Hay varios miles de soldados
españoles desplegados en misiones internacionales desde hace años y, aunque Los
gobiernos del PSOE y PP han dicho a los ciudadanos que esas misiones son
humanitarias y de paz, no en todos los casos es exactamente así, no lo son, por
ejemplo, en Mali y Afganistán donde ejercen, evidentemente, como fuerzas de
combate. Si hay una misión importante donde los soldados españoles llevan años
haciendo una verdadera labor humanitaria y de paz es en Líbano y a esa misión
voy a dedicar unas líneas:
Otra vez la Brigada Extremadura
volverá a Líbano, creo, si no recuerdo mal, que es la quinta ocasión en que lo
hace. Por aquel país han pasado varias unidades del Ejército español, incluida
la Legión, pero es la Brigada Extremadura la que tiene mayor experiencia. En
septiembre se cumplieron 11 años desde que tropas españolas llegaron por
primera vez a Líbano y desde entonces han pasado por allí 24.000 militares, de
los que 1.100 se mantienen en la base Miguel de Cervantes de forma permanente.
Tras la segunda invasión israelí de Líbano y la guerra que se desarrolló en
aquel país (2.006) el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó la
resolución 1.701/32 y el despliegue de una fuerza multinacional de “cascos
azules” bajo bandera de la ONU, en esa fuerza, FPNUL, se encuadrarían los
soldados españoles. Por dos veces había invadido Israel el Líbano, la primera
fue en 1.982 y una de sus consecuencias fueron las matanzas en los campamentos
palestinos de Sabra y Chatilla perpetradas por las falanges libanesas aliadas
de Israel. En 2.006, 20.000 soldados israelíes, bajo el pretexto de “ataques
terroristas” volvieron a invadir Líbano por tierra, mar y aire, empleando armas
prohibidas, como bombas de fósforo, en sus ataques indiscriminados contra la
población civil. El 30 de agosto de 2.010 el general español, Alberto Asarta Cuevas, comandante de la FPNUL afirmó que aviones israelíes violaban continuamente el espacio aéreo libanés en contra de la resolución 1.701/32.
Cuando los soldados españoles fueron
enviados a aquel polvorín como “cascos azules” para hacer principalmente labor
de interposición existía el temor de que iba a ser una de las misiones más
peligrosas a las que se han tenido que enfrentar, que podrían ser vistos como
fuerzas imperialistas de ocupación y que serían objetivo de acciones
terroristas por parte de Hezbollah. Era, en efecto, una misión muy peligrosa,
tanto es así que en junio de 2.007 un convoy de soldados españoles fue atacado
en Sahel al Derdara, una aldea cercana a la ciudad de Khiyan, y
perecieron seis soldados, tres de ellos de origen colombiano. Pero, hete aquí
que Hezbollah condenó el ataque asegurando que alguien pretendía que las
fuerzas de la ONU se fueran. Los militares españoles empezaron entonces a tener
una perspectiva diferente de Líbano. En enero de 2.015 un cabo español cayó
muerto bajo fuego de mortero israelí en una zona ocupada por los sionistas en
el Sur de Líbano. Según Israel respondían a fuego enemigo, pero sabían
perfectamente las coordenadas donde se encontraban los cascos azules españoles.
La labor de los soldados españoles
ha sido inmensa, con más de 155.000 patrullas, eliminando 4.424 minas y
artefactos explosivos, pero también en acciones culturales y médicas. Son
queridos en Líbano por su Gobierno, por su Ejército, por la población civil y
por las milicias de Hezbollah. En agosto de este año, cuando
las tropas libanesas tomaron una posición en la frontera con Siria al Estado
Islámico, enarbolaron, junto a la bandera de su país, la bandera de España, en recuerdo
y homenaje a las víctimas de los atentados terroristas del ISIS en Barcelona.
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