contra los buitres y quería tener este gesto con ellos hoy” manifestaba Iglesias cuando se bajaba del taxi. Esto promete, me dije, ahora solo hace falta que Ana Pastor y Vicente Vallés, periodistas de reconocido prestigio, pongan en dificultades a los candidatos y los saquen de su discurso, el discurso que traen aprendido de sus sedes. No sería así. Pedro Sánchez, convertido en muñeco del pim, pam, pum en el debate anterior, todavía lo podía ser aún más en este y Rivera, una vez agotada la ubre de votos socialistas desde que se metió en la misma cama que Vox, tenía que exprimir la del PP, no le quedaba otra. La lucha de Iglesias tendría que ser convencer a sus votantes, encandilarlos, para que esta vez no se quedaran en casa. No cabían errores de principiantes en la puesta en escena y en el marketing político. Sánchez llevaba esta vez el traje, la camisa y la corbata que, por sus colores, está demostrado dan más votos, porque el traje gris cobalto, casi negro, la camisa blanca y la corbata rojo-grana son los que dan más empaque de estadista al personaje que los viste. Iglesias ya no iba a cometer el error de la noche anterior, ya no metería la mano en el bolsillo del pantalón, el bolígrafo entre los dedos tenía que ser suficiente para calmar los nervios. Empieza la fiesta:
Iglesias, en ese tono paternal, casi monacal, que ha adquirido desde que ha sido padre, reprende a los candidatos de las derechas por llamar a Sánchez mentiroso, al tiempo que el candidato socialista dice que Casado y Rivera son los que mienten cuando dicen que ha pactado con los independentistas catalanes y con Bildu.  El presidente del Gobierno y el líder de su mayor apoyo parlamentario se reparten los papeles y, como entre bomberos, no se pisan las mangueras. Aunque Iglesias sigue tirando alguna puya de vez en cuando a Sánchez, cada vez es más inverosímil un Gobierno PSOE-Ciudadanos. Rivera ha quemado sus naves y Sánchez se queja de que le haya puesto un cordón sanitario a él y no a Vox. Si echáramos la vista atrás hace no mucho tiempo no nos creeríamos lo que vemos ahora ¿Alguien recuerda a un Pedro Sánchez, que había pactado un Gobierno con Rivera, pidiendo en el Congreso de los Diputados un cheque en blanco a Podemos e IU para que lo invistieran presidente? ¿Alguien se acuerda de un Pablo Iglesias espetando a Sánchez que los poderes fácticos le habían prohibido pactar con él y que tuviera cuidado con “el de la cal viva”? La vida da muchas vueltas y el superviviente Sánchez sobrevivió finalmente gracias al salvavidas de Unidos Podemos, y a la militancia socialista, por supuesto. Esta vez no les voy a relatar aquí lo que dijeron unos y otros en el debate, porque, lo han visto todos ustedes, es lo mismo que vienen diciendo desde hace meses. No hubo ninguna sorpresa. Casado mejoró mucho, Iglesias contemporizó demasiado, Sánchez, mejor que la noche anterior, se defendió como pudo y Rivera, que fue convencido falsamente de que había sido el ganador la noche anterior y que solo sobresale cuando habla de lo que pasa en Cataluña, se desinfló por completo. Para mí ninguno de ellos ganó claramente. Junto al recurrido asunto catalán, llegaron los otros dos asuntos donde los cuatro candidatos hacen agua, aunque, eso sí, unos más que otros, me refiero a la violencia de género y a la inmigración. Entonces salieron a relucir las bobadas, como pensar que los inmigrantes llegan mayoritariamente por el estrecho de Gibraltar y no por Barajas y la Junquera, querer sustituir la ley de violencia de género por una ley de violencia machista y decir que tienen que mejorar las vallas de Ceuta y Melilla, en vez de quitar financiación y ayudas de todo tipo a la inmigración irregular y a las ONGs que colaboran con las mafias del tráfico de personas. Mientras en las redes sociales la ultraderecha pone a cuatro loros en una imagen, Abascal llenaba otra plaza de toros. Cuatro mariachis discutiendo al borde mismo del precipicio mientras Vox dice lo que mucha gente piensa y mientras Vox piensa muchas cosas que no dice a la gente ¿para qué necesitaban estar en el debate? Atentos.

martes, 23 de abril de 2019

IGLESIAS GANA EL PRIMER DEBATE


Lo primero que hay que identificar cuando llegas a un gallinero es al gallo, en una manada de lobos al macho alfa y en un debate a cuatro a quién lleva la voz cantante. Sin duda alguna, Pablo Iglesias, el líder de Unidos Podemos, llevó la iniciativa en el debate desde el principio y fue el único que puso en serias dificultades a los demás, y lo hizo sin insultos, sin acritud, sin perder las formas, con mucha moderación. Estaba claro que, como el formato se lo permitía, todos llevaban la lección aprendida de casa e iban a decir lo mismo que están diciendo todos los días en esta campaña electoral: Casado atacando a Sánchez espetándole que va a pactar con Bildu y con los  independentistas catalanes y diciendo que el PP va a hacer un montón de cosas, las cosas que no ha hecho cuando gobernó o que incluso las hizo en contrario, como decir ahora que van a bajar los impuestos cuando los subieron más que nadie. Rivera no se metió en zancochos y se ha centrado en lo único que tiene claro que le da votos, meter caña a los independentistas. Eso queda muy bien para la galería, sobre todo porque es lo que a muchos nos pide el cuerpo, pero yo dudo que sea inteligente, en la coyuntura tan delicada en la que nos encontramos, decir que tengan que obtener más del 3% de los votos a nivel nacional para tener representación parlamentaria, cuando el PNV, por ejemplo, está haciendo una política bastante responsable y otros, como ERC, podrían llegar a hacerla. Echar gasolina al fuego es uno de los fuertes de Rivera. Clarísimo el vencedor del debate, yo no tengo muy claro, sin embargo, cual ha sido el que ha estado peor, pero podría ser Pedro Sánchez, continuamente a la defensiva, sonriendo ante los furibundos ataques personales de las derechas y no contestando a la pregunta que por tres veces le lanzó Pablo Iglesias: “Pedro, di a los españoles que no vas a pactar con Ciudadanos”. Sánchez no solo no contestó a esta pregunta que mucha gente de izquierdas quiere saber, reconoció que fue gracias a Unidos Podemos que se subió el Salario Mínimo Interprofesional, por ejemplo, y, en general, las políticas de izquierdas de su Gobierno. Pedro Sánchez parecía el cervatillo acosado por un par de lobos y más que exponer su proyecto de país se defendía a dentelladas como podía. Dos de ellas fue cuando le dijo a Rivera que Ciudadanos defendía la gestación subrogada y que D. Albert dice frecuentemente una cosa y al día siguiente la contraria. Sánchez perdió los nervios cuando Casado y Rivera lo atacaron con el asunto catalán y con su reunión con Torra, pero también dio un buen mandoble a Casado cuando le espetó que el PP había votado 126 veces con Bildu. Tengo que confesar que Iglesias me sorprendió. El Líder de Unidos Podemos hizo lo que nadie esperaba que hiciera, llegó con la Constitución en la mano y a los que se llenan la boca diciendo que ellos son los constitucionalistas les recordó varios artículos de la Constitución, que son más que el 155, les dijo. Iglesias huyó del enfrentamiento, pero defendió la sanidad pública y criticó el dinero público que se destina a la privada, cuestionó a los que quieren bajar los impuestos sobre todo a los que más tienen, defendió a los profesionales de las FF AA que dejan tirados con 45 años y remató con esta frase antológica: “A pesar de nuestros muchos errores, déjennos estar en el Gobierno cuatro años y si no conseguimos cambiar las cosas no nos voten nunca más”. Y, sobre todo, Pablo Iglesias ni se rio ni siquiera sonrió ni una sola vez. Eso no se debe hacer cuando se tratan asuntos tan serios.

viernes, 19 de abril de 2019

FINALMENTE, HABRÁ DOS DEBATES


Pongámonos en situación: Noche de Jueves Santo, miles de cofrades en toda España están en un sin vivir, muchos llorando, mirando al cielo, rezan para que pare de llover y puedan sacar a vírgenes y cristos en procesión. Mientras, unos pocos lamentamos que, en un Estado aconfesional, todavía se indulten presos a petición de las cofradías y que los legionarios, a los que pagamos con nuestros impuestos para otra cosa, se dediquen a pasear al Cristo de la Buena Muerte, que, con esto de la eutanasia, empieza a tener su sentido. Ahora no es como antiguamente, los periódicos no necesitan echar mano de las “serpientes de verano” ante la escasez de noticias, con el imperio de la información hay más noticias de la cuenta y el problema es priorizarlas, lo mismo pasa en las televisiones y en las redes sociales. Arden las redes sociales con las elecciones que se avecinan. Los dirigentes políticos no dan abasto en lanzar sus mensajes en Twitter. Casado, a pesar de que sus compañeros del País Vasco le han recordado que ETA mató a unos cuantos socialistas, sigue diciendo que Pedro Sánchez tiene un acuerdo con los independentistas catalanes y con Otegui, un acuerdo con los que no le aprobaron los Presupuestos y por eso estamos en campaña electoral. Ese acuerdo no existe, ni siquiera es un acuerdo tácito, pero es una de las patrañas y de los mantras que esgrimen contra el presidente del Gobierno, más burdo aún que los del Falcon (que en realidad es un Cessna) o de llamarle okupa. Casado no está dispuesto a pagar de su bolsillo los miles de policías y guardias civiles necesarios para que el presidente del Gobierno pueda viajar con seguridad en tren o en coche y la bobada de que gobierne la lista más votada no servía para Andalucía, para los que se metieron en la misma cama con Vox para sumar mayoría. Noche de Jueves Santo y arrecian las críticas al presidente del Gobierno por el asunto del debate. Ha habido un giro dramático de los acontecimientos y ya no va a estar Vox, que no tiene representación parlamentaria, por decisión de la Junta Electoral. Noche de Jueves Santo y los políticos, todos, se enzarzan en piruetas dialécticas desde sus estados mayores: “pues yo no voy al debate” “pues yo no voy a donde y cuando quiera ese” “pues yo no quiero ir ahora a TVE”, son como niños. Noche de Jueves Santo a las 22.10, envío este mensaje a la cuenta personal de Pedro Sánchez en Twitter: “Sr. Presidente, tiene usted que hacer dos debates, el primero en la televisión pública y el segundo en Atresmedia, porque estaba comprometido”. Esa misma noche se toma la decisión, habrá un primer debate el lunes 22 en TVE y un segundo debate, el que estaba comprometido, el martes 23 en Atresmedia, no porque lo sugiriera yo, un humilde e insignificante francotirador del teclado, sino porque era de sentido común. Ahora critican a Pedro Sánchez por rectificar, si no rectifica mal y si rectifica también mal. De sabios es rectificar, solo los estúpidos no rectifican nunca. Pero, es que no se puede rectificar cada media hora, dicen algunos. Depende ¿de qué depende? pues depende de la cadencia de las informaciones y de los acontecimientos. Solo falta que en esos debates los líderes políticos se centren en los problemas que nos importan a todos y no en chorradas.

lunes, 15 de abril de 2019

EL DEBATE


El día 23 de este mes, cinco días antes de que los españoles pasen por las urnas, habrá un debate televisivo entre los cinco principales candidatos, los líderes del PSOE-PP-Ciudadanos-Unidas Podemos y Vox. El único debate donde se enfrentarán los grandes espadas se va a producir en una cadena de televisión privada por expreso deseo del asesor de Pedro Sánchez, el mismo que le dijo que presentara una moción de censura contra Rajoy y que, a pesar de tener solo 84 diputados, la ganaría. Según los estatutos de RTVE, si el debate hubiera sido en la televisión pública no estaría Vox, porque la ultraderecha no tiene representación parlamentaria, y eso no interesa al PSOE, pues Pedro Sánchez lo que quiere es que los españoles visualicen quienes son su alternativa.  La jugada puede salir bien, pero también tiene sus riesgos, no solo para el PSOE, también para los demás, pues el líder de Vox, utilizando los mismos argumentos dialécticos que utiliza la ultraderecha en Europa, podría comérselos a todos con patatas. Acabamos de ver lo que ha pasado en las elecciones finlandesas y esta misma película, esta misma secuencia de acontecimientos, ya la hemos visto en otras partes, siempre con el mismo telón de fondo, una tesis que la ultraderecha está utilizando inteligentemente: el problema de la inmigración irregular masiva. Salpimentado con algunas bobadas, como eliminar las autonomías y bajar los impuestos a todo el mundo, el problema de la inmigración es la base argumental de Vox, como de toda la ultraderecha europea, no necesitan otra, como no necesitaron otra los partidarios del Brexit. Esto es tan verdad como que en los países de Europa donde la inmigración es muy pequeña la ultraderecha no se come un rosco o ha ganado precisamente por eso, por poner vallas y al ejército en sus fronteras, como en el caso de Hungría. Atentos a este asunto.
A mí me parece que ya he visto ese debate, ya he visto a las derechas atacar a Pedro Sánchez utilizando para ello el problema de Cataluña y la supuesta connivencia del presidente del Gobierno con Bildu, los herederos de ETA, y ya he visto a Pedro Sánchez responder que tiene la mano tendida a la negociación sobre la base de la Ley y la Constitución, que no le temblará el pulso si le obligan a aplicar otra vez el artículo 155 y que le enseñen ese pacto con Bildu. Yo ya he visto atacar a Pablo Iglesias por lo de su chalé y a este defenderse contraatacando con el espionaje y la trama en busca de pruebas falsas del Gobierno del PP contra la formación morada. Mientras los verdaderos problemas de los españoles están pendientes de resolver y los políticos, todos, huyen de ellos como del agua hirviendo mucho me temo que esas cuestiones centrarán el debate. Sin embargo, esta vez puede haber alguna sorpresa, porque el formato del debate va a ser distinto. Y las sorpresas en los debates a pocos días de las elecciones las carga el diablo, sobre todo si son televisados, donde el lenguaje no verbal es inmisericorde con los que mienten o no son convincentes. Esta vez el debate será un especial del programa La Brújula, dirigido y presentado por Juan Ramón Lucas, y serán los periodistas Ana Pastor y Vicente Vallés los encargados de preguntar y ¡ojo! repreguntar (esta es la novedad) a los que traerán de casa hecho el guion de lo que deben, o no, decir. El cuarto poder tiene en realidad poco poder, porque depende mucho de los otros poderes, pero cuando tienes a algún periodista dispuesto a jugarse el tipo nunca lo tienes todo controlado ¡Cuidado!
Yo apostaría una mariscada del Cantábrico a que ninguno de esos cinco líderes políticos va a tratar los principales problemas de España, entre ellos tienen un acuerdo tácito para no hacerlo, para no meterse en ese zancocho ¿Alguien se va a atrever a decir que el tabaquismo mata a 58.000 personas al año en España, mil veces más que la violencia de género y que no se combate? ¿alguien va a decir que piensa entrar a saco contra la economía sumergida y el fraude fiscal, el 23% del PIB, unos brutales 80.000 millones de euros al año? ¿alguien piensa hablar de la estratosférica Deuda que pagarán nuestros hijos y nietos cuando su discurso es que van a bajar los impuestos? Veremos.


martes, 9 de abril de 2019

LA ENCUESTA DEL CIS


Lo importante de las encuestas, para que estas sean fiables, es que estén hechas de forma profesional y que luego su análisis sea lo más aséptico posible, algo mucho más difícil, porque todos estamos mediatizados por la subjetividad, pero, vamos a intentar no ser demasiado parciales:
Lo que nos interesa de la última en cuesta del CIS es, sobre todo, la estimación del voto de cara a las próximas Elecciones Generales del día 28. La encuesta está hecha de forma muy poco profesional, porque no son serias horquillas de hasta 16 escaños y porcentajes de indecisos por encima del 30%. Hay preguntas adicionales que nos pueden indicar de forma bastante fiable cual va a ser finalmente la decisión de esos indecisos o al menos averiguar en qué espectro político se mueven. Pero, seamos serios, quitando algo de cocina que quizá exagere el voto socialista y minimice demasiado el voto al PP ¿no son esos los resultados de la encuesta que esperaba la gente mínimamente informada? sin que esto quiera decir, naturalmente, que estos resultados, los que muchos sospechábamos, vayan a ser los definitivos. Lo bueno de la encuesta del CIS sobre la estimación del voto es que, al contrario que otras preguntas y respuestas, esta tiene prueba del nueve la noche del 28 de abril. Las encuestas electorales no son las Tablas de la Ley y muchas veces se equivocan, pero sirven para observar las tendencias. En este sentido, tendremos que esperar a otras encuestas privadas para ver si el muestreo de la del CIS es correcto. Pero, a mí me gusta más adivinar el pasado que el futuro, siempre acierto. Parece una perogrullada, pero le aseguro que no lo es en absoluto y que si muchos fueran capaces de hacer un análisis correcto del pasado se equivocarían menos en el futuro. Algunos no han hecho ese análisis, no han analizado correctamente lo que les ha pasado en elecciones anteriores, no han analizado correctamente lo que ha pasado en los últimos años en varios países de Europa, y no han analizado, en fin, en que se han equivocado. Así les va.
Entre las variables que baraja la encuesta del CIS no se encuentra ningún “Cisne Negro”, como es lógico, un acontecimiento imprevisible, a veces con resultados dramáticos, que puede hacer saltar por los aires cualquier estimación del voto, como sucedió, con el 11-M, en las elecciones que llevaron a Zapatero a la Moncloa, pero tampoco se supone que pueda haber un cambio drástico en la intención del voto porque un candidato sea capaz de darle la vuelta a las encuestas. El 26 de septiembre de 1.960 hubo un debate electoral en los EE UU entre el candidato demócrata, John F. Kennedy y el republicano, Richard Nixon, un debate televisado que cambió la Historia. Nixon no quiso maquillarse, vistió un traje gris y fue con ojeras por haber dormido poco la noche anterior, pero JFK cuidó su imagen a conciencia, tomó el sol para lucir moreno y eligió muy acertadamente los colores del traje. Al final Kennedy espetaría la famosa pregunta a los estadounidenses: “¿Comprarían ustedes un coche de segunda mano a este hombre?”. JFK dio vuelta a todas las encuestas que daban como ganador a Nixon. Esto viene a cuento de que debemos ser conscientes de que los debates electorales, y a veces las elecciones, no las ganan ni los programas ni los candidatos, ni siquiera un candidato como Kennedy, las ganan, en gran medida, los buenos asesores electorales y en España hay partidos que, o los tienen malos, o piensan que no los necesitan. Para algunos será una labor titánica y casi imposible dar vuelco a los resultados que vaticinan las encuestas, pero, no dude usted que se puede.
Sin duda el PSOE es el que está haciendo una campaña más inteligente, entre otras cosas, porque tienen a un muy buen asesor, y el PP la más desastrosa, porque Casado y su padrino, Aznar, piensan que lo saben todo. Los de Unidos Podemos son sus peores enemigos y ya están viendo adonde conduce explotar sus bobadas en vez de sus fortalezas y Ciudadanos bajará como el suflé en favor de socialistas y populares. Vox no será una sorpresa, ya es una realidad, porque Casado, asilvestrándose, ha hecho todo lo posible por potenciarlo. Pero, ojo, los votos ultraderechistas no saldrán todos los PP, pescarán en nichos insospechados, hasta de jóvenes poco politizados (no es lo mismo haber vivido en una dictadura a que te la cuenten) que antes votaron a Podemos. Esto seguirá así si las circunstancias y los condicionantes no cambian, claro.

domingo, 7 de abril de 2019

¿QUÉ PASA EN LIBIA?


Recordará usted como nos bombardearon, antes de bombardear a las tropas del Ejército Libio, los medios de comunicación occidentales para convencernos de que había que ir a la guerra en Libia “para poner allí la democracia”. Yo recuerdo perfectamente las cosas que nos decían y aquellos artículos y editoriales escritos por los que hace ya tiempo que, en este asunto, están escondidos debajo de las piedras ¿Cómo pueden justificar ahora que no solo no llevaron a Libia la democracia, convirtieron aquel país,  que era el de mayor renta per cápita y el de mayor esperanza de vida de África, solo superado por las ciudades españolas de Ceuta y Melilla y por las Islas Canarias, en un infierno para los libios, para los casi dos millones de inmigrantes subsaharianos que trabajaban allí y en feudo del Estado Islámico, otros grupos terroristas y los señores de la guerra. Pues bien, cuando ahora hay acontecimientos en Libia que van en sentido contrario a los deseos imperiales, poco o nada informan los medios de lo que sucede allí y los ciudadanos, como el coronel de la conocida novela de García Márquez, no tienen quien les escriba y les hable del asunto, o casi:
Saif al Islam Gaddafi, un arquitecto que habla cuatro idiomas, es el segundo hijo varón del líder salvajemente asesinado por los yihadistas que apoyó la OTAN, tres de sus hermanos murieron en la agresión imperialista y cuatro tuvieron que huir con su madre, Safia, a Níger y Argelia para salvar sus vidas. Saif fue el que más se implicó en la defensa del régimen de su padre y no huyó, estuvo al pie del cañón hasta que fue apresado y condenado a muerte. Estuvo en prisión varios años a la espera de que se ejecutara la pena que pesaba contra él, pero, finalmente fue liberado el 12 de abril de 2.016 y ahora ejerce de líder de una gran parte de los libios, ha vuelto a enarbolar la bandera del Movimiento Verde y quiere reimplantar la “Jamahiriya” el socialismo islámico del antiguo régimen. Hace unos meses Saif al Islam Gaddafi se dirigió por carta al presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin, pidiéndole ayuda. Mientras estas cosas sucedían en Libia, en otro escenario aparentemente inconexo con la secuencia de los acontecimientos, era asesinado el periodista Jamal Khashoggi en la embajada saudí en Estambul, algo que enfadó mucho a los EE UU, no porque los saudíes hicieran algo así, sino porque Khashoggi, que había tenido una estrecha relación con Bin Laden, trabajaba para la CIA. Todo el mundo responsabilizó de este asesinato a Mohamaad Bin Salman, alias “el hombre más peligroso del mundo”, príncipe heredero y ojo derecho de su padre el rey de Arabia Saudí y patriarca de la familia Saud.  Hete aquí que en la última reunión del G-20, mientras los líderes asistentes miraban de reojo a Salman, este y Putin, muy sonrientes, hacían chocar sus manos ante la estupefacción de todos. Nadie pudo entender aquello, cuando las cosas que había hecho el príncipe heredero y ministro de Defensa saudí en Siria y en Yemen no gustaron nada al Kremlin. Pero, el presidente ruso es un corredor de fondo y tampoco nadie entendió en su día que, después del SU-24 ruso derribado por los turcos en Siria, Rusia fuera el primer país en condenar el intento de golpe de estado contra Erdogán. Luego Turquía apoyaría a Rusia en Siria y compraría los misiles rusos S-400 enfadando a Washington e iniciando una deriva sorprendente.
Otra vez cientos de vehículos 4X4 Toyota artillados entregados gentilmente por Arabia Saudí atestan las carreteras libias, pero ahora no van subidos en ellos los yihadistas. Se dirigen a Trípoli, la capital, donde al gobierno títere impuesto por la OTAN le quedan dos telediarios. Mientras los EE UU repatrian aprisa y corriendo al personal de su embajada, el mariscal de campo, Jalifa Hafter, uno de los que ayudaron al coronel Al Gaddafi a derrocar al rey Ydris, lidera las tropas del Ejército Nacional Libio (LNA) que rodean la capital. Hafter habló por teléfono el sábado 6 de este mes, ayer cuando escribo estas líneas, con el Kremlin para comentar con los rusos algunos pormenores. Seguramente muchos se van a quedar con cara de tontos.
FOTO 1: Saif al Islam Gaddafi hace el signo de la victoria.
FOTO 2: El mariscal de campo, Jalifa Hafter, con el ministro ruso de Exteriores, Lavrov.

viernes, 5 de abril de 2019

LA EUTANASIA

Este asunto necesariamente tendrá que ser regulado legalmente pero es muy delicado y tiene muchas aristas. Se están empezando escuchar algunas tonterías sobre un tema que afecta a la vida y la muerte de las personas, entre ellas que hay que hacer lo que decida cada uno ¿Es que cuando alguien se sube a un campanario para tirarse desde allí de cabeza la Policía y los bomberos acuden para echarle una mano para que se suicide o para salvarlo? ¿le preguntan el motivo por el que quiere tirarse de cabeza, si padece una enfermedad terminal, por ejemplo, o intentan salvarlo sin más? Los que pensamos que el Estado debe ser, en última instancia, el tutor de los ciudadanos cogemos con pinzas las decisiones individuales. Como saben los profesionales, los tratamientos psicológicos evitan mucho suicidios y gente que quería pasar a mejor vida decide finalmente quedarse en esta. La coartada que se esgrime para ayudar a la gente a morir, es que pueden sufrir dolores insoportables o que su vida carece de "calidad". En los hospitales los profesionales de la medicina ya ayudan a la gente a morir sin alargarles inútilmente los sufrimientos, y es eso sobre lo que hay que legislar, para darles cobertura legal, pero lo de la "calidad" de vida y si sirven, o no, para algo es muy relativo, me viene a la mente, por ejemplo, el profesor y científico británico Steven Hawking. Corremos el peligro de instalar en la sociedad una nueva cultura de la muerte cuando otros decidan que no servimos para nada, algo que incluso nos podemos llegar a creen nosotros mismos, y eso, cuando vamos a una sociedad donde tendremos muchísimos ancianos impedidos que habrá que mantener da mucho miedo ¿Un nuevo Mundo Feliz en el siglo XXI donde el Gran Hermano decida eliminarnos, pero pidiéndolo nosotros, alienándonos con Soma? Cuidado.

SÁNCHEZ DRAGÓ Y SU PANFLETO SOBRE ABASCAL


Después de encerrarse, según dijo el escritor, tres días con el líder de Vox, Sánchez Dragó ha escrito un libro-relato titulado “La España vertebrada” que, en realidad, según me han contado fuentes dignar de fiar, es un panfleto sobre el que algunos ya consideran su nuevo Caudillo, aunque de momento no se atreven, eso sí, a decir que por la gracia de Dios, pero, todo se andará. Sánchez Dragó no solo esperaba dar un empujoncito a Abascal con las tonterías que seguro ha escrito y que no pienso leer, lo que de verdad buscaba era el debate y la polémica, porque Dragó es uno de esos escritores ácratas-fascistas a los que les encanta que se hable de ellos, aunque sea mal. Pues bien, démosle gusto:
Al calor de que el partido ultraderechista de Abascal obtuviera unos buenos resultados, teniendo en cuenta que partía de cero, en las elecciones andaluzas y de que sube como la espuma en las encuestas (ya veremos si luego baja, o no, el suflé) toda esa derecha fascista hasta ahora muy calladita, pero que estaba ahí y votaba en bloque al PP, porque no tenía algo más cavernario a lo que votar, se ha quitado la careta. Si alguien pensaba que los cientos de miles de fascistas que iban a la Plaza de Oriente a jalear al Generalísimo y a cantar el Cara al Sol, brazo en alto, y sus herederos, habían desaparecido estaba equivocado. Si alguien pensaba que los que vivían encantados con una dictadura fascista que oprimía al resto de españoles se habían hecho, como por encanto, demócratas, estaba en un tremendo error. El lifting que se hicieron en la cara tras la muerte de Franco, obligados por la presión de las fuerzas democráticas españolas y por los EE UU, que temían en España una “Revolución de los claveles”, como en Portugal, se les ha caído a pedazos a la primera oportunidad que han visto para resurgir y sacar pecho, dejando al descubiertos las feas arrugas que tenían debajo.  Sánchez Dragó al menos ha sido sincero y ha dicho claramente lo que piensa, que es casi lo mismo que piensa toda esa gente: “Vox no es un partido fascista ni de extrema derecha, es un partido de derecha, porque todos los demás partidos que había en España hasta ahora, desde el PP a Podemos, eran socialdemócratas” ¡toma castaña!  Los del PP y los de Ciudadanos han cometido un tremendo error al coquetear con la ultraderecha, ya se lo advirtió Manuel Valls, el exprimer ministro de Francia que se presenta a alcalde de Barcelona en las listas de la formación de Albert Rivera y que, en este asunto, sabe muy bien de lo que habla. La ultraderecha se los puede comer con patatas.
Así que de todo este asunto solo hay una cosa positiva, ya no engañan a nadie, ni Sanchez Dragó ni Bertín Osborne ni todos los que nos daban lecciones de democracia enseñando solo un pelín la patita, ahora nos han enseñado hasta sus partes pudentas.

miércoles, 3 de abril de 2019

EL FANTASMA DE LA ABSTENCIÓN


Un fantasma recorre España, es el fantasma de la abstención, contra él se han unido, en santa alianza, los partidos de izquierda, sus organizaciones afines y su potente aparato mediático. Desde el Gobierno y desde esas organizaciones políticas se lanzan campañas institucionales y partidistas llamando a la participación. Se huele el miedo a que la gente, muchos de sus votantes, se queden en casa. Después de la debacle en Cataluña, después de perder el feudo andaluz y después de que algunos perdieron en las últimas elecciones generales más de un millón de votos ¿cuál ha sido el análisis? ¿cuál la autocrítica? ¿qué rectificación ha habido para que esos desastres no se vuelvan a repetir? ¿seguir haciendo lo mismo, empecinarse en los mismos errores y echar la culpa a los electores? Pues, aunque parezca de locos, eso es lo que se ha hecho. La derecha ya no concentra su voto en un solo partido, el PP, ahora hay tres fuerzas políticas y en algunas partes, como Asturias, las derechas son hasta cuatro. La fragmentación del voto, merced a la Ley electoral, puede perjudicar a la derecha en las elecciones generales, pero la puede beneficiar en las locales y autonómicas, como vimos en Andalucía. La aparición de Vox en escena, de momento, no es un desastre para la derecha, porque Vox les suma los votos que se perdían en organizaciones residuales de la extrema derecha y está pescando en nichos insospechados, poco ideologizados y muy indignados, como el de los jóvenes. Pero, es la abstención el drama de la izquierda, por eso el partido socialista ha iniciado una fuerte campaña para que sus votantes tradicionales no se queden en casa y por eso en Unidos-Podemos (póngalo usted en femenino si le place), que no ha hecho sus deberes, ha cundido el pánico. Algunos, pocos, ya lo habíamos advertido a su debido tiempo y no nos hicieron ni puñetero caso.

NOTA: quiero agradecer a todos sus entradas en este modesto bloj, sin publicidad y sin ningún beneficio para el que lo escribe y publica, especialmente a los internautas de India, que, con miles de visitas, me tienen gratamente sorprendido.