miércoles, 11 de enero de 2017

LA VISITA DEL REY A ARABIA SAUDÍ

Hoy sábado 14 de enero el rey Felipe VI inicia una visita a Arabia Saudí, que durará hasta el lunes 16. La visita había sido aplazada en dos ocasiones ante la situación de interinidad gubernamental que se ha vivido en España durante unos cuantos meses. Aunque la visita no es la primera que un rey español hace a ese país, y viceversa, esta vez está teniendo muchas críticas, porque en el mundo han cambiado muchas cosas y, gracias a la red, la gente empieza a estar mucho mejor informada.
La visita del rey a Riad hace aflorar todas las contradicciones de los cínicos y los fariseos, que lo mismo te los puedes encontrar en una tertulia en un bar que firmando artículos en un periódico o dirigiendo un informativo radiofónico o televisivo. Hace poco tiempo, a raíz de la muerte de Fidel Castro, todos hemos asistido al coro de los defensores de la democracia condenando aquella dictadura, aunque muchos de ellos, en el colmo de la hipocresía, aplaudieron el régimen del general Franco hasta con las orejas. En marzo de 2.012 España retiró a su embajador en Damasco, que había sido llamado a consultas un mes antes, y solo dejó dos personas en la legación en la capital de Siria. El argumento fue la “represión del Gobierno sirio contra su población y la falta de libertades democráticas”.

El año pasado Arabia Saudí lo inauguró decapitando a cuarenta y seis personas, la mayoría disidentes políticos. Por supuesto, las cabezas ruedan por el suelo en ese país frecuentemente, pero también los cientos de latigazos, las amputaciones de miembros, las torturas y los encarcelamientos arbitrarios son allí norma. Al mismo tiempo que España retiraba a su embajador en Damasco, Arabia Saudí intervenía militarmente en su vecino Bahréin, un pequeño país insular, de alrededor de 1.300.000 habitantes, para aplastar a sangre y fuego el levantamiento popular contra el régimen que gobierna el país. Allí manda el rey Hamad bin Isa al-Jalifa, al frente de una dictadura criminal monárquica-hereditaria. Por supuesto, como en Arabia Saudí, los partidos políticos están prohibidos en Bahréin. Los muertos y heridos tras la intervención saudí se contaron por millares. Contemporáneamente asistimos a un drama humanitario de dimensiones colosales del que en Occidente se habla muy poco, me refiero a la guerra que asola Yemen. En estos momentos la flota de Arabia Saudí somete al país a un bloqueo naval que impide la llegada de alimentos para la población, mientras sus aviones bombardean no solo objetivos militares, lo hacen indiscriminadamente, incluyendo a escuelas y hospitales. No hace mucho se han podido ver imágenes de como la aviación saudí atacaba un funeral matando a decenas de personas. Pues bien, a esa dictadura asesina, la de los Saud, es a la que va a visitar nuestro rey que, seguramente, besará también a Mohamad Bin Salmán, el joven ministro de Defensa, y segundo en la línea de sucesión, que ya es considerado por muchos analistas como el hombre mas peligroso del mundo, no solo por dirigir intervenciones armadas en otros países, también por estar detrás de la financiación y entrega de armas a grupos yihadistas como el antiguo Frente Al Nusra y el Estado Islámico.  A esta dictadura que impide a las mujeres salir a la calle si no van acompañadas o conducir un automóvil, a esta dictadura que no respeta ninguna otra religión, ni le cuento a los ateos, a esta dictadura horrible es a donde viaja nuestro rey y nuestro Gobierno para “estrechar, aún más, los tradicionales lazos de amistad”. España, que ya ha vendido la infraestructura de la línea férrea de alta velocidad La Meca-Medina y que es uno de los proveedores de armas de los saudíes, espera cerrar un acuerdo para la venta de cinco corbetas de última generación. Seguramente por eso los mismos que pagaban las cacerías de elefantes y otras correrías del rey emérito, D. Juan Carlos, son mucho mas demócratas que Al Assad o que Fidel Castro.

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