martes, 27 de marzo de 2012

EL PP EN EL PUNTO DE MIRA

Tras la desastrosa segunda legislatura de Zapatero, los ciudadanos dieron un voto de confianza al Partido Popular, para que intentara enderezar la difícil situación económica y social que padece nuestro país. Los populares arrasaron en las Elecciones Autonómicas y Municipales, pintando casi todo el mapa de España de azul, y también ganaron por goleada en las Generales, obteniendo una cómoda mayoría absoluta que les dejaba las manos libres para aplicar solo sus políticas.
Además de las ocurrencias despilfarradoras del Gobierno de Zapatero, la causa mas importante de la debacle socialista fueron las medidas antisociales que D. José Luis había tomado, cebándose en los trabajadores y pensionistas. La coartada del Gobierno del PSOE fueron las presiones que directamente había recibido el presidente del Gobierno por parte de Obama y Merkel, para que intentara enderezar el camino hacia el desastre que llevaban nuestras cuentas. Pero mientras se congelaban las pensiones, se mantenía el impuesto de sociedades bajo un gravamen mínimo; mientras se bajaba el salario a los funcionarios, no se recuperaba el impuesto sobre el patrimonio que los propios socialistas habían suprimido (en realidad no se suprimió, sino que se bonifica al 100%, otra pirueta de la pseudoizquierda); mientras se elevaba la edad de jubilación a los 67 años y se subía de 15 a 25 los años para el cómputo de la prestación, se seguía manteniendo el ridículo impuesto del 1% sobre los beneficios de las sociedades de inversión de capital variable (SICAV); mientras se subía el IVA, no se hacía nada para acabar con la economía sumergida, que el propio Banco de España evaluaba en un 23% del PIB. Es decir, no es que los socialistas tomaran las imperativas medidas para intentar paliar el déficit que ahogaba la economía española, sino que lo hacían solamente a costa de los trabajadores y los pensionistas, mientras los ricos, como siempre, se iban de rositas.
Pero el Partido Popular parece que no es la alternativa. Hace muy poco tiempo que Rajoy está en la Moncloa y lo único que ha hecho es cebarse aún mas en las clases menos pudientes. Ha subido el IRPF, entrando a saco en las nóminas de los asalariados, ha abaratado el despido hasta límites que no se conocían en nuestro país ni en los tiempos de la dictadura, y ya tiene preparada toda una batería de subidas de impuestos para dejar al borde de la indigencia a los mas desfavorecidos. Como si los españoles fueran imbéciles, el Gobierno de Rajoy no ha presentado los Presupuestos Generales del Estado hasta que no pasaran las elecciones en Asturias y Andalucía, porque se vende muy mal el aceite de ricino.
Sin embargo, a pesar de los escándalos de corrupción en Andalucía, el PP no ha logrado la mayoría absoluta, porque una buena parte de los desencantados con la gestión de los socialistas han dado su voto a IU. En Asturias, si no fuera porque están jugando con nuestro futuro, todo lo que está pasando sería una opereta. El PP ha forzado las elecciones para intentar ganar la hegemonía en el centro-derecha regional a Foro, el partido de Cascos, pero les ha salido mal, eso sí, sus tejemanejes, junto con la Reforma Laboral, han logrado que el conjunto Foro-PP pierda tres diputados y que los socialistas, a pesar de la pésima gestión de Areces y de los episodios de corrupción de su Gobierno, ganaran las elecciones.
Tanto a Rajoy como a los dirigentes populares asturianos se les ha acabado el periodo de gracia. Ya están en el punto de mira de los ciudadanos, que empiezan a ver, atónitos, como el PP puede llegar a sublimar las fechorías de los socialistas. Incluso algunos de sus destacados militantes en Asturias se están planteando cambiar de aires, algo impensable hace 15 días y que ha precipitado la propuesta al PSOE de Javier Arenas, con el visto bueno de Génova, de un Gobierno de coalición PP-PSOE en Andalucía, sacrificando el posible Ejecutivo Foro-PP en el Principado. Muy, pero que muy fuerte.

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