Cuando, en la primavera de 2.016,
en esa multitudinaria rueda de prensa que el presidente ruso hace todos los
años, con cientos de periodistas de todo el mundo y donde los ciudadanos pueden
hacerle preguntas en directo por teléfono, la telefonista le pasó una llamada
de una niña que interpelaba malévolamente a quién salvaría su presidente de
morir ahogado, si al ucraniano Poroshenko o al turco Erdogán, se hizo un
silencio sepulcral en la sala, esperando todo el mundo la respuesta. Vladimir
Putin reflexionó durante unos segundos, que parecieron interminables, y luego
contestó a la niña: “cuando alguien está empeñado en suicidarse, no puedes
hacer nada”. La frase que usó Putin no era, en realidad, suya, pero venía como
anillo al dedo para utilizarla como respuesta. Pues bien, yo también la voy a
utilizar para describir lo que les está pasando a los conspicuos
independentistas del PDcat, con Puigdemont a la cabeza.
El martes siete fue el último día
en que se podían presentar candidaturas electorales para las elecciones del 21D
en Cataluña y ya están repartidas las cartas de la baraja. Todo el mundo se va
a presentar en solitario a los comicios y cada palo tendrá que aguantar su
vela. Nadie va a poder esconderse tras aquelarres extraños y siglas inventadas
aprisa y corriendo, donde ni los programas ni lo que unos y otros han hecho
hasta ahora premie o pase factura. En este sentido, las elecciones van a operar
implacablemente, como la ley de la oferta y la demanda, o, si usted quiere,
como la darwiniana selección natural, el que no ha sabido adaptarse al medio y
a las circunstancias desaparecerá como los dinosaurios. Y el Tiranosaurio Rex
que ya está dando sus últimos estertores es Puigdemont, pues él y su partido,
el PDcat, van a ser los primeros en iniciar el camino hacia la fosilización. Cuando
has quemado tus naves, como Hernán Cortés, y el resultado de tu loca iniciativa
no va a ser la independencia, ni la conquista de Tenochtitlan y del Imperio
Azteca, sino la desaparición de tu partido y tener que vértelas con la Justicia,
es para estar muy preocupado. En ese estado de zozobra, cuando uno empieza a
ser consciente de la realidad, se pierden los nervios y se empiezan a hacer
muchas tonterías y a cometer graves errores, los mismo dices que España es una
dictadura violenta y franquista donde se tortura a la gente que te metes con
los responsables de las instituciones europeas en su propia casa. El golpe de Estado
ha fracasado y han fracasado Puigdemont, Mas y los de la antigua CIU que se
asilvestraron.
Ahora se abren varias incógnitas
muy interesantes que tendrán ocupada nuestra atención durante un tiempo: vamos
a ver qué formación política emerge en Cataluña como la más votada, vamos a ver
si hay más sufragios independentistas o unionistas sin que las coaliciones
electorales premien y enmascaren los votos populares y, sobre todo, vamos a ver
quiénes pueden pactar y formar Gobierno en Cataluña tras las elecciones. Así, a
priori, el partido que parece salir mas favorecido en todo este lodazal es ERC,
una formación política, recordémoslo, que, aunque histórica en aquella
comunidad autónoma, estuvo a punto de desaparecer tras el gobierno del
Tripartito. Pero, a mi entender, si algún partido político y algún dirigente ha
actuado en toda esta crisis de la forma mas inteligente y responsable es el PSC
y Miquel Iceta, manteniendo una posición inequívoca por la unidad de España,
sin ningún tipo de coqueteos con los secesionistas, pero dando mandobles, con
una dialéctica fina, pero demoledora, a diestro y siniestro, a los golpistas y
a Rajoy. A ese buen hacer parece sumarse la incorporación de los herederos de
Unió, el antiguo partido de Durán y Lleida (que ahora se ha convertido en Units
per Avanzar) en la candidatura socialista, una iniciativa inteligente porque
representan a una buena parte de la clase media y la burguesía catalana que no
quiere suicidarse.
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