jueves, 20 de septiembre de 2012

TENSIÓN EN EXTREMO ORIENTE

La escalada de la tensión entre China y Japón, con el conflicto de las Islas Diaoyu (Senkaku, en japonés) de por medio, ha llegado a un punto tan preocupante que los EE UU han enviado, en misión urgente, al Secretario de Defensa, León Panetta, a Pekín para entrevistarse con las autoridades chinas.

Para calibrar adecuadamente la situación tenemos que hacer un breve análisis histórico: Se cumplen estos días 81 años de la invasión japonesa de Manchuria, una de las guerras mas horribles que el mundo ha conocido, donde las fuerzas imperiales niponas se prodigaron en multitud de crímenes contra la población civil china (se conservan documentales espeluznantes, donde se puede ver, por ejemplo, como los japoneses entierran vivos a civiles chinos) y coincide esa triste efemérides con la pretensión del Gobierno japonés de nacionalizar las Islas Diaoyu, comprándolas a algunos acaudalados nipones que son ahora sus propietarios. Estas islas fueron parte de China desde la Dinastía Ming (1.368-1.644) pero, en 1.895, al final de la guerra chino-japonesa (1.894-1.895) Japón invadió este archipiélago. Tras la Segunda Guerra Mundial y los Acuerdos de Postdam, China recuperó Taiwán y algunos otros territorios que habían sido usurpados por Japón, pero las Diaoyu fueron cedidas por los japoneses a los EE UU en el Tratado de San Francisco de 1.951.

En 1.971, Japón y EE UU incluyeron a las Islas Diaoyu en el Acuerdo de Reversión de Okinawa.

Tras la manifestaciones que estos días discurren por las ciudades chinas está, naturalmente, el propio Gobierno de Wen Jiabao. El primer ministro chino ha manifestado que "su país no hará ninguna concesión en este asunto".

Pero el verdadero trasfondo del problema está en el creciente enfado de China con Japón al permitir que los EE UU instalen en territorio nipón una segunda base para el sistema antimisiles o Iniciativa de Defensa Estratégica, que pondría en serio peligro la disuasión coheteril nuclear estratégica de sus misiles balísticos, que aunque han sido perfeccionados y equipados con señuelos, no tienen la invulnerabilidad de los "Bulavá" rusos. También que en las aguas jurisdicionales del archipiélago se presume que existen grandes yacimientos de gas y petróleo.

En este cóctel explosivo también está como ingrediente los movimientos dentro de la cúpula del PCC, donde pavonearse y sacar pecho a costa de elevar la tensión y exhibir músculo puede dar réditos políticos.

Esperemos que impere la prudencia y la sensatez de todas las partes implicadas.
NOTA: la foto corresponde a fragatas chinas patrullando por la zona en conflicto. 

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