jueves, 12 de enero de 2017

ESPAÑA, LÍDER MUNDIAL

El año pasado España ha vuelto a ser líder mundial en trasplantes de órganos y en número de donantes. Pero, no quiero quedarme ahí. Es muy probable que en estos momentos nuestro país tenga también el mejor sistema sanitario del mundo, que comprende una buena infraestructura hospitalaria, unos estupendos profesionales y una industria de medicamentos potente. Ningún español ni ningún residente en España se encuentra desamparado sanitariamente y las garantías que ofrece nuestro sistema sanitario es una de las razones mas importantes de que muchos extranjeros de edad avanzada vengan a residir a nuestro país o de que el año pasado España haya batido todas las marcas históricas de turistas, acercándose también en este campo al liderato mundial (en otros destinos turísticos el sistema sanitario da miedo). Otros tendrán mas portaaviones que nosotros, pero mientras en algunos países, como los EE UU, si eres pobre y padeces una enfermedad grave tienes el pasaporte al otro mundo asegurado, cualquiera en España, independientemente de su renta y/o condición social, recibirá unos tratamientos de primera. Ese logro no se debe a la acción de algún Gobierno en concreto, se ha conseguido después de muchos años de esfuerzos y es obra de todos, de todas las fuerzas políticas, de todos los profesionales sanitarios y de todos los españoles en general.
La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) no solo ha conseguido que España sea líder mundial, con diferencia, en ese campo, es hoy referente para muchos países que piden consejos al nuestro sobre su funcionamiento. Podemos decir sin temor a equivocarnos que, salvo España, o salvo que seas millonario, no existe ningún otro país del mundo donde el corazón que necesita un enfermo pueda viajar a toda prisa, en reactor si es necesario, para salvar su vida. Por su enorme labor humanitaria y por su buen funcionamiento parece increíble que la ONT todavía no haya sido galardonada con el Premio Nobel.

Los españoles somos muy críticos con nosotros mismos (no quiero decir autocríticos) seguramente porque muchos han vivido en una dictadura donde no podían opinar y ahora se resarcen. Eso se lo han trasmitido a sus hijos y a sus nietos. Pero, si bien es cierto que hacemos muchas cosas mal y que nuestro país tiene muchas cosas que mejorar, y eso hay que decirlo todos los días, también lo es que tenemos nuestros puntos fuertes. A muchos extranjeros les llaman poderosamente la atención algunas cosas que a nosotros nos parecen normales, como que hablemos siempre en alto, que se torture un toro hasta la muerte, que en los baños haya bidé o que con una cerveza o un vino te den un pincho o una pequeña tapa y no te cobren por ello. De esas cosas que hacemos algunas están, evidentemente, mal y otras bien, pero la cotidianidad a veces anula la perspectiva. Estamos acostumbrados a tener un sistema sanitario público que protege nuestras vidas, pero eso no nos ha llovido del cielo, ahora la obligación de todos es mantenerlo y mejorarlo, porque todavía hay un amplio margen de mejora, de dotarlo de la suficiente financiación y de la necesaria dotación material y humana. No puede existir mayor orgullo para ninguna nación, para ningún país, que ser líder, como España, por su sistema sanitario.

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