viernes, 16 de marzo de 2012

SOGEPSA IRÁ A LOS TRIBUNALES

La recientemente constituida plataforma de afectados por las expropiaciones de Sogepsa (Sociedad Mixta de Gestión y Promoción del Suelo de Asturias) ha iniciado la batalla legal contra este ente empresarial participado por el Principado. De momento, la plataforma se va a centrar en preparar una demanda judicial contra Sogepsa por haber comprado a varias empresas terrenos, en el mismo entorno, hasta a un triple del valor que se pagó a los expropiados. Pero eso puede que sea solo la punta de un iceberg con tintes neomafiosos que va a poner en dificultades a mucha gente.
Ya apuntamos en su día que el escándalo que provocó el descubrimiento de las prácticas corruptas en la Consejería de Educación que dirigía Riopedre, donde las andanzas de la funcionaria Marta Renedo fueron el colmo de la sinvergüencería, seguramente no eran nada comparadas con las actividades que Sogepsa estuvo realizando durante años. Todos los asturianos saben ya que durante el Gobierno del PSOE e IU que presidía Areces se robaba y volaban los jamones y otras dádivas, incluidos viajes de placer, de empresarios que luego obtenían suculentos contratos. Pero lo que sucedía en la Consejería de Medio Ambiente, Infraestructuras y Ordenación del Territorio que dirigía Francisco González Buendía eran palabras mayores, porque aquí se movían cantidades astronómicas de dinero y se tomaban iniciativas, en connivencia con los ayuntamientos y los empresarios de la construcción claramente delictivas. Una actuación venial de la trama, comparada con todo lo que vamos a empezar a descubrir, fue el grueso libro que pagaron los empresarios de la construcción y que se repartió, casa por casa, en los domicilios gijoneses, glosando las actuaciones de la ex-alcaldesa socialista Dña. Paz Fernández Felgueroso en víspera de unas elecciones. Cosas tan groseras fueron posibles porque, después de décadas de poder, la pseudoizquierda asturiana había perdido el pudor.
En este entorno de corrupción, asuntos como el "caso Blanco", que protagonizó el que hasta hacía poco era arquitecto del Ayuntamiento de Gijón, con una finca de Cabueñes que se compró y se vendió varias veces entre el susodicho y una empresa constructora con el resultado de un beneficio para Ovidio Blanco de 600.000 euros, no tenían nada de extraño. La Justicia pasó de puntillas sobre este asunto y el caso fue provisionalmente sobreseído, con la consiguiente alegría de Buendía, que había sido compañero de Blanco en la Concejalía de Urbanismo y en Sogepsa y de los promotores del Plan Parcial de Cabueñes donde el arquitecto, no por casualidad, trabajaba hasta que dimitió tras salir a la luz el escándalo.
Lo peor es que las actuaciones de esta progresía de pacotilla, vergüenza para la izquierda, han dejado un reguero de lágrimas y deudas para muchos ciudadanos honrados que se han visto desposeídos de sus escasos bienes.
El último regalo que el Gobierno de Areces y el ex-consejero Buendía dejaron a los asturianos fue la macroincineradora de Serín, un loco proyecto para quemar 450.000 toneladas de basura al año que llenarían la zona central de nuestra región de cancerígenas dioxinas y furanos y que, afortunadamente, fue paralizado por el Gobierno de Foro Asturias.
Ahora, los afectados levantarán su voz en los juzgados.

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