martes, 28 de mayo de 2019

LA TENTACIÓN NARANJA


Pasados ya todos los encuentros con las urnas, se acabó el postureo y ya verá usted como algunos donde dijeron digo dirán ahora Diego. Durante esta larguísima campaña electoral, que empalmó las elecciones generales con las municipales, autonómicas y europeas que se acaban de celebrar, todos hemos visto como algunas fuerzas políticas ponían cordones sanitarios: yo nunca pactaré con este o con el otro, nos dijeron, pero la gente poco cándida debería ser consciente de que le estaban mintiendo. Si hay alguna fuerza política que, en este sentido, el de los pactos, miente más que habla es, sin duda alguna, Ciudadanos. No hace falta tener mucha memoria para recordar que un partido que hace muy poco tiempo decía que era socialdemócrata se ha metido en la misma cama que Vox en Andalucía, aunque, eso sí, el ménage á trois nos dicen los de Rivera que lo pactó el PP con Vox por separado. Este partido que, tras las elecciones andaluzas manifestaba que había que acabar con el régimen socialista andaluz, fue exactamente el mismo que estuvo sosteniendo el gobierno de Susana Díaz durante cuatro años. Pero, los de Rivera no son, ni mucho menos, los únicos que se pueden pasar el mandato de las urnas por la entrepierna. Recordemos también que cuando Pedro Sánchez estaba negociando en una mesa con Podemos e IU para lograr un pacto para un Gobierno de izquierdas, firmó en otra mesa otro pacto con Rivera, un pacto de Gobierno de 66 páginas, que muy poca gente ha leído, que parecía un calco del programa político con el que se había presentado Ciudadanos a las elecciones y que incluía, por ejemplo, la implantación en España de la “mochila austriaca”, es decir, que los trabajadores se paguen su propio despido, y otras medidas económicas muy derechistas.  La ignominia llegó a su cénit cuando Pedro Sánchez pidió a Podemos y a IU, a los que acababa de desairar, que le votaran en la sesión de investidura y, como, lógicamente, no lo hicieron, los socialistas les echaron la culpa de que, finalmente, gobernara Rajoy. Pues bien, a pesar de que los militantes socialistas gritaban en la calle Ferraz, tras el triunfo electoral en las generales, “con Rivera no”, vuelve la tentación naranja a los conspicuos del PSOE y otra vez se quiere ningunear y menospreciar a los que les han dado completamente gratis sus 71 diputados para conseguir, por ejemplo, una subida de las pensiones según el IPC o una subida histórica del SMI a 900 euros. Estamos escuchando otra vez cosas alucinantes. El PSOE está haciendo encajes de bolillos para poder gobernar, porque los necesita, pero lo quiere todo, quiere el Gobierno de la nación, quiere el gobierno de la mayoría de las CC AA y quiere el gobierno de los ayuntamientos. Para eso necesita a los de Unidos Podemos y también a Ciudadanos. Pero, aunque los de Pablo Iglesias se han pegado unos cuantos batacazos electorales, siguen teniendo la sartén por el mango. Sería demasiado grosero un acuerdo para gobernar España del PSOE y de Ciudadanos, porque los que votaron a Rivera han salido en su mayor parte del PP y eso no lo tolerarían y algo similar pasaría con los que ahora han votado al PSOE y se habían ido a Podemos. Así que los estrategas de pacotilla quieren logran no ya unos acuerdos de geometría variable, sino la cuadratura del círculo, algo que, en matemáticas, como en política, nadie ha sido capaz de resolver. Los socialistas deben ser conscientes de que su éxito, el único éxito, junto con los socialistas lusos, de toda Europa, se debe a su giro a la izquierda y a sus pactos y acuerdos por la izquierda, eso, naturalmente, además de sinergias positivas, tiene un costo, no se puede tener todo en esta vida. La tentación naranja me recuerda mucho a cuando el diablo tentó a Jesús y le ofreció el mundo a cambio de que le adorase, pero el mundo era del Padre, y los votos de los españoles ¡Cuidado!

lunes, 27 de mayo de 2019

EL PSOE DE SÁNCHEZ PASA LA REVÁLIDA


Tras las elecciones municipales, autonómicas y europeas, solo hay un claro ganador, el Partido Socialista, los demás partidos importantes pierden, algunos estrepitosamente. El PSOE de Sánchez ha pasado de estar en franca descomposición, como el resto de partidos socialdemócratas de Europa a ser hoy un referente europeo. Muchas cosas han sucedido en el PSOE y en España desde el golpe que dieron a Sánchez sus propios compañeros de partido, pero el tiempo ha demostrado que algunos teníamos razón y que la línea portuguesa, la del pacto y el acuerdo con otras fuerzas a la izquierda, era la única que podía salvar al PSOE. Resulta hoy épico recordar a aquel secretario general, con lágrimas en los ojos, coger su coche para empezar a recorrer las agrupaciones de toda España y al puñado de militantes que, arriesgando su carrera política, le acompañaron. “El del Falcon, el okupa, el que ha vendido España a los independentistas” ha contestado por dos veces, en menos de un mes, a los que le decían esas cosas con contundencia, con el apoyo de millones de españoles, esos son sus argumentos.
Las derechas pierden en casi toda España, pero el PP salva la cara en Madrid, donde se va a hacer con el Gobierno de la ciudad y seguirá teniendo en sus manos el de la comunidad. Los que han cosechado una estrepitosa derrota, los que no salvan ni los muebles, algo que ha perjudicado al conjunto de la izquierda, en Madrid, por ejemplo, son Unidas Podemos y sus confluencias. Se veía venir. Tras el batacazo en las elecciones catalanas y andaluzas no solo no se hizo ninguna autocrítica y se rectificó, Iglesias y Garzón se empecinaron en sus errores.  Tras las elecciones autonómicas andaluzas, el Coordinador General de IU, Alberto Garzón, envió una carta a los militantes donde, en resumen, se echaba  la culpa a los electores del pésimo resultado electoral, esa era la autocrítica. Feminizar hasta el nombre, defender a los okupas y los manteros, querer abrir de par en par nuestras fronteras y coquetear con los independentistas eran bobadas y errores tremendos que los indignados que les habían votado y depositado en ellos su confianza, muchísimos jóvenes en paro o con salarios miserables, no les han tolerado. Es sintomático que en Asturias, a pesar de todas las fechorías de los socialistas, Podemos pierde cinco diputados e IU tres (se presentaron por separado) que se van al PSOE o a la abstención ¡menudo logro! Casado puede salvar su cuello gracias a los resultados de Madrid, pero a Pablo Iglesias y Alberto Garzón no les van a servir esta vez las piruetas y las tonterías dialécticas como cortada, ni siquiera que les den un ministerio, la han cagado, pero bien. A Carmena y Errejón los votantes también los han puesto en su sitio, Roma no paga a traidores.  


miércoles, 15 de mayo de 2019

IRÁN ¿LA PRÓXIMA GUERRA?


Una pregunta se hace el mundo ¿cuál será la próxima guerra donde estarán involucrados los EE UU? La pregunta no es baladí y la ha planteado hace pocos días un vocero de la Guardia Revolucionaria Iraní, al tiempo que nos ha recordado que los EE UU solo han estado en paz durante 16 años en sus 240 años de Historia ¿Será la próxima guerra del Imperio contra Irán? ¿Será contra Venezuela? ¿serán ambas al mismo tiempo o una a continuación de la otra? Nadie, en su sano juicio, discute que los EE UU tendrán otra guerra en breve. Lo que le pasa a los EE UU es exactamente lo mismo que les pasó a todos los imperios a la largo de la Historia, todos ellos estaban en continuos conflictos para imponer su hegemonía a los demás pueblos. Los países que no tienen como doctrina ser los dueños del mundo no van por ahí haciendo guerras. El problema que tienen los imperios es que siempre hay alguien que se resiste a su dominación y a sus dictados.
El Gobierno de España ha ordenado a una de las fragatas de nuestra Armada, la F-104 “Mendez Núñez”, que deje de escoltar al portaaviones estadounidense, “USS Abraham Lincoln”, una vez que este y su grupo de combate han cambiado la misión de circunvalación del mundo por aproximarse a aguas del Golfo Pérsico y por acosar a Irán. Las fragatas españolas de la serie F-100 llevan todas instalado el sistema AEGIS, de procedencia norteamericana, para su integración con los grupos de combate navales de la NAVY, y realizan frecuentemente misiones de escolta a los portaaviones de Imperio y otras actividades que nada tienen que ver con el mandato constitucional, con lo que dice muy clarito el Artículo 8, apartado 1.
Hace mucho tiempo que los halcones del Pentágono llevan preparando una guerra contra Irán, primero bajo la coartada del programa nuclear iraní y luego, cuando se llegó a un acuerdo, apartándose de él. Nadie es capaz de explicar cómo es posible que Israel tenga un programa nuclear militar totalmente desarrollado, que incluye vectores intercontinentales estratégicos con un rango de 11.000 Kms, imposibles de justificar para un teatro de operaciones regional, y que nadie diga nada al respecto. Que la nación del mundo que más gasta, con diferencia, en armamento y que tiene el arsenal nuclear más poderoso diga quién debe tener o no armas atómicas ya es una ignominia, que se use distinta vara de medir ya se vende muy mal en el siglo de la información globalizada.
La retirada de la fragata española ha venido precedida de una reunión en Bruselas de la Comisión con los ministros de asuntos exteriores de los países miembros para cambiar impresiones sobre varios asuntos de actualidad, pero ninguno de ellos preocupa tanto como una nueva guerra en Oriente Medio o Próximo. Irán no es Iraq, es un país mucho mayor, con muchos más habitantes, con un ejército que está a años luz del de los EE UU, pero que podría hacer mucho daño con disponibilidades asimétricas, bien en el Estrecho de Ormuz, bien con sus misiles de medio alcance, además, Irán forma parte de ese ente tácito, la Alianza Continental, que incluye a China y a Rusia. Una guerra allí puede ser tremenda, implicaría desde el primer momento a varias naciones de la zona y nadie puede prever su deriva. EL Estrecho de Ormuz, por donde pasa mucho petróleo que va a Europa y Japón y el gas de Qatar, el primer productor mundial de gas natural, podría estar bloqueado durante meses, con consecuencias devastadoras para estas economías. También China se vería gravemente afectada, porque importa mucho gas de Qatar y mucho petróleo de Irán, la mayor parte a través de un gigantesco oleoducto de más de 4.000 kms de largo que atraviesa varias exrepúblicas soviéticas. Los EE UU, que ya son autosuficientes energéticamente, estarían encantados (sobre todo si se apropian del petróleo venezolano) los sionistas, incluido el yerno de Trump, también, y no digamos las monarquías feudales árabes, mientras los competidores de USA quedarían hundidos en la miseria. La derecha española está muy preocupada por el contrato de 20 fragatas de NAVANTIA para los EE UU, qué importan los muertos, pero eso sería pecata minuta sobre lo que nos puede caer encima, no precisamente por no hacer de palmeros de los EE UU.


jueves, 9 de mayo de 2019

ASTURIAS EN PELIGRO


Más de dos veces se ha tenido que jugar Asturias la vida en una partida, se equivocaba Víctor Manuel, eso sí, siempre se la jugó, la mayoría de las veces no por deseo propio. Es falso eso de que somos una región invicta, muchas veces hemos perdido, pero nadie nos podrá discutir que siempre hemos luchado: hemos luchado contra los romanos, contra el Califato de Córdoba, contra los franceses, contra la República, contra Franco y, en nuestra lucha más épica, contra nosotros mismos. Ahora Asturias se encuentra otra vez en una encrucijada histórica y otra vez a nuestro pesar. O preparamos las hondas, enristramos las lanzas y disparamos las saetas, como cuando Pelayo, o nos aplastarán.
Históricamente, Asturias ha sido una región pobre, una región poco poblada, de minifundios, de caseríes, aislada tradicionalmente con la Meseta. Ahora nos quejamos de que estamos mal comunicados, y es cierto, pero hace siglos estábamos casi incomunicados. De aquella incomunicación, no solo física, de aquellos minifundios y de aquellas ciudades y villas, que eran poco más que aldeas, era un milagro que surgieran hombres como Gaspar Melchor de Jovellanos, era un milagro que tuviéramos alguna influencia en España y en el mundo. La revolución industrial y, en concreto, la industria extractiva del carbón llegaron a Asturias para perjudicarnos. Aquellos campesinos que vivían de media docena de gallinas, cuatro vacas, dos sacos de patatas y un poco de maíz cambiaron la casería por la mina y allí dejaron su salud, y muchos su vida, para que se lucraran con su sacrificio los ingleses. La historia más reciente de Asturias, y sus más crudos dramas, está íntimamente relacionada con el carbón, sin él no hubiera habido ni la revolución del 34, ni tantos huérfanos, ni tantos silicosos  ni tanto desfilfarro de fondos públicos, ni la descarbonización a la que ahora asistimos ¡maldito carbón! Junto a la industria del carbón apareció en Asturias también la industria del acero, antes siempre iban de la mano. Empresarios asturianos y foráneos explotaron durante décadas una industria primaria, con muy poco valor añadido, que, como la minería de la hulla, tenía sus días contados. Asturias estaba condenada a volver a los minifundios y a la emigración a Cuba o a Argentina. Pero, hete aquí que entonces llegó papá Estado para salvarnos. El régimen franquista, aislado internacionalmente, necesitaba el carbón asturiano, así apareció HUNOSA, no importaba que su explotación en rampas inclinadas a mucha profundidad resultara carísima y que hubiera muchos muertos, para eso, para los huérfanos de la minería, construyó José Antonia Girón de Velasco la Universidad Laboral de Gijón, en principio un orfanato minero. A principios de los años 60, ante el inminente colapso económico de España, el entonces presidente del Gobierno, Carrero Blanco, encargó a un protegido suyo, que ya había hecho una brillante reforma en la administración pública, Laureano López Rodó, que salvara a España de la quiebra. López Rodó se hizo cargo de la Comisaría del Plan de Desarrollo, que luego sería elevada a ministerio, y desde allí acometió tres Planes de Desarrollo, copiados de los planes quinquenales soviéticos, que sacarían a España de la Edad Media y la pondrían entre las naciones desarrolladas. Fue entonces cuando se creó el INI (Instituto Nacional de Industria) que sería el mayor grupo industrial de España durante decenios. En aquella coyuntura se creó una buena parte de la industria siderúrgica que hoy sobrevive en Asturias, en parte totalmente nueva y en parte que recogía otras, ya obsoletas, antiguas. Pero, papá Estado se fue y nos dejó otra vez en manos de empresarios extranjeros, de los burócratas de Bruselas y de nuestros propios errores. Este es nuestro drama. Tenemos muy poca fuerza, como Pelayo en Covadonga, y solo seis diputados, nos queda nuestra determinación y nuestra lucha. De nosotros, de nuestra unidad al margen de partidismos e ideologías y ¿quién sabe? de otro milagro, depende salir, no ya victoriosos, al menos, adelante.

martes, 7 de mayo de 2019

LA SEXTA EXTINCIÓN MASIVA


Aunque ya había científicos que venían alertando desde hace años del drama al que ya estábamos asistiendo, el informe que acaba de publicar la ONU pone los pelos como escarpias, da miedo o, para decirlo en Román Paladino, acojona. La ONU nos advierte de que hay un millón de especies de animales y plantas en peligro de extinción pero también de que empieza a estar seriamente amenazada la supervivencia del Homo Sapiens. Nos estamos suicidando, así de claro. “Estamos erosionando los fundamentos mismos de nuestras economías, nuestros medios de subsistencia, la seguridad alimentaria, la salud y la calidad de vida en todo el mundo” fueron las palabras demoledoras de Robert Watson, presidente de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y servicios de los Ecosistemas (IPBES).
Hace unas pocas décadas los ecologistas eran vistos como tipos raros, como “frikis” que se preocupaban por las ballenas, por las consecuencias de la electricidad estática de las líneas de alta tensión y por cosas que al resto de los mortales importaban un pimiento. Pero ahora, afortunadamente y aunque nos falta mucho para tomar conciencia del gravísimo problema medioambiental, los “frikis” empiezan a ser los demás. Cuando hace años en los debates y las entrevistas políticas a líderes de los partidos en la televisión Julio Anguita, entonces coordinador general de IU, soltó esta frase: “Para poder tener un crecimiento sostenible necesitaríamos dos planetas Tierra”, le dijeron que estaba en otra galaxia.
La ONU nos ha dicho, muy clarito, que, o se toman medidas radicales para invertir de inmediato la deriva hacia el abismo, o nos enfrentamos a la sexta extinción masiva a la que va a asistir el planeta Tierra, es más, nos han dicho que la sexta extinción masiva ya ha comenzado y que nosotros, si no hacemos nada para revertirla, nos extinguiremos en ella, así de crudo. El 75 % de las especies terrestres y el 60% de las marinas ya están al borde mismo de la extinción. Particularmente grave es el holocausto de las abejas provocado por los pesticidas, algo que podría poner en muy poco tiempo a la Humanidad ante una hambruna de dimensiones bíblicas.
La primera gran extinción fue entre el período Ordovícico y el Silúrico, hace 440 millones de años, la segunda en el Devónico, hace 360 millones de años, la tercera, una de las peores, en el Pérmico-Triásico, hace 250 millones de años, es llamada la ”Gran Mortandad” y en ella desaparecieron el 97 % de los animales y las plantas de la Tierra, la cuarta en el Triásico-Jurásico, hace 210 millones de años y la quinta en el Cretácico-Pérmico (la de los dinosaurios) hace 65 millones de años. Todas ellas sucedieron por fenómenos naturales, gran actividad sísmica, cambios climáticos severos, gran actividad volcánica o por el choque de un gran meteorito, ninguna por las actividades de una especie. Nuestra responsabilidad sobre lo que está sucediendo no tiene duda: deforestaciones gigantescas, una actividad agrícola de locos, arrasando los mares con la sobrepesca e inundándolos de basuras y contaminación, especialmente de plásticos totalmente prescindibles, contaminando gravemente la atmósfera del Planeta, etc. Y eso a pesar de que hemos tenido mucha suerte, porque los armamentos nucleares que almacenan las grandes potencias podrían destruir la Tierra, la Biosfera completa, varias veces o varias decenas de veces.
El ecologista británico, James Lovelock, en su libro “La venganza de la Tierra” elaboró la teoría de “Gaia”, donde nos dice que nuestro planeta es un ente que “decide” y que se autorregula ¿Habrá decidido ya la Tierra eliminarnos o lo haremos nosotros mismos?

sábado, 4 de mayo de 2019

EL PAPEL DE ESPAÑA EN VENEZUELA


España ha perdido mucha influencia en Iberoamérica, a pesar de las raíces históricas, de que muchos descendientes de españoles viven allí y de la gran actividad que realizan nuestras empresas al otro lado del Océano Atlántico. Ello se debe a varias causas, una es que las repúblicas hermanas de América tienen todavía la percepción de que, de alguna forma, queremos tutelarlas y en algunas de ellas, como vimos hace poco con las desafortunadas declaraciones del presidente de México, todavía nos ven como conquistadores y otra la total supeditación de la política exterior española, desde hace décadas, a los intereses estratégicos de los EE UU que, como todo el mundo sabe, consideran a América Latina como su “patio trasero”. La inoperancia y la escasa asistencia de países  a las Cumbres Iberoamericana, que periódicamente organiza nuestro país, es la muestra del fracaso político y diplomático de España en América. La supeditación española a los intereses de EE UU viene desde que el presidente norteamericano, Eisenhower, se paseó con Franco en coche descubierto por las calles de Madrid, en la visita que realizó en 1.959, y bendijo la dictadura a cambio de cuatro bases militares. Hasta entonces España había sido un país neutral y la derecha española antiestadounidense, muy antiestadounidense, desde la Guerra de Cuba. La gente bien informada conoce que esa servil supeditación española a los EE UU ha tenido algunos beneficios, como se vio en el problema del islote Perejil o con la colaboración que USA ha prestado a España, gracias a su sistema de escucha global ECHELON, a la lucha antiterrorista, especialmente contra ETA, pero no todo el mundo es consciente de los perjuicios, como, por ejemplo, lo que sucedió en el Sáhara Occidental, lo que, en verdad, pasó en el golpe de Estado de 1.981, o la implicación de España en guerras como Afganistán, Irak o Libia. El papel que está desempeñando España ahora en Venezuela es un exponente más de en qué se convierte tu política exterior cuando actúa a las órdenes de otros. La maravillosa frase del todavía ministro de Exteriores de España, Josep Borrell, (que por segunda vez será desterrado a Estrasburgo) lo dice todo: “Estamos recibiendo fuertes presiones de alguien pero no voy a decir de quién”.
España ha hecho de mamporrera de los EE UU para que la UE pusiera sanciones a Venezuela y apoyara a la oposición y en Iberoamérica se toma buena nota de esas cosas, porque hoy le toca a Venezuela y mañana te puede tocar a ti. Ni siquiera el general Franco, tan sustentado, como hemos dicho, por los EE UU, tuvo una política tan palanganera  en América. A mí me gusta poner siempre como ejemplo lo que sucedió con la tragedia del “Sierra Aránzazu”, el buque español que en su cuarto viaje a Cuba, cuando el bloqueo era más fuerte, sufrió un ataque donde pereció el capitán, el segundo oficial y el tercer maquinista y varios marineros resultaron heridos. El “Sierra Aránzazu” llevaba material textil, material agrícola, juguetes y alimentos (entre ellos turrón) para Cuba. Ahora España colabora con el Imperio y ofrece su legación diplomática en Caracas para que se refugie en ella al que no quisieron en la de Chile, a Leopoldo López, no un demócrata, como nos quieren hacer creer, sino un agitador, como Guaidó, al servicio de Washington, que había sido condenado a trece años de cárcel por organizar algaradas que provocaron 43 muertos y que, después de cumplir cinco, estaba en arresto domiciliario por motivos de salud. Borrell advierte ahora a Leopoldo López después de que este individuo lanzara proclamas desde la entrada de la embajada española: “España no va a dejar que su embajada sirva para el activismo político”. Tenemos un problema.
El pasado jueves, 2 de mayo, los presidentes de EE UU, Donald Trump, y de Rusia, Vladímir Putin, mantuvieron una larga conversación telefónica, de 90 minutos, en la que trataron, entre otros, los problemas de Corea del Norte, Ucrania y Venezuela ¿Habrá cambio de cromos, yo no te toco las narices en tus fronteras y tú me dejas actuar en Venezuela? Ya lo veremos. Atentos.