martes, 4 de septiembre de 2012

INMIGRANTES EN LA ISLA DE TIERRA

Con una segunda oleada de inmigrantes, (la primera, en plan de prueba, fue de 19 personas el pasado miércoles) ya son 81 subsaharianos los que han desembarcado en este islote español, uno de los que forman el archipiélago de Alhucemas y que se encuentra a escasos metros de la costa de Marruecos.
Ante la debilidad del Gobierno español, Marruecos está tanteando nuestra soberanía, usando a los inmigrantes como punta de lanza para sus ambiciones territoriales. A pesar de que nuestro Gobierno y los propios alcaldes de Ceuta y Melilla insisten en la colaboración del régimen de Mohamed VI para evitar el flujo de inmigrantes hacia España, la verdad es que Marruecos, como sucede con la droga, controla las mafias y las usa en su beneficio, regulando los asaltos según su interés estratégico y su voluntad de chantaje.
Mucho se ha insistido en que España en un país europeo, pero muy poco que también africano. En efecto, tanto las islas canarias, como Ceuta y Melilla se encuentran en África y no se entiende que no se haya hecho ningún esfuerzo por pertenecer a la Unión Africana, de igual manera que formamos parte de la UE, y menos aún que no tengamos una política seria con aquellas tierras entrañables y con aquellos compatriotas. El reciente incendio en la isla de la Gomera ha puesto al descubierto hasta qué punto el Gobierno central no cuida suficientemente las necesidades de esa parte de España que se encuentra a mas de 1.700 kilómetros de Madrid y los continuos asaltos a las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla, incluidas agresiones a la Guardia Civil que las protegen, la falta de contundencia en la defensa de nuestras fronteras. Mientras el cabildo insular solicitaba una base permanente de hidroaviones en Canarias, Marruecos acudía raudo con los suyos a apagar el incendio, mientras nuestras ciudades norteafricanas cada vez se hacen menos viables, Marruecos espera ver caer la fruta madura, moviendo el árbol si hace falta.
El asunto de la inmigración ya era un problema hace pocos años, pero con la crisis económica ha empeorado aún mas. Ningún país del mundo ha tenido que absorber en tan poco tiempo a casi siete millones de personas, con las distorsiones sociales y económicas que eso genera. Mientras la burbuja del ladrillo funcionó, todo el mundo hizo la vista gorda con la inmigración incontrolada, se necesitaba mano de obra barata y sumisa, y nadie pensó en lo que podría pasar a medio plazo. Sin control alguno, sin carta de trabajo, sin contrato de vivienda, si certificado de penales, sin cartilla sanitaria, etc, cientos de miles de personas entraban por la frontera de la Junquera, por el aeropuerto de Barajas o llegaban en pateras y cayucos. Pero hoy España se encuentra en una grave situación económica, con casi seis millones de parados y con toda su economía productiva en la cuerda floja. Sin embargo, los inmigrantes indocumentados siguen gozando de sanidad y educación gratuitas, ayudas sociales de todo tipo y la vista gorda de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (por indicaciones políticas, naturalmente) para poder subsistir con actividades al margen de la Ley, como la venta ambulante de productos falsificados, o alegales, como la prostitución (de las aproximadamente 450.000 prostitutas que hay en España, mas del 90% son extranjeras indocumentadas). Son millones de personas que tienen ingresos, muchas veces escasos, es cierto, pero que no cotizan a la SS ni pagan la mayoría de los impuestos a que están obligados el resto de ciudadanos, incluidos los extranjeros que trabajan y viven entre nosotros legalmente.
Mientras en el resto de países europeos los controles a la inmigración ilegal se han endurecido extraordinariamente, nuestro país pretende ser la ONG del mundo. Este efecto llamada ha animado a los que huyen de las guerras y de la miseria africanas y a las mafias que obtienen pingües beneficios a su costa. A sabiendas del papananismo nacional, ya ni se esfuerzan por arribar a nuestras costas, avisan con su móvil para que las patrulleras salgan a buscarlos o desembarcan en un islote español rechazando la ayuda humanitaria que se les ofrece y exigiendo que se les lleve a Madrid.
El desembarco en la Isla de Tierra, eso es lo peor, no será el último donde inmigración ilegal y Marruecos tienen un acuerdo tácito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario