Después de la histeria que se
desató en los EE UU contra la supuesta injerencia rusa en las elecciones
presidenciales, la moda se extendió a Europa y lo mismo se dijo en las
elecciones francesas, holandesas y en el referéndum sobre el Brexit en Reino
Unido. Aunque todavía nadie ha aportado ninguna prueba consistente, de ser así
Donald Trump, por ejemplo, ya no sería presidente, se continúa acusando a Rusia
de intervenir en los asuntos internos de los Estados occidentales. No es la
primera vez, ni mucho menos, que se utiliza a Rusia como coartada para desviar
la atención de la gente o como chivo expiatorio de los problemas que eres incapaz
de resolver, pero, aquella sicosis de los estadounidenses llenando carritos de
la compra ante la inminente invasión de las hordas rusas ya parecía una cosa
graciosa del pasado. Pues bien, estos días varios periódicos de tirada nacional
en España han puesto en primera página este asunto, acusando también a Rusia,
sin prueba alguna, de estar detrás del problema secesionista catalán apoyando a
los independentistas. Nada han dicho, sin embargo, los medios de comunicación
en España que a los que se ha visto en Rusia portando esteladas han sido a
grupos de manifestantes antiPutin. La primera vez que la policía rusa se
encontró con banderas de las que no tenían ni idea lo que significaban fue en
una manifestación contra el presidente ruso hace pocos meses en San Petersburgo,
cuando algunos manifestantes fueron detenidos e interrogados declararon que les
habían pagado 700 euros a cada uno por llevar aquellas banderas. Posteriormente
también fueron vistas esteladas en Moscú, la última vez en una manifestación
para conmemorar la revolución de octubre de 1.917. Sin embargo, la postura
oficial del Gobierno ruso es la que hasta en cuatro ocasiones ha expresado el
presidente del país, Vladimir Putin, que el problema de Cataluña es un asunto
interno de España. Ante las acusaciones de algunos miembros del Gobierno de España
(aunque Rajoy ha reconocido en declaraciones a la COPE que no tienen ninguna
prueba de la intervención rusa) la portavoz del Ejecutivo ruso ha salido a la
palestra para manifestar que Rusia no ha intervenido ni interviene en este
asunto. Es cómico el tratamiento que algunos medios de comunicación españoles
dan a esta nueva distracción. Por ejemplo, RTVE se refiere a RT, la cadena de
información global rusa, como financiada y al servicio del Kremlin. Repito, lo
dice RTVE. Ante la insistencia de algunos grupos mediáticos españoles y de
conspicuos del PP, ministros incluidos, asegurando que Rusia es culpable, el
PSOE ha pedido la comparecencia de la vicepresidenta del Gobierno, Roraya Saénz
de Santamaría, en el Congreso de los Diputados para que dé explicaciones, pero
no solo de la posible injerencia rusa, también de cualquier posible injerencia
extranjera. Los socialistas, sin ser totalmente conscientes de ello, han puesto
el dedo en la llaga.
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