viernes, 27 de septiembre de 2019

ARCELOR: CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA


La Empresa Nacional Siderúrgica, ENSIDESA, se crea en los años 50 en Avilés, se trataba de crear una empresa siderúrgica con los medios más modernos merced a la iniciativa del Estado, pues la iniciativa privada española no tenía capacidad, ni voluntad, de acometer esa gigantesca inversión. UNINSA se creó en 1.961 para unificar y modernizar las empresas privadas, ya obsoletas, de la comarca de Gijón con la construcción de una nueva planta que tendría accionariado privado diverso (Duro Felguera, Fábrica de Moreda, Fábrica de Mieres, etc) pero que en 1.973, ante su situación de quiebra, tuvo que ser absorbida por ENSIDESA, es decir, por el Estado. Entonces no existía el mundo globalizado y España necesitaba siderúrgicas que produjeran acero a precios competitivos para la creciente actividad industrial de nuestro país, ferrocarriles, fábricas de automóviles, etc. Desde el primer momento ENSIDESA no fue rentable, porque a la amortización de las gigantescas inversiones había que sumar los precios políticos del acero y la pésima gestión de las plantas, de esta última podría escribir un libro, pero no quiero hacerles llorar. Tras algunos episodios sobre los que no me quiero extender, no vienen al caso que nos ocupa, finalmente ENSIDESA acabó casi regalada, a pesar de que el Estado había gastado 100.000 millones de pesetas en la acería LD-III de Avilés, en manos de la familia Mittal, que ya tenían negocios en buena parte del mundo. Desde el primer momento algunos vimos en esta operación un negocio especulativo que en absoluto iba a garantizar en el futuro ni la continuidad de las plantas, ni los puestos de trabajo, ni una industria de carácter estratégico tan importante para España. Y eso con todo lo que ENSIDESA significó y ARCELOR todavía significa para la economía asturiana y para la supervivencia de muchas familias trabajadoras y de muchas empresas auxiliares. Como una bomba de relojería, la cuenta atrás está a punto de concluir. A la crisis mundial por la subreprodución industrial se une la caída de la demanda por la guerra comercial entre los EEUU y China y a ambas el achatarramiento de unas plantas donde no se han hecho las inversiones necesarias para su modernización, ni nadie las ha exigido. Esto, señores, es el capitalismo, el neoliberalismo a cara descubierta, la gente importa un pimiento. ARCELOR se muere, como se murió la minería del carbón, llega el duro invierno y ahora las cigarras vendrán a pedir comida y supervivencia a las hormigas.

LA ENCUESTA DEL CIS Y LAS OTRAS


Se ha hecho pública la encuesta del CIS del mes de septiembre y había gran alborozo en el PSOE, no tanto en su dirección, por los porcentajes de intención de voto que les daba. Pero, la alegría duró poco, porque a continuación varios periódicos españoles, de líneas editoriales diversas, publicaron otras encuestas que dan unos resultados totalmente distintos ¿Es que la encuesta del CIS estaba cocinada? seguramente no, pero cuando una encuesta no está actualizada, y por medio hay una nueva convocatoria electoral e incluso la aparición en escena de algún nuevo partido, no necesitas manipular los resultados de la encuesta para convertirla en un MasterChef. Las encuestas de empresas demoscópicas sí contemplan la nueva convocatoria electoral y la aparición del nuevo partido de Errejón, al que los socialistas, irresponsablemente, han estado potenciando y dando toda la publicidad posible en los últimos días, como en su día hicieron con Nueva Izquierda. El PSOE, lejos obtener unos magníficos resultados, pierde dos diputados, UP, se deja ocho diputados que van a parar al partido de Errejón, pero los de Iglesias aguantan con 34 diputados, Ciudadanos se desmorona y pierde exactamente los mismos 25 diputados que ganó en las últimas elecciones (la sobreactuación y la voxificación no gustan a la derecha moderada), Vox pierde tres escaños y el PP se dispara hasta los 97 diputados, recogiendo lo que pierden tanto Ciudadanos como Vox. Nada nuevo bajo el Sol, como yo ya había adelantado, nada se mueve entre los espectros políticos de las derechas y las izquierdas, solo se redistribuyen los votos entre las fuerzas políticas que los integran. Si algo inesperado no lo remedia, el fracaso de Pedro Sánchez va a ser monumental, el PSOE ganará otra vez las elecciones, sí, pero tendrá ahora imposible formar Gobierno, no solo con la jaula de grillos que ha potenciado a su izquierda, una vez conocida las sentencias y después de lo que va a suceder en Cataluña, tampoco tendrá los votos ni de ERC ni seguramente del PNV ¿Podrá dormir ahora bien Pedro Sánchez llevando por enésima vez a los españoles a nuevas elecciones? ¿Podrá dormir bien el presidente en funciones con un país paralizado y con los pensionistas con el salario congelado porque no tenemos Presupuesto? Si nada cambia los resultados electorales que prevén las encuestas, estaremos ante la constatación de un error monumental. España no es Alemania y la Gran Coalición aquí no es posible, sería el suicidio del PSOE y del PP. Que Iván Redondo, el Rasputín del Reino sin “responsabilidad moral”, resuelva este entuerto.

lunes, 23 de septiembre de 2019

VÉRTIGO ELECTORAL


Aunque seguramente los votos de los españoles casi no se van a desplazar en el espectro político, no va a haber un corrimiento hacia el rojo ni hacia el azul y la gente de izquierda seguirá votando a la izquierda y la de derechas a la derecha, esto no quiere decir que no pueda haber cambios sustanciales en la política españolas tras las próximas elecciones generales del 10 de noviembre, cambios en la correlación de fuerzas, cambios en el reparto de escaños y cambios hasta en el Gobierno. Yo ya dije que no era capaz de explicarme el empecinamiento del PSOE por llevar a los españoles a otras elecciones, como tampoco me explico por qué los empresarios prefieran tener la economía del país perdiendo décimas de crecimiento, las CC AA sin recibir dinero y a España sin Presupuestos  y con un Gobierno interino, con todo lo que ya está cayendo, antes de tolerar que los de UP tuvieran algún ministerio ¿De verdad piensan que íbamos a tener aquí, por eso, una revolución bolchevique? Pero, en fin, en esto nos han metido, porque hace un mes las encuestas decían lo que ya no dicen ahora. El domingo 22 de este mes de septiembre el Diario “La Vanguardia” un periódico nada sospechoso de tirar piedras al PSOE, publicaba una encuesta demoledora, una encuesta que ya nada tiene que ver con la última del CIS. El PSOE no solo no arrasaría, en el mejor de los casos solo obtendría 134 diputados, es decir, muy lejos de la mayoría absoluta y, una vez rotos todos los puentes con UP, tendría imposible formar una mayoría de Gobierno, salvo, claro está, que pactara con alguno de los partidos de la derecha, en concreto con el PP o con Ciudadanos. España no es Alemania y tanto socialistas como populares saben perfectamente que un pacto de Gobierno entre ellos significaría el suicidio político de ambas organizaciones, así que solo queda Ciudadanos, que es tan de derechas o más que el PP, pero al que los socialistas venderían mejor a sus votantes, como ya hicieron tras el pacto con Rivera en 2.015. Pero, hete aquí que Rivera no está por esa labor, lo que quiere es liderar la derecha y ser presidente del Gobierno, no muletilla del PSOE. Cuando Rivera pactó con Sánchez perdió ocho diputados y cuando se enfrentó a él ganó 25, así que para el líder de Ciudadanos la estrategia actual, dar cera al “jefe de la banda”, es la adecuada ¿Qué puede hacer, entonces, el PSOE si no quiere ir de cabeza a la oposición? Pues tirarse a la yugular de Pablo iglesias, no de los votantes de UP, que es el único nicho de votos donde piensan que podrían pescar, e intentar descabalgar con oscuras, sino aviesas, maniobras a Rivera de la dirección de Ciudadanos para que un nuevo líder, o lideresa, pacte con los socialistas. En este contexto hay que inscribir la reunión que tuvieron hace unos días, a petición de Rivera, el líder de ciudadanos y Pablo Iglesias en la cafetería del Congreso. Vienen a por nosotros, se dijeron. Yo estoy convencido de que las complejas operaciones de ingeniería estratégica, de que los triples saltos mortales con tirabuzón, de que, en definitiva, las conspiraciones de aficionados no suelen funcionar en política, tienes que amarrar demasiados cabos para que todo te salga bien. En este sentido, Iván Redondo, el asesor de Sánchez, es un tipo listo, pero un conspirador amateur. No le ha salido bien el relato de echar la culpa a todo el mundo, menos a Sánchez, de ir a nuevas elecciones generales y tampoco le va a salir la nueva estrategia producto de los nervios ante las encuestas, una estrategia que incluye también potenciar a Errejón. Si el PSOE no logra hundir a UP, y la encuesta de La Vanguardia dice que no lo logra, y si el PP se recupera y concentra en él algo más el voto de la derecha, algo que también dice la encuesta de La Vanguardia, las derechas, merced a la Ley Electoral, pueden obtener la mayoría absoluta y gobernar, y eso sin contar posibles candidaturas conjuntas en algunas CC AA. Sería algo de lo que la izquierda quizá ya nunca más se recuperaría en este país. El vértigo marcará esta campaña electoral.

miércoles, 18 de septiembre de 2019

SÁNCHEZ LLEVA A LOS ESPAÑOLES A OTRAS ELECCIONES


Tras nuevas consultas con los cuatro principales partidos del país, y una vez constatado que Pedro Sánchez, al que le había encargado formar una mayoría de para gobernar, no tiene el apoyo de ninguna de esas fuerzas políticas para establecerla, S M el Rey ha decidido que se disuelvan Las Cortes y se convoquen elecciones generales para el día 10 de noviembre. A pesar de los ingentes esfuerzos de los dirigentes socialistas para establecer un relato creíble, esta vez casi todo el mundo coincide en que han sido sus intereses partidistas, y el empecinamiento de Sánchez, los que van a llevar a los españoles otra vez a las urnas. El PSOE no ha escatimado esfuerzos propagandísticos para echar la culpa a todos los demás de haber llegado a esta situación: todos son culpables, menos ellos ¿autocrítica? ninguna. Pero, si echamos la vista atrás unos meses a todo lo que hemos visto desde la moción de censura contra Rajoy, el Gobierno del PSOE, que solo tenía 85  diputados y había cosechado su peor resultado electoral desde la Transición y que llegó al Ejecutivo gracias, fundamentalmente a UP, que entonces tenía 69 diputados, no hizo otra cosa que campaña electoral hasta las elecciones generales del 28 de abril que los socialistas ganaron obteniendo 123 escaños. Conviene recordar los que se dieron en llamar “viernes sociales” y todas las medidas progresistas que anunciaban en ellos y que tanto gustaban a la mayoría de la gente. Todo era propaganda, la misma propaganda utilizando groseramente las instituciones para ella del mitin del martes 17 de septiembre del presidente del Gobierno contra los demás partidos y pidiendo “una mayoría más clara a los españoles” o del mitin del viernes 13 de septiembre contra Pablo Iglesias de la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá ¿No han entendido los socialistas que la presidencia del Gobierno y su portavocía son instituciones de todos los ciudadanos, no del PSOE?
La repetición de las elecciones generales, aparte de los casi 200 millones de euros que cuestan al erario público, van a suponer que el país siga políticamente paralizado, que las CC AA y los ayuntamientos no reciban dinero porque no hay Presupuestos, que la sentencia sobre los acusados por el “Procés”, con todo lo que tienen preparado los independentistas para entonces, se produzca con un Gobierno en funciones y que pensionistas y funcionarios tengan, otra vez, congelados sus salarios. Los viernes sociales, ahora queda diáfano, eran una patraña propagandística. Recordemos que ya fue un Gobierno del PSOE, el de Zapatero, el que congeló las pensiones y bajó un 5% el salario a los funcionarios ¡Ojo! unos y otros son millones que deciden las elecciones y muchos no se han creído el relato que Iván Redondo le ha preparado a Sánchez, han visto que los socialistas, en verdad, no querían gobernar con UP.
El PSOE ha utilizado durante todos estos meses a UP como el tonto útil, Pablo Iglesias se dio cuenta de ello en la sesión de investidura y entonces, haciendo movimientos de negación con la cabeza ante el discurso de Sánchez, frunció el ceño. Los socialistas han estado riéndose de los mismos que los llevaron a La Moncloa y han obligado a Pablo Iglesias a cambiar el chip, se terminó el buen rollito, ahora toca ponerse en  modo Julio Anguita. Sánchez ya no va a tener a Iglesias para que le salve el trasero en los debates electorales en la TV cuando uno le llame “mentiroso” y el otro el “jefe de la banda”. El PSOE desempolvará otra vez la falacia de “la pinza”, al tiempo.
Todos los españoles han visto que Sánchez no ha querido pactar ni con la derecha, “tengo estas tres condiciones para investirle presidente, pero me las da usted firmadas por escrito”, le espetó Albert Rivera, ni con la izquierda, a la que ofreció ministerios, como Educación y Vivienda, que casi no tienen Presupuesto y tienen trasferidas casi todas sus competencias a las CC AA y los ayuntamientos. El relato hace agua por todas partes y son muchos los damnificados que van a pasar por las urnas.

martes, 17 de septiembre de 2019

POR QUÉ SUBE EL PETRÓLEO

¿Como es que sube el petróleo cuando muchas economías están al borde de la recesión y ha bajado dramáticamente la actividad industrial en varios países importantes?Tras la grave crisis financiero-inmobiliaria y de otra aún más grave, en la que seguimos inmersos, que sigue creciendo y de la que se habla muy poco, la de la Deuda, se paralizó el crecimiento económico y algunos Estados entraron en recesión, lo que eufemísticamente llamaron “crecimiento negativo”, algo así como los “avances hacia la retaguardia” de los ejércitos de Hitler cuando empezaron a perder la guerra en las estepas y ciudades rusas.  Esa brutal caída de la demanda provocó el desplome de los precios de las materias primas, entre ellas el del barril de petróleo (180 litros) que había estado alrededor de los 150 dólares y cayó hasta casi los 20 dólares. Eso fue un duro golpe para todos los países productores, pero para unos más que para otros. Mientras que Rusia y Arabia Saudí, los mayores exportadores mundiales, capearon el temporal gracias a que no estaban endeudados, otros, muy dependientes, con problemas internos o internacionales graves, o con economías muy apalancadas  lo empezaron a pasar muy mal, como Venezuela, Irán o EE UU. En este sentido, más que en la política acentuadamente proisraelí de su administración, hay que entender algunas iniciativas del Gobierno de Trump, como la ruptura del acuerdo nuclear con Irán, o los ataques de falsa bandera en el Golfo de Omán y contra las refinerías en Arabia Saudí. Se cierra el círculo, ya tenemos el detonante que faltaba para la tormenta perfecta. La crisis que se había anunciado ya está aquí, pero, para unos más que para otros.

viernes, 13 de septiembre de 2019

LA ÚLTIMA FECHORÍA DE MARIO DRAGHI

Cuando apareció el dinero solo existían las monedas, que solían ser de bronce, plata y hasta de oro. No era práctico llevar encima cien gallinas para comprar con ellas una vaca. Pero, aquel dinero tenía valor, el de los metales con los que se habían acuñado las monedas. Con el paso del tiempo, los reinos y los imperios se dieron cuenta de que podían acuñar monedas cuyo valor nominal fuera superior al valor del material con que estaban hechas, bastaba que la cara del emperador o del rey figurara en los denarios, en los roblones o en los maravedíes para darle legitimidad y confianza a la fechoría.  Tuvieron que pasar siglos y suceder acontecimientos dramáticos que esquilmaron las arcas de las naciones, como grandes y costosas guerras, para que los Estados-nación fueran un paso mas allá e inventaran el papel moneda, es decir, un pagaré que decía que el reino, la república tal o cual, o que el Banco Central de donde fuera pagaría al portador una cantidad de monedas. Pero, entonces se dijeron, si lo único que sustenta  el papel moneda es la confianza, y tenemos esa confianza, aprovechémonos aún más de ella, y los bancos centrales y los Estados se sacaron de la manga unos nuevos billetes, un nuevo papel moneda, que ya no pagarés, donde, como los euros, no pone en ningún sitio que al portador  le darán algo por ellos. Pues bien, con este papel moneda, que la máquina de hacer billetes no cesa de imprimir a destajo, va  a comprar el BCE (Banco Central Europeo) 20.000 millones de euros al mes de Deuda de los Estados hasta no se sabe cuando, esta es la última decisión del todavía presidente del BCE, Mario Draghi, antes de retirarse ¿Por qué no compran esta Deuda los inversores particulares o los fondos de inversión, por qué no compran esta Deuda los bancos? pues no la compran por varias razones, pero la fundamental es que han perdido la confianza, no solo en su rentabilidad, incluso en que la puedan cobrar. Los Estados y sus bancos centrales están atemorizados con la amenaza de las llamadas criptomonedas, porque piensan que entonces el gigantesco tinglado piramidal se les puede venir abajo, pero yo no creo que este dinero virtual logre ganar la confianza de la gente y ya habrá descubierto usted, a estas alturas de la película, que en eso se basa todo. La verdadera amenaza es otra, que algún Estado decida que volvamos al trueque, a cambiar las gallinas por una vaca, o la fuerza de trabajo por bienes y servicios, pero en plan moderno, que algún Estado decida cargarse el papel moneda e introducir el dinero de plástico, una tarjeta, como única forma de pago, una tarjeta con su nombre y apellidos que no se podría multiplicar. Esa es la razón fundamental de que, siendo obvio que así se acabaría con el fraude fiscal, por ejemplo y entre otras cosas, a ningún Estado, endeudado hasta las cejas, se le ha ocurrido siquiera tomar esta decisión. El problema es que puede haber un acontecimiento con el que nadie cuenta que puede hacer perder la confianza a los ciudadanos en el papel moneda, sería una catástrofe, pero ya hay precedentes ¡que se lo pregunten a los argentinos! entonces no encontraría usted a los responsables de esa catástrofe, a los que llevan mucho tiempo engañando a la gente, ni debajo de las piedras.

jueves, 12 de septiembre de 2019

El EURIBOR Y LOS "MORTADELOS"

Baja el Euríbor y la gente está encantada, pero ¡cuidado! Los bancos centrales y los Estados se sacaron de la manga unos nuevos billetes, un nuevo papel moneda, que ya no pagarés, donde, como los euros, y al contrario que los billetes de pesetas, no pone en ningún sitio que al portador  le darán algo por ellos. Esos son los “mortadelos”, unos billetes con los que jugaban los niños en la España franquista que exhibían la imagen del personaje creado por Francisco Ibánez en 1.958 y que no valían nada o solo la confianza que la imaginación infantil les quisiera dar. Pues bien, ante la gigantesca crisis que provocó la explosión de la burbuja financiero-inmobiliaria y ante la todavía peor de la burbuja de la Deuda, que acabará estallando también, los bancos centrales pusieron a trabajar a destajo sus máquinas de hacer billetes. Las ingentes cantidades de dinero fresco, y oliendo todavía a tinta, están destinadas a salvar el culo a los bancos y a tapar el agujero presupuestario de los Estados, que llevan mucho tiempo gastando mucho más de lo que ingresan. En el mundo cabal a ninguna familia se le ocurre gastar mucho más de lo que ingresa, no se lo puede permitir, pero los Gobiernos no viven en el mundo cabal, porque los individuos que los integran solo están allí de paso, no tienen “responsabilidad moral” y son ellos los que nombran a los gobernadores y directores de los bancos centrales. En Dinamarca ya hay bancos que te pagan por prestarte dinero para una hipoteca y eso se puede extender a toda Europa ¿alguien se imagina alquilar un piso y que en vez de pagar el inquilino al propietario sea al revés? Pero un piso es un valor real y los "mortadelos" solo son papeles que no valen nada, y si en vez de recuperar su valor nominal recuperas "solo" el 95% el negocio es fabuloso. Naturalmente, la mayor estafa de la Historia no puede durar eternamente.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

¿POR QUÉ EL PSOE QUIERE NUEVAS ELECCIONES?


La noche electoral del 28 de abril los socialistas festejaban su triunfo en la calle Ferraz de Madrid, donde está la sede central de su partido. Era un triunfo agridulce,  porque si bien el PSOE había subido en votos y parecía que no seguiría el mismo camino hacia la minimización de otros partidos socialdemócratas europeos, los 123 diputados obtenidos quedaban muy lejos de lo que las encuestas que manejaban les otorgaban. Esa misma noche los militantes socialistas, que habían tomado un protagonismo inusitado en su partido no hacía mucho tiempo al revertir un golpe contra su secretario general, tenían claro lo que querían: “Con Rivera no” gritaban a Pedro Sánchez. Visione usted el vídeo de esa noche y vea el trabajo que le costó a Sánchez decir que había entendido ese mensaje. Pero, yo creo que, en verdad, no lo había entendido. Como hizo en 2.015, y a pesar de las duras palabras que el líder de Ciudadanos le dedicó en los dos debates electorales televisados, Pedro Sánchez y su asesor, Iván Redondo, seguían pensando en Rivera para formar Gobierno. Esta vez no era como en 2.015, cuando firmaron un acuerdo derechista con Ciudadanos y a Rivera le daban la vicepresidencia del Gobierno y tres ministerios, pero de los de verdad, esta vez no hacían falta los votos de UP para investir presidente a Pedro Sánchez, con los 123 escaños del PSOE más los 57 de Ciudadanos tenían más que suficiente y, además, esa era la apuesta de los poderes fácticos. Pero, hete aquí, que la dirección socialista, y toda la pléyade de personajes y personajillos que presionaban para esa segunda edición de un pacto entre PSOE y Ciudadanos, parecían no conocer los planes de Rivera, que ya estaba en otra clave de proyecto y cuya intención no pasaba por convertirse en muletilla del PSOE y a las siguientes elecciones desaparecer o quedar reducidos a muy poca cosa, sino en liderar la derecha y llegar a ser presidente del Gobierno. Rivera hizo una buena lectura de lo que le había pasado a su partido después de pactar en 2.015 con Sánchez, Ciudadanos perdió 8 diputados y pasó de tener 40 a quedarse con 32, al contrario, dando cera al PSOE, había subido de esos 32 diputados a los 57 actuales. La estrategia estaba clara y era la correcta. Por eso en la sesión de investidura Rivera no dio a Sánchez ni agua, por eso en la sesión de investidura Rivera llamó a Sánchez “el jefe de la banda”. Como por encanto, todas las expectativas de la gente que se había hecho ilusiones se vinieron abajo, y con solo 123 diputados, más uno de Revilla, Sánchez no puede ir muy lejos. Desde ese momento el PSOE pensó ya en ir a unas nuevas elecciones generales, las encuestas que manejaban los socialistas e Iván Redondo los dejaban muy cerca de la mayoría absoluta. Pero había que montar un paripé y establecer un relato creíble, no se podía llevar a los españoles a unas nuevas elecciones generales sin echar la culpa de eso a alguien, a alguien no que fueran ellos mismos. Nunca los socialistas quisieron a los de UP en su Gobierno, como en el pasado Felipe González prefirió pactar con CIU que con IU. No los llaman “piojosos”, como hace la derecha, pero lo piensan.  Los dirigentes socialistas siempre han preferido pactar con la derecha que con los comunistas, nada nuevo bajo el Sol, aunque los de UP se parecen muy poco al viejo PCE. La secuencia de acontecimientos del paripé de las negociaciones para un acuerdo que no se quería se la voy a ahorrar a usted, es de sobra conocida. Pero, las últimas encuestas ya no son tan optimistas para el PSOE, se terminaron hace tiempo los viernes sociales, autonomías y ayuntamientos están en graves dificultades financieras, no hay un Presupuesto y el Gobierno lleva sin tomar decisiones desde hace meses. Estar nueve meses en el Gobierno teniendo muy pocos diputados fue una bendición para Sánchez de cara a las elecciones del 28 de abril, pero ahora se ha llegado a un punto de inflexión. En las pasadas elecciones generales el PSOE fue, con diferencia, el partido más votado, pero sin UP los socialistas solo tienen 123 diputados y las derechas más la ultraderecha suman 147. Así de claro. Si vamos a nuevas elecciones generales y las derechas y la ultraderecha concurren juntas en algunas CC AA  o un partido, como el PP, logra concentrar en él más los votos que el 28 de abril, el Gobierno de España será suyo y, como en 2.016, cuando ganó Rajoy, el PSOE se volverá a equivocar. Sinceramente, lo confieso, soy incapaz de responder a la pregunta que he planteado al principio de este escrito.