lunes, 6 de noviembre de 2017

CÓMO GANAR LAS ELECCIONES EN CATALUÑA

En unas elecciones normales la mayoría de la gente vota por ideología, porque son muy pocos los que leen los programas de los partidos políticos, uno porque la gente no es muy aficionada a leer ese tipo de cosas y otro porque piensan que, además, no los van a cumplir. Pero hay otros factores que, aunque nos puedan dar risa, influyen poderosamente en la intención de voto, desde la indumentaria y aspecto de los candidatos hasta la forma como hablan y se expresan. Los estadounidenses nos llevan mucha ventaja en el marketing electoral y si alguien quiere hacer un curso intensivo sobre este asunto yo le invitaría a que viera el debate que mantuvieron Nixon y Kennedy, un manual imprescindible para todo buen asesor electoral. No ganas unas elecciones con traje gris y con ojeras por haber dormido poco. De locos, pero tan cierto como que eso influyó lo suyo en el triunfo de JFK. Kennedy remató la jugada diciendo continuamente a Nixon que mentía para al final preguntar a los norteamericanos si comprarían un coche de segunda mano al candidato republicano. De libro. Aquí, en España, muchos políticos no se han enterado aún de que el hábito hace al menos medio monje y, como tampoco han hecho la “mili”, no tienen ni idea de que los pantalones de los soldados tienen bolsillos por todas partes menos en los costados, para que no puedan meter en ellos las manos. Sin embargo, algunas cosas si han aprendido, como que el traje negro con camisa blanca y corbata rojo-grana está demostrado que es el que más votos da en las elecciones, como bien sabían los asesores de la campaña electoral de Obama ¡Que bobadas dice hoy tres jotas!  Pues, no, se lo aseguro.
Pero, las elecciones del 21D en Cataluña van a ser muy diferentes a todo lo que hemos visto hasta ahora, la gente no va a ir votar ni por ideología, ni por programas, ni porque el candidato tal o cual tenga mejor presencia, mas sonrisa Profidén o hable o no bien. En la paranoia en la que están inmersos los catalanes tampoco los problemas cotidianos, como el paro, la corrupción, el precio de la luz, los salarios miserables, la conciliación laboral y familiar y todo lo que debería preocupar a la gente cabal va a tener importancia. Esta campaña electoral no se va a desarrollar en un país y una sociedad normales, Cataluña ha dejado de serlo, se va a dilucidar en un mundo donde las emociones y hasta las vísceras han sustituido a todo lo demás. Así, que no pierdan el tiempo los asesores electorales asesorando con los manuales que utilizaban habitualmente, muchas veces bastante mal, por cierto. Todos sabemos ya qué van a llevar los independentistas de izquierda, de derecha y mediopensionistas en su decálogo de solo dos cosas, la independencia y la libertad de “los presos políticos” y también sabemos lo que van a llevar en su programa, porque esos si van a llevar programa, Los Comunes de Pablo Iglesias, Doménech y Colau, todas esas cosas que he apuntado y que ahora en Cataluña importan un pimiento. Lo que todavía no sabemos en qué piensan llevar en las alforjas y esgrimir los llamados partidos constitucionalistas, es decir, PSC-PSOE, PP y Ciudadanos, y les quedan pocos días para aclararse.

Al que va a ir a votar movido solamente por las emociones ningún argumento sensato, ningún discurso bien estructurado basado en el análisis de la realidad, ningún programa político le va a hacer cambiar de opinión, solamente otra emoción mas fuerte le puede obligar a reflexionar y una emoción muy fuerte es el miedo ¿Se acuerda usted del doberman? Pero, es que ahora el miedo en Cataluña tiene justificación. El que quiera llevarse el gato al agua el 21D tiene que hablar solamente de lo que no quieren hablar los independentistas: si se independizan se quedan fuera de la UE, fuera de la zona euro, tendrán que hacer una moneda nueva, tendrán un corralito, no sabemos quién pagará las pensiones, Cataluña irá a la bancarrota porque no podrá pagar su deuda y no tendrá la cobertura del BCE, las empresas saldrán en masa, miles de personas irán a incrementar el paro, el Barça no jugará en la Liga Española, etc, verdades como puños, y conmigo nada de esto pasará. No les prometo que van a mejorar ni el paraíso, pero, puedo prometer y prometo que no van a empeorar.

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