AGITACIÓN INDEPENDENTISTA EN CATALUÑA

Ante los graves acontecimientos que ya se preveían en la Diada de Cataluña y las declaraciones fuera de tono del president Artur Mas, amenazando al Estado con agitar la bandera del independentismo si no se otorga a esa comunidad autónoma un nuevo concierto económico, el presidente Rajoy, pusilánime, solo dijo al respecto, en la entrevista que concedió a RTVE, que los catalanes deben tener otras prioridades.
El Gobierno catalán no ha aceptado la decisión del Tribunal Constitucional que dio marcha atrás al Estatuto de autonomía pactado entre nacionalistas y socialistas, es más, pide para Cataluña el mismo tratamiento fiscal que tienen el País Vasco y Navarra, algo que, evidentemente, también es anticonstitucional.
Es vergonzoso e imperdonable que el Gobierno del PP, gente a la que se le llena la boca defendiendo a España y que gustan darse golpes de pecho de patriotismo, no ponga en su sitio a los dirigentes de CIU, a pesar de que los populares gozan de mayoría absoluta y sostienen parlamentariamente a los nacionalistas y que tenga que ser Bruselas la que advierta a Cataluña que la independencia lleva aparejada la salida de la UE y de la moneda única. Debemos añadir: ningún Estado puede formar parte de la Unión, como nuevo miembro, ante el veto de uno solo de los países que la forman. Esas son las cosas que tenía que haber dicho Rajoy, no dirigidas en exclusiva a Cataluña, naturalmente, porque hay mas gente que tampoco lo tiene suficientemente claro.
A pesar de haber jurado o prometido la Constitución, tanto los Gobiernos socialistas como los del PP han permitido que los nacionalistas se crezcan hasta poner en peligro la unidad del Estado. Las consignas y pancartas que se podían ver en la manifestación de los independentistas en Barcelona, con casi todos los miembros del Gobierno catalán a la cabeza, son un salto cualitativo muy importante al que se debería responder con la contundencia de la Carta Magna.
Hemos llegado al punto de tener que recordar a todos que nuestra Constitución deja muy claro que las misiones que se asignan a las Fuerzas Armadas son, y lo cito literalmente, "garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional". Un texto consensuado por UCD, AP, PSOE, PCE y los nacionalistas catalanes y refrendado por la inmensa mayoría de los españoles, en referéndum nacional, el 6 de diciembre de 1.978.