sábado, 28 de enero de 2017

DÑA. BELÉN Y LA CONTAMINACIÓN EN GIJÓN

La Consejería de Infraestructuras, Ordenación del territorio y Medio Ambiente (es curioso que las actividades donde el Ejecutivo asturiano ha cometido, históricamente, sus mayores fechorías estén agrupadas) ha tenido que ceder a las presiones políticas y populares y convocar una reunión para explicar qué piensan hacer para reducir los niveles de contaminación atmosférica. La consejera, Belén Fernández, ha puesto sobre la mesa 17 medidas con las que, dice, piensa acometer este grave problema, pero que a los que conocemos el percal se nos antojan ocurrencias para ganar tiempo mientras siguen tomando el pelo a la gente. Cuando te engañan por primera vez la culpa es de los que te engañan, pero si es por segunda vez la culpa es tuya. Y el Gobierno asturiano, en particular desde esta consejería, lleva mucho tiempo engañando a los asturianos. Lo mismo da un plan con 17 medidas que con 17.000, si los que las tienen que cumplir van a pasar de ellas olímpicamente y las autoridades, como hemos visto hasta ahora, no van a hacer nada al respecto.
Si yo empezara a listar aquí las cosas que hizo, y que no hizo, el anterior consejero, Francisco González Buendía (que a los cántabros los cojan confesados), lugarteniente de Areces, estaríamos ante un discurso digno del maestro de los relatos de terror, Edgar Alan Poe. Sus obras, pasándose la Ley por la entrepierna y despilfarrando nuestro dinero, ahí siguen, erguidas, para vergüenza del que la tenga. Sin duda Gijón, entre otras cosas, por la complicidad de la anterior alcaldía, fue un terreno abonado para las pifias: Muselón, Regasificadora, Depuradora de la zona Este, etc. Va a ser muy difícil que a gente, como los vecinos de El Muselín, a los que con cuentos chinos quisieron echarlos de sus casas, logre convencer la consejera de que se va a terminar la contaminación que todos los días y noches riega sus cabezas. Todos ellos, si alguna vez fueron seguidores de San Agustín, se han pasado hace tiempo a Santo Tomás.
Especialmente los vecinos de la zona Oeste de Gijón están muy cabreados, como otros de Avilés, de Navia, de Lugones, etc, porque llevan sufriendo año tras año una contaminación atmosférica que mina su salud y la de sus hijos y sus nietos. Pero, ahora ya no dirigen tanto sus iras sobre las industrias responsables de no cumplir con la legislación vigente en materia de emisiones y de implementar métodos de trabajo prohibidos, que también, las dirigen sobre todo contra los políticos que hacen la vista gorda y que permiten que esto ocurra. Por eso Dña. Belén, que está en el centro del punto de mira, se ha sacado de la manga 17 medidas, algunas tan absurdas como otras que lleva tiempo planteando y que, si no nos afectaran tan gravemente, darían hasta risa. Cuando vives en una ciudad donde las aguas van a parar directamente al mar sin depurar o donde el coche que vas a coger por la mañana tiene el techo negro de residuos, las pamplinas ya no son de recibo.
La impunidad y el convencimiento de que no les va a pasar nada alimentan las actitudes chulescas y las mentiras de las industrias responsables de la contaminación atmosférica en Asturias. Con la complicidad tácita del Ejecutivo asturiano nos dicen que “los coches son los responsables del 50% de la contaminación” o “el aerosol marino y el polen”. Son los mismos que, con nocturnidad y alevosía, aprovechan la oscuridad para llenar nuestro cielo de mierda. Por eso, y no por otra cosa, a las 8 de la mañana se miden los mayores índices de contaminación.
Como ese carbón que aparece regularmente en la Playa de San Lorenzo y del que hacen responsable al naufragio del Castillo de Salas, algo que sucedió hace mas de 30 años, cuando todos sabemos que es polvo de carbón compactado de El Musel, la contaminación atmosférica que padecemos, y los que la permiten, están bien identificados.


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