domingo, 29 de enero de 2017

LA IZQUIERDA

Mientras la derecha liberal no tiene ningún problema en pactar con partidos afines, o con la pseudoizquierda, para mantenerse en el poder y seguir implementando sus recetas, las diversas izquierdas tienen muchas dificultades para pactar, incluso dentro de los propios partidos de izquierda los navajazos traperos entre compañeros son el pan nuestro de cada día. Para nosotros no debería ser ninguna novedad  que la izquierda sea incapaz de formar fuertes alianzas programáticas y electorales, porque eso ha sucedido casi siempre, pero, el mundo ha cambiado y la izquierda tendrá que adaptarse a las nuevas circunstancias o no ya solo estará a la greña, desaparecerá.
Si nos remontamos a los años 20-30 del siglo pasado veremos que una de las razones históricas de la desunión de las izquierdas es que, al contrario que en las derechas, sus ideologías estaban muy alejadas ¿Qué denominador común político que no fuera la lucha contra el fascismo tenían socialistas, anarquistas y comunistas? ninguno. Esa fue una de las razones que influyeron en la llegada de Mussolini y Hitler al poder y que los sublevados contra la República ganaran la guerra civil en España,
Tras la crisis económica se ha producido un fenómeno en Europa muy importante: la crisis de la socialdemocracia y la caída en picado electoral de los partidos socialistas. Eso ha sucedido fundamentalmente por dos razones, una, porque la socialdemocracia se ha enfrentado a las consecuencias de la crisis económica con las mismas medidas de la derecha y colaborando con ella, perjudicando a la mayoría de los ciudadanos mientras se beneficiaba a los mas ricos y, otra, porque en esa coyuntura político-social han emergido nuevas fuerzas y nuevos movimientos políticos, no siempre de izquierda, donde han ido a parar los votos de la indignación.
La izquierda debería tener presente que lo que está sucediendo en el mundo, y lo que puede pasar este mismo año en Europa, se parece mucho al ascenso de los fascismos en el siglo pasado. No son populismos los que están ganando elecciones y tomando en sus manos los Gobiernos, son, llamémoslos por su nombre, fascismos. La izquierda debería ser consciente de ello para no cometer los mismos errores y que Europa no regrese a aquel infierno.
Para formar Gobiernos de izquierda fuertes, con capacidad para enfrentarse a lo que ya enseña las orejas, hacen falta tres cosas fundamentales: un liderazgo claro, un programa político que dé respuesta a los problemas y que sintonice con los deseos de los ciudadanos y, lo mas importante, unidad. El liderazgo no se consigue sumando baronías y conspiradores, sino con argumentos contundentes e incontestables. El programa político tiene que estar tan bien trabajado y trabado que convenza a la mayoría de la sociedad y la unidad no se logra solo con consenso, eso está muy bien en el país de Alicia, porque los consensos se pueden romper en cinco minutos, también con disciplina, que no es incompatible con la democracia interna.
Pero, la izquierda necesita poner los pies en el suelo, caerse del guindo. No va a llegar muy lejos queriendo abrir las fronteras de par en par para que entre todo el mundo y cargarse definitivamente un Estado de Bienestar que se tardó generaciones en construir, o con salarios sociales básicos generalizados ¿quién va a pagar eso? sin contraprestación social alguna. La izquierda tiene que recuperar la planificación económica, la titularidad pública de las empresas e industrias estratégicas y el protagonismo del Estado en la economía y en la política. La izquierda tiene que tomar, en resumen, el poder, solo así será capaz de enfrentarse a las nuevas amenazas, que son muy viejas.


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