SI NO HACEMOS NADA, HASTA LOS MUERTOS, CONVERTIDOS EN FANTASMAS CON BIRRETE BLANCO, EMERGERAN DE LAS TUMBAS PARA EXIGIR JUSTICIA.
jueves, 29 de octubre de 2020
LAS DELIRANTES CONCLUSIONES DEL JUEZ AGUIRRE
miércoles, 28 de octubre de 2020
¿PUEDE DECIDIR EL VOTO HISPANO LAS ELECCIONES?
Me referiré siempre a los
hispanos que viven en los EE UU y no a los mal llamados latinos, sean personas
o países americanos de habla española. Países latinos son Italia, España, Portugal,
Francia, Moldavia, Rumanía y Andorra, con lenguas de raíces románicas, pero, ninguno
de los “latinos” que viven en los EE UU habla ninguna de esas lenguas, unos
pocos hablan portugués y casi todos hablan español, así que, repito, la
denominación correcta es la de hispanos. La gente tiene una idea muy equivocada
con respecto al voto hispano en los EE UU. El primer requisito para poder votar
en las elecciones presidenciales estadounidenses, como sucede en todas partes,
es que usted tiene que tener la nacionalidad del país. Así que los hispanos que
no tienen la nacionalidad estadounidense no cuentan en las urnas y cuentan muy
poco para mediatizar el voto de los otros. A los hispanos estadounidenses les
importa muy poco el muro de Trump, es más, ahora son los primeros en defenderlo,
aunque ellos hayan sido “espaldas mojadas” en su día. La gran mayoría de los
hispanos de los EE UU son de derechas, cuando no de ultraderecha, aunque hayan
huido de dictaduras ultraderechistas centroamericanas, y consideran, como todos
los que viven en La Florida, estos ya salieron siendo así de Cuba, a Biden un socialista
o incluso un comunista. Esos hispanos que llenan los ejércitos de los EE UU y
que son capaces de matar a cualquiera, incluyendo a personas en sus países de
origen, si se lo ordena el Tío Sam van a votar mayoritariamente a Trump, como
los negros, los musulmanes y otras minorías votarán en su mayoría por Joe
Biden. Los hispanos unirán sus votos muy contentos a la América profunda y a
los que los desprecian y podrían, claro que sí, decidir las elecciones.
martes, 27 de octubre de 2020
¿UNOS PRESUPUESTOS PROGRESISTAS Y DE IZQUIERDAS?
Responderé a la pregunta sin ambages:
no, para nada. Siendo caritativo diré que solo son algo menos derechistas de
los que haría la derecha. Estamos hablando de unos Presupuestos que no suben los
impuestos a los más ricos, se los suben a los trabajadores muy cualificados que
tienen una nómina (cuadros de empresas, directores, gerentes, etc) pasando su
impuesto por IRPF del 45%, que ya era claramente confiscatorio, a nada menos
que el 47%. Es decir, se castiga a los que más se han esforzado por estudiar y
que más se han sacrificado por ascender en sus empresas, hurtando muchas horas
al ocio personal y a estar con sus familias. También suben los impuestos de
sociedades y de patrimonio, me dirán algunos, pero los ricos tienen sus empresas en sociedades afincadas
en paraísos fiscales, como todos sabemos ¿dónde están abanderados la mayoría de
los buques mercantes, por ejemplo? Se trata de una pantomima para dar
un falso barniz ideológico a unos Presupuestos que tienen de izquierda lo que
yo de obispo. La verdad, la verdad desagradable y nada progresista, es que el
grueso de los ingresos va a salir de los de siempre: un “dieselazo”, de casi
dos céntimos por litro, que perjudicará muy especialmente a los autónomos, a
los transportistas y, por tanto, a toda la cadena productiva y de distribución,
subida de las bolsas de plástico de los supermercados, subidas de las bebidas
azucaradas, etc. Aunque el Banco de España nos acaba de decir en su último
informe que entre el fraude fiscal y la economía sumergida se detraen
anualmente a las arcas públicas la brutal cifra de 80.000 millones de euros, en
los Presupuestos del Estado que se van a presentar al Congreso de los Diputados
no figura una sola medida para atacar, pero en serio, a los que nos roban a todos;
eso sí, ni la derecha ni la ultraderecha van a decir ni pío de este asunto. El
pedigrí de izquierda no se lo gana uno con palabrería y con golpes de pecho
fariseos en favor de los más desfavorecidos, se lo gana uno, o una, con una
política fiscal verdaderamente de izquierda ¿Entendido?
lunes, 26 de octubre de 2020
LOS ISLAMISTAS AMENAZAN A FRANCIA
sábado, 24 de octubre de 2020
¿QUIÉN CONTROLARÁ A LOS MALOS?
La situación de la pandemia es
otra vez muy grave. Como habían adelantado algunos científicos chinos durante
la primera ola, este virus tiene algunos comportamientos similares a los virus de
la gripe, en la forma como se contagia y en la estacionalidad, su capacidad de
infección aumenta cuando disminuye la temperatura. Así que el éxito al
contenerlo durante la primera ola no solo se debió, sin duda alguna, al confinamiento,
seguramente también a la llegada del verano y del calor. Pero ¡atentos! ahora
vamos hacia el frío del invierno. Todas las medidas de precaución son pocas y
estamos volviendo a ver como, tras escuchar las noticias, la gente, con fundamento
y con razón, ha vuelto a sentir miedo, porque los contagios las
hospitalizaciones y los muertos están creciendo exponencialmente. Este miedo
fundado a lo que nos puede pasar también ha llegado a casi todas las fuerzas
políticas y también observamos ya lo que hace unas semanas no era posible: los
mismos que criticaban medidas como el Estado de Alarma, el instrumento legal
que permite limitar libertades y derechos fundamentales, ahora lo piden. Sin
embargo, me temo que un peligro importante añadido podemos tener en esta
segunda ola, un peligro que ya se manifestó durante la primera, pero más tímidamente,
me refiero a los insumisos de la ultraderecha, esa gente que se manifestaba en
sus coches pidiendo, en el colmo del cinismo, “democracia y libertad”, mientras sus líderes votaban sistemáticamente en contra de todas las prórrogas del Estado de Alarma
en el Congreso de los Diputados. Las autoridades, todas ellas,
independientemente de su color político, están ya aplicando medidas radicales,
como no puede ser de otra manera y como lo exigen las circunstancias, en unas
acertarán y en otras se equivocarán, pero, lo que debemos tener muy claro es
que si esas medidas no se cumplen, si hay gente que se las pasa por la
entrepierna, la situación, y no solo la situación sanitaria, puede ser bastante peor, bastante más grave, de lo que ya lo va a ser. Las redes sociales ya se están inundando de comentarios de impresentables que dicen que no piensan cumplir las medidas impuestas por las autoridades y la ultraderecha va a animar a la subversión, como
está haciendo en otros países ¿Quién controlará que las medidas se cumplan?
¿quién controlará a los malos? Veremos.
lunes, 19 de octubre de 2020
EL SIGLO DE CHINA
domingo, 18 de octubre de 2020
COMO PONE EL PP LA DEMOCRACIA EN PELIGRO
En este país sabemos mucho de
golpes de Estado y olemos a los golpistas a kilómetros. Algunos golpistas pueden
pasar largas temporadas hibernando en la democracia hasta que algún
acontecimiento, o los resultados electorales, les hacen salir de la hibernación
y entonces, como los osos al finalizar el invierno, salen con mucha hambre de
la cueva. Si alguien pensaba que este país, tras el 23F, estaba vacunado contra
los golpes de Estado es que no está bien informado, porque, después de aquella,
hubo varias intentonas más. La última, a la que increíblemente no se dio
ninguna publicidad, ni se denunció, fue la protagonizada por Abascal en el
Congreso de los Diputados. El líder de Vox propuso allí, sin cortarse un pelo,
un Gobierno de “salvación nacional” al margen de las urnas y de la mayoría
parlamentaria, no sabemos presidido por qué “elefante blanco”. Veremos qué
candidato, qué programa y con qué nueva ocurrencia golpista nos sorprenden los
ultraderechistas con su moción de censura, que no está muy clara si va contra
Sánchez o, en realidad, contra Casado. Pero, el golpismo tiene a veces otras
formas más sutiles de manifestarse: puedes ser un golpista, por ejemplo, si no aceptas los resultados
de las elecciones y si condicionas las obligaciones que te impone la
Constitución a que el Gobierno sea el que a ti te guste, vetando a formaciones
políticas que aborreces. Es exactamente lo que está haciendo, y no está
haciendo, el PP con la renovación de Consejo General del Poder Judicial. A
pesar de que son los propios jueces los que se han dirigido en varias ocasiones
al Ejecutivo y al Legislativo para que sean renovados sus órganos superiores,
cuyo mandato caducó hace ya más de dos años, el PP se ha instalado en el
bloqueo institucional, no solo eso, como el niño acusica, Casado ha ido a
contar a la “profesora” Úrsula von Der Leyen lo malos que son los del Gobierno “socialcomunista”
español, que ahora quieren cambiar la ley para que no sea necesaria una mayoría
tan amplia para renovar los órganos superiores de la Justicia, aunque Sánchez
le ha dicho a Casado que retirará la propuesta de inmediato si el PP se sienta
a negociar. En Europa conocen muy bien lo poco serios que son los del PP,
porque no casualmente el Grupo Popular Europeo se topó con el escollo de los
diputados populares españoles, que impidieron echar del Grupo, precisamente por
sus ataques a la Justicia en Hungría, a los de Viktor Orbán. Como la posición
del PP en este asunto es insostenible dialécticamente, y lo saben, los
populares se han sacado ahora otra de la manga, uniéndose a la de Ciudadanos:
que sean los propios jueces los que elijan a los órganos superiores de la
Justicia, lo que nunca había querido el PP, el caso es enredar para que todo
siga igual y continúe el mismo Consejo General del Poder Judicial que se eligió
cuando gobernaba Rajoy. Para nada es más democrático que los órganos superiores
de la Justicia sean elegidos por los propios jueces, porque la Justicia, al
contrario que el poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, no estaría sujeta al
mandato de los ciudadanos, al poder del pueblo, el único legítimo
constitucionalmente, y podría cargarse, legítimamente, o no, un Gobierno, como
hemos visto en algunos países, al margen del Parlamento. Una cosa es asesinar a
Monstesquieu, nadie en sano juicio puede querer eso, todos queremos que la
Justicia sea independiente y que sus decisiones no estén políticamente
mediatizadas, y otra muy distinta poner en peligro la democracia y el poder
popular. Así que la mayoría cualificada de las 3/5 partes del Congreso de los
Diputados y del Senado, que es como está la ley actual, me parece lo más democrático
del mundo, lo demás son fuegos de artificio y piruetas dialécticas cuya única consecuencia, espero que no conscientemente, es favorecer el golpismo.
lunes, 12 de octubre de 2020
¿EL FIN DE LA DEMOCRACIA?
Dejemos ante todo sentado que la
democracia liberal y capitalista, la que todavía sobrevive en los países
occidentales, no es la regla en el mundo, es más bien la excepción, pues la
mayor parte de la Humanidad vive en países con regímenes no democráticos, pero
tiene una gran influencia política y cultural. Yo no voy a entrar ahora en si
eso es bueno o malo para todos y en todas partes, el debate que planteo hoy es
otro, el debate es si la democracia liberal va a sobrevivir en Occidente. Varias
veces a lo largo del siglo pasado la democracia liberal estuvo en serio peligro,
los fascismos llegaron al poder en países muy importantes y en otros estuvieron
muy cerca, pero la democracia liberal sobrevivió, aunque a veces seriamente
tocada y después de terribles guerras. Durante la llamada Guerra Fría hubo un
miedo no demasiado justificado en Occidente a que la Unión Soviética extendiera
el comunismo por todo el mundo, pero la verdad era que los rusos estaban más
preocupados de que Occidente no se les metiera en casa, como ahora, que por
aventuras ideológicas mundiales. Si el colonialismo no se hubiera cebado en
muchos países de América, África y Asia seguramente la falsa lucha ideológica nunca hubiera
existido. No luchaban tanto los vietnamitas, por ejemplo, por imponer el
comunismo en Vietnam como por echar a los imperialistas de su país; si tiene
usted alguna duda visite mañana Vietnam. Y el mismo ejemplo sirve para muchos
países. Sin embargo, ahora el peligro para las democracias occidentales no es
ideológico, no estamos hablando de una ideología que quiera sustituir a los
regímenes establecidos, el peligro son fuerzas, no siempre bien identificadas,
que no tienen un claro sesgo político y que apoyan a unos u otros, sean de la
ideología que sean, en función de oscuros intereses ¡Ojo! los mismos que apoyan en otras partes a gentes y formaciones políticas ideológicamente en las antípodas de Trump, en los EE UU apoyan a Trump, porque el presidente sirve a sus intereses. Ningún escenario es más
diáfano y más clarificador para ilustrar lo que quiero decir que los EE UU. Son
ya muchos analistas los que coinciden en afirmar que la democracia está en
serio peligro en la primera potencia mundial, como nunca lo había estado a lo largo de su
historia, ni siquiera durante el Macartismo. Nunca se había visto a un
presidente y a un líder de la oposición hacer llamamientos a soluciones
golpistas, al margen de las urnas, de la democracia y de la Ley, pero eso es precisamente lo
que están haciendo tanto Donald Trump como Joe Biden, y estamos hablando de un país donde la gente está armada hasta los dientes. Las próximas elecciones
presidenciales estadounidenses van a ser la prueba del nueve para ver si
estamos planteando debates absurdos y tonterías o, al contrario, hay una nueva
y muy seria amenaza a la democracia que podría materializarse primero en los EE
UU para luego extenderse por todo Occidente. Los demócratas, de izquierdas y de
derechas, que están muy perdidos últimamente y que coquetean con fuerzas y poderes no democráticos, deberían tener mucho cuidado.
domingo, 11 de octubre de 2020
LA ULTRADERECHA Y EL CORONAVIRUS
La ultraderecha había medrado en
los últimos años en el mundo por varias causas: En Europa los partidos neonazis
y neofascistas habían crecido porque habían sabido arrimar el ascua de los
problemas generados por la inmigración irregular masiva a su sardina. Lo mismo
sucedió en los EE UU, donde solo se explica el ascenso de Trump porque el
actual presidente hizo de la lucha contra la inmigración su bandera, con el muro
y con el eslogan “América primero”. En Iberoamérica el fenómeno del ascenso de
la ultraderecha en algunos países, como en Brasil, por ejemplo, tiene unas
connotaciones distintas. En España la aparición de Vox supuso que toda la gente de
ultraderecha que votaba al PP se pasara al partido de Abascal, pero no solo
gente de ultraderecha, también gente poco politizada, muchos jóvenes, que no
estaban de acuerdo con la inmigración, con las leyes de género y con la
okupación, que no solo eran cosas que parecían consustanciales con la
izquierda, tampoco el PP había hecho nada contra ellas. Pero, la llegada del coronavirus
ha servido para que muchos se dieran cuenta de que la lucha de la ultraderecha
contra ese tipo de cosas no formaba parte, en verdad, de su plan estratégico,
solo eran asuntos instrumentales. El plan estratégico de la ultraderecha es
otro muy diferente y cualquiera que tenga perspectiva histórica lo debería saber perfectamente. Por eso los empresarios de El Ejido votan a Vox, pero luego contratan inmigrantes irregulares en negro. Así que la ultraderecha ha tomado ahora como instrumento
prioritario de su lucha política la pandemia, porque piensa, muy erróneamente,
que eso le puede dar más votos y que con ello puede hacer más daño a la
izquierda y fagotizar a la derecha civilizada y democrática (no son demócratas
los que pidieron un Gobierno de “salvación nacional” al margen de las urnas y
de la mayoría parlamentaria). Mientras, por ejemplo, llegan cientos de
inmigrantes subsaharianos a Canarias en decenas de pateras soltadas por buques
nodriza, los de Abascal no dicen nada, están ahora centrados en luchar “por la
libertad y contra este Gobierno criminal y totalitario”, movilizando a sus
huestes con la bandera del negacionismo, la de las conspiraciones delirantes, o
la de que el Gobierno actúa o deja de actuar, todo sirve a caballo del
coronavirus. Y exactamente lo mismo está haciendo la ultraderecha en toda Europa,
en los EE UU o en Brasil, estén en el Gobierno o en la oposición. Craso y
estupendo error que pagarán.
sábado, 10 de octubre de 2020
LOS MALOS
Ayer, 9 de octubre, tras la declaración por
parte del Consejo de Ministros del segundo Estado de Alarma, el líder de la
ultraderecha, Abascal, exactamente el mismo que criticó más que nadie que el
Gobierno tardara en tomar medidas, el que condenó las manifestaciones del 8M, pero
que luego votó sistemáticamente contra todas las prórrogas del primer Estado de
Alarma, llamó otra vez a sus huestes a manifestarse y a salir en caravanas de
coches por toda España el día 12, como ya hiciera durante la primera ola de la pandemia,
cuando las UCIs estaban atestadas y no cabían los muertos en las morgues. Ese
individuo es el que va a presentar una moción de censura contra el Gobierno.
Casado y los suyos se están equivocando mucho alimentando a un monstruo que les
comerá y defendiendo a los que volvieron a salir con su parafernalia y con sus
eslóganes fascistas en el Barrio de Salamanca. Mire usted, yo soy un tipo
primario, como a esos que llaman “de piñón fijo”, no tengo dobleces, veo las
cosas en blanco y negro, no soy de tonos grises, al pan, pan y al vino, vino;
no me gusta relativizarlo todo, no creo que usted tenga su verdad y yo la mía,
el todo siempre es mayor que la parte, solo hay una verdad. Me gusta ver a la
gente como buenos y malos, me siento bien así ¿Quiénes son los malos? pues, los
malos son a los que no les importa insultar, zaherir y pisar al prójimo con tal
de beneficiarse, son, para decirlo de una vez, los que piden democracia y
libertad gritando ¡Viva Hitler! y con la fotografía de Franco en casa ¿Y los
buenos? los buenos somos todos los demás, con nuestros fallos y nuestros
errores.
viernes, 9 de octubre de 2020
SEGUNDO ESTADO DE ALARMA
En Consejo de Ministros
extraordinario celebrado el viernes 9 de octubre, el Gobierno de España ha
decidido decretar el segundo Estado de Alarma desde que empezó la pandemia del
Covid-19. Se llega a esta situación una vez que ha quedado claro que no era
cierto lo que decía la derecha, no se pueden aplicar medidas que limiten
derechos fundamentales que consagra la Constitución con leyes ordinarias e
incluso con leyes orgánicas. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid,
atendiendo (ojo al dato) una demanda de la Comunidad Autónoma de Madrid, ha
dejado las cosas claras. Sin embargo, ya estamos viendo que otros tribunales en
otras partes de España hacen lo contrario, no tanto porque jurídicamente el
asunto no sea de perugrullo como porque hace tiempo que la Justicia española
está tan perdida como nuestros políticos y los jueces lo mismo dan por
constitucionales leyes claramente inconstitucionales que inician
investigaciones prospectivas contra alguna formación política. Todos recordamos
lo que pasó con el primer Estado de Alarma: la ultraderecha, precisamente los
que más acusaron al Gobierno de tardar en tomar medidas y los que insultaban groseramente
al presidente del Gobierno en las redes sociales, votó sistemáticamente en
contra de todas las prórrogas de esa medida excepcional, que era totalmente
necesaria para limitar la movilidad y para el confinamiento de la población;
los independentistas de Torra hicieron exactamente lo mismo que la
ultraderecha; los independentistas de ERC apoyaron las prórrogas hasta que
pretendieron cobrarse ese apoyo y entonces, como fue que no, dejaron de
hacerlo; y el PP dejó de apoyar más prórrogas porque decían que la economía era
lo primero y que era mejor morirse de coronavirus que de hambre. Así es como
unos y otros, los responsables, los que lo sabían todo, los acusadores, los
insultadores y a los que ahora ha llevado la contraria el FMI (no se puede
convivir con el virus) dejaron al Gobierno de España y a Pedro Sánchez solos.
Pues bien, a la vista de lo que sucedió, y a pesar de la escalada de contagios,
yo entiendo que Pedro Sánchez se resistiera a decretar un segundo Estado de
Alarma, lo entiendo porque dentro de quince días va a tener que volver al
Congreso de los Diputados a escuchar los insultos de los que no le van a dar
una prórroga. Lo entiendo, pero no lo comparto. EL Gobierno de España tendría
que haber decretado el segundo Estado de Alarma hace semanas y si, a pesar de
lo que ha dicho la Justicia, otras fuerzas políticas no dan sus votos para
prorrogarlo y para que se puedan tomar medidas excepcionales con geometría
variable, que cada cual aguante su vela y se lo explique a los españoles. Hubo
que hacerlo aprisa y corriendo para que cientos de miles de madrileños no
salieran de la capital en el puente del 12 de octubre y difundieran el virus
por toda España.
viernes, 2 de octubre de 2020
¿OTRO RESCATE A LA BANCA?
Como todos estamos viendo, la
crisis sanitaria del coronavirus ha ido acompañada de una tremenda crisis
económica, la mayor que se recuerda desde la que siguió al Crack del 29. En
esta crisis, en la que aún estamos inmersos y sobre la que es muy aventurado
hacer previsiones, el protagonismo de los Estados y de las organizaciones
supraestatales, como la UE, se ha hecho evidente, todo hubiera sido mucho peor
sin la protección de papá Estado o del Banco Central Europeo. Los británicos no
contaron en que tras el Brexit llegaría el Covid-19 y fuera de la UE llueve
mucho y hace mucho frío. No es lo mismo que el BCE o la Reserva Federal
impriman ingentes cantidades de dinero de mentira a que lo haga el Banco de
Inglaterra, y para lidiar con las consecuencias económicas del bicho los
paraísos fiscales que los ingleses tienen por todas partes no les van a servir
de mucho. Eso sí, robar más de 2.000 millones de dólares en oro a Venezuela ayuda.
Pues bien, son los Estados los que están poniendo el paraguas para que
ciudadanos y empresas no cojan una mojadura y una pulmonía, solo un resfriado,
repartiendo dinero fiat como si fueran caramelos. Los ERTEs son solo un poco de
agua en la inmensidad de las ayudas, ayudas que se están llevando
principalmente las empresas. Por poner solo un ejemplo, la cantidad de euros
que se han llevado las aerolíneas europeas es de infarto. Es el nuevo
capitalismo marxista del que ya hablamos en otras entregas. Pero, hay alguien
que se va a llevar el grueso de la tarta, una tarta que finalmente (espero que
nadie tenga la menor duda) acabaremos pagando los ciudadanos, ese alguien son
los bancos. El índice STOXX 600 es un índice bursátil compuesto por las 600
principales compañías por capitalización bursátil europea, entre esas compañías
están los principales bancos de Europa; recientemente ese índice cayó hasta
mínimos de 1988, pero no tanto por la crisis económica que vivimos como por la
publicación de una investigación sobre presuntas transacciones sospechosas a cargo
de bancos como el HSBC, Deutsche Bank, Standard Chartered o JP Morgan, entre
otros. Esas investigaciones sacaron a la luz que esos bancos se habrían enriquecido
con oscuras operaciones de financiación de terroristas y con el blanqueo de
dinero de creptócratas y grandes narcotraficantes, entre otras fechorías. Apunto este detalle para que usted se vaya
poniendo en situación, pero voy a terminar por decírselo de esta manera: si los
mafiosos no delataban a nadie cuando estaban en la cárcel subían de rango en la
organización. Es decir, los bancos tienen barra libre porque poseen información
sobre actividades delictivas de los Gobiernos o permitidas por los Gobiernos. Y
no solo tienen barra libre para hacer ese tipo de cosas, también para exigir
ingentes cantidades de dinero de los bancos centrales en forma de créditos ultrabaratos,
o incluso negativos, para salvar su trasero ¿No hemos visto todos ya esta
película? Así que el grueso de la pasta gansa irá a parar, otra vez, no a las empresas
en general y a los trabajadores, sino a la banca. Subirán sus acciones. “Robar
un banco es delito, pero más delito es fundarlo”. Bertolt Brecht.
jueves, 1 de octubre de 2020
¿DERECHA LIBERTARIA O GOLPISTA?
La pandemia del coronavirus ha puesto patas arriba conceptos y creencias que se suponían inmutables, ya nadie discute, digan lo que quieran Bolsonaro y Obrador, que no hay una oración eficaz contra el coronavirus, que no sirven los amuletos, o que lo colectivo prima sobre lo individual. En este contexto ha emergido con fuerza lo que se ha dado en llamar el nuevo capitalismo marxista; no es que los capitalistas vayan a llevar ahora siempre encima una edición de bolsillo de “El Capital”, no pidamos peras al olmo, es que se han dado cuenta que solo el Estado, ese al que tanto aborrecieron y que quisieron minimizar hasta casi la nada, es el único que los puede salvar. Pues bien, junto al pragmatismo del capitalismo marxista ha aparecido otro concepto, el de la derecha libertaria ¿unos nuevos ácratas que quieren acabar con el poder de los Estados, como todos los anarquistas? pues no, llamemos a las cosas por su nombre: son los golpistas de toda la vida. Esta derecha libertaria, o golpista, tiene personajes verdaderamente encantadores, aunque no por eso menos peligrosos, como, por ejemplo, Donald Trump, que lleva ya tiempo amenazando con pasarse los resultados de las próximas elecciones presidenciales por la entrepierna. Aquí, en España, también tenemos nuestra derecha libertaria, o golpista, aunque ni mucho menos el golpismo ibérico es privativo solo de la derecha, me explico: Es verdaderamente patética la rebeldía que está mostrando la Comunidad Autónoma de Madrid con el Gobierno de España. Los que acusaban a Sánchez de tardar en tomar medidas, los que acusaban a los “socialcomunistas” de las manifestaciones del 8M y llamaban, con razón, a los independentistas catalanes golpistas, por desobedecer la Constitución y la Ley, hacen ellos lo mismo. Mientras la pandemia se extiende por la capital de España, Ayuso y compañía se comparan con pueblos y ciudades de 20.000 habitantes, cualquier cosa sirve para desobedecer las recomendaciones científicas y para ningunear al Gobierno del Estado. Tras la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo y que emergieran otros conspicuos del PP, como el alcalde de Madrid, Martínez-Almeida, parecía que los populares habían tomado buena nota de que la voxificación de su partido no había sido una buena idea, pero, ha sido un espejismo, siguen en las mismas, siguen en el cuanto peor, mejor, como los de Abascal, con la esperanza de derrocar al Gobierno y cargarse la legislatura utilizando cualquier argumento o instrumento, desde deslegitimar a una parte del Gobierno, “por comunistas”, hasta simplemente desobedecer. Si eso no es golpismo que venga Dios y lo vea. Es exactamente el mismo golpismo que el de Puigdemont y de Torra. No se me olvida que aliados objetivos de esta derecha libertaria, o golpista, también los hay en el PSOE, son los que montaron un golpe contra su propio secretario general y que, aunque la militancia socialista los ha puesto en su sitio, siguen ahí y no pierden la más mínima oportunidad de criticar a Sánchez y a su Gobierno de llamar Pablo Manuel, con sorna, a Iglesias o de salir a defender a Juan Carlos, por ejemplo ¿Señor X de los GAL, lobista, golpista y defensor de un exmonarca corrupto? menudo currículum. Seguramente habrá quien piense que exagero, que una cosa es discrepar con el Gobierno y ejercer una dura oposición y otra muy distinta ser un golpista, no se imagina usted cómo me gustaría estar equivocado, pero, vamos a ver la moción de censura de Vox, cuáles son sus argumentos y su programa y si el PP se sube, o no, a ese carro. Ciudadanos debería apearse de ese tren cuanto antes, los de Arrimadas se han embarcado con unos compañeros de viaje nada recomendables. Pero, de momento, el Gobierno de España sigue gobernando.