EL EFECTO VERMÚT

Existen algunos errores de bulto sobre lo que se difunde de las consecuencias del cambio climático que incluso pueden hacer dudar a mucha gente de que nos enfrentamos, junto con los arsenales nucleares, a la mayor amenaza para la Humanidad y para este planeta.

Una buena parte del mundo está padeciendo la crisis económica, pero esta es reversible y no debe desviar nuestra atención de la que está sufriendo la Tierra por la loca actividad humana. Si no encaramos el gravísimo problema que tenemos ante nuestras narices, las terribles consecuencias que puede tener la alteración mundial del clima, como la escasez de alimentos, llevarán a millones de personas, sino a todos, a la muerte.

Mientras saboreaba un vermut blanco seco de la marca Izaguirre, mi preferido, y observaba la rodaja de limón, las aceitunas rellenas de anchoa atravesadas por un palillo y las tres piedras de hielo derritiéndose, se me ocurrió que este podía ser un buen ejemplo para intentar explicar lo que está sucediendo:

Se ha aireado a los cuatro vientos que una de las consecuencias inmediatas del drama medioambiental es la elevación de la temperatura, pero, si eso es verdad a nivel global, no lo es en todas las latitudes, incluso puede suceder que algunos países del Hemisferio Norte puedan sufrir en los próximos años un enfriamiento severo. Cuando las piedras de hielo se disuelven en el vermut, este vino que nos sirve de aperitivo se enfría, en una reacción física por todos conocida, es decir, por contacto se van igualando las temperaturas. Lo mismo sucede con el deshielo de los Polos y los glaciares provocado por la subida de la temperatura de la Atmósfera. El aire y el mar, lejos de calentarse, como se ha estado diciendo, se enfrían cuando la masa de hielo derretido es lo suficientemente grande para compensar el aumento de la temperatura terrestre producida por los rayos solares y el efecto invernadero (pronto asistiremos a este fenómeno). Y esto es tan verdad como que al derretirse el hielo de los Polos la altura del agua de los mares no solo no se eleva en las costas continentales sino que desciende porque el hielo sumergido bajo el nivel del mar en los extremos septentrional y meridional de la Tierra, como sucede en un iceberg, es mucho mas que lo que emerge y ocupa mucho mas espacio que el agua en estado líquido (meta usted una botella llena de agua en el congelador de su frigorífico y ya verá lo que ocurre). El deshielo de los glaciares, en particular el Gran Glaciar de Groenlandia, que es agua dulce asentada sobre tierra firme, sí ha elevado algo el nivel de los océanos y ha bajado la salinidad del agua, con resultados catastróficos para toda la cadena alimenticia en el mar, pero ahora está empezando a ser compensado por la desaparición acelerada del hielo marino.

Al final de una plácida conversación, y con mi copa de vermut en la mano, me di cuenta que las piedras de hielo se habían derretido por completo y que el líquido que quedaba ya no era apetecible, porque el entorno lo había calentado demasiado. Eso es lo que le sucederá a la Tierra cuando ya no exista agua en estado sólido y el "efecto vermut", que en este caso no es etílico, no encubra momentáneamente el proceso de calentamiento que nos amenaza y que estamos empeñados en hacer irreversible; puede que incluso ya hayamos sobrepasado el punto de no retorno.