Bajo la batuta y con la autorización de la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos, continúan las batidas contra los últimos lobos que quedan en Asturias, que ahora se han extendido a otras zonas, como el Monte Llosorio, en Mieres, donde ni siquiera existe una población de estos cánidos asentada y solo vaga, de muy tarde en tarde, algún animal aislado.
Con la vuelta al Gobierno del Principado de los socialistas han regresado antiguas y malas costumbres, entre las que sobresale la especialmente dolorosa e indignante que tratamos y que cínicamente han dado en llamar "controles" del lobo, que se parece muchísimo a otra "solución final", pues el único control que se hace es su exterminio.
Pero, increíblemente, en este asunto están de acuerdo también el PP, Foro Asturias y, válgame Dios lo que estamos llegando a ver, IU, tan progresista y verde ella, pues ha sido precisamente el ayuntamiento de Mieres, gobernado por la coalición, el que ha solicitado batidas contra el lobo en ese municipio. Como coartada, nos dicen que solo se solicitan, y, por lo que estamos viendo, se aprueban, cuando las reclaman los ganaderos. No vemos ese prurito y esa diligencia en otros asuntos gravísimos, como fue el vertido de fuel de la central de HC de Aboño, donde han tenido que ser los ecologistas y no el propio Gobierno regional, los que se presentaron como acusación particular o en cortar los vertidos de las propias instalaciones de la Consejería (según el incuestionable informe del SEPRONA) a la Ría de Villaviciosa que casi han acabado con la vida de ese entorno privilegiado.
Pero es que, además, ¿qué patente de corso tienen estos mal llamados ganaderos para que, ante su solicitud, se extermine una riqueza faunística que es patrimonio de todos los asturianos?. Los verdaderos ganaderos son los que están pasando grandes dificultades por los ridículos precios de la leche en origen, que tendrán que acabar cerrando sus explotaciones ante la inacción de los políticos.
En Asturias siempre ha habido lobos, en muchísima mas cantidad que las pocas docenas que nos quedan. Como saben todas las gentes de los pueblos de nuestra región, era tradicional que las vacas y las ovejas se llevaran al monte acompañadas de perros mastines, el único que puede con el lobo, con collares de clavos, que ejercían de eficaces pastores. Lo que sucede ahora es que se han apuntado a la cría de ganado de carne muchos individuos que tienen otras ocupaciones y que dejan abandonado el ganado durante meses en el monte, en terrenos públicos y en parques naturales, sin vigilancia alguna.
Los lobos, que hace un siglo poblaban también los valles y se acercaban frecuentemente a la costa, está acosados por la presión humana que pretende hacer también negocio en sus últimos reductos. Algunos de los desaprensivos de que hablamos son precisamente quienes queman nuestros montes para procurarse pastos, como saben muy bien los asturianos del Occidente que han padecido hace poco pavorosos incendios. En esos fuegos también mueren miles de animales abrasados sin que los poderes públicos sean lo suficientemente contundentes en las sanciones. Los terribles incendios que han asolado los montes de León han obligado a algunos lobos a huir a Asturias para salvarse, otros han muerto carbonizados y alguno, como una pequeña loba de cuatro meses, ha podido ser salvada por amantes de la naturaleza y llevada a un centro de recuperación para curar sus patas quemadas.
Llagarán mas elecciones y este asunto será entonces también objeto de debate, mientras, las acciones legales que están en marcha se extenderán a mas personas y mas instituciones, las que están haciendo grave dejación de sus obligaciones para con la región y la mayoría de sus ciudadanos e incumpliendo la normativa española y europea sobre los parques nacionales y las especies en peligro de extinción.
NOTA: Foto de Adrián Rubio sujetando a una loba de cuatro meses, gravemente afectada por los incendios en los montes de León, antes de ser entregada al centro de recuperación.
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