jueves, 1 de marzo de 2012

EL EJÉRCITO SIRIO APLASTA LA INSURRECCIÓN

Con la entrada de la IV División Acorazada en la ciudad de Homs, el ejército Sirio está ocupando los últimos objetivos contra las fuerzas rebeldes. A esta hora, muchos milicianos suníes, armados por Occidente y financiados por Arabia Saudí y los regímenes feudales de la Península Arábiga, que habían prometido combatir hasta el último hombre, han huido ante la contundencia de la ofensiva de las tropas gubernamentales.
Rusia y China, que vieron como se usó un mandato pretendidamente humanitario para cambiar el régimen de Al Gaddafi y quedarse con el petróleo libio, no han permitido, con su veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, otra aventura imperialista como la que ya se había iniciado en Siria. Junto con los milicianos suníes, cientos de mercenarios procedentes de otros países, la mayoría de Libia, ya se habían infiltrado en Siria e iniciado una campaña armada con profusión de atentados contra comisarías, instalaciones de energía, y toda clase de edificios oficiales. Era el mismo guión que se llevó a cabo en Los Balcanes, en Chechenia y en Libia, con resultados desiguales.
Mientras la mayoría de los medios de información occidentales llevaban semanas intoxicando a la opinión pública, con reporteros que, como sucedió también en la Guerra de Libia, solo daban noticias desde la zona rebelde, había una conjunción de intereses bastante variopinta cuyo único objetivo era acabar con el régimen sirio y establecer allí otro Gobierno títere. Desde EE UU a los regímenes árabes menos democráticos y más despóticos, desde Reino Unido y Francia hasta Al Qaeda, sin olvidarnos de Israel, todos querían la cabeza del presidente sirio.
Siria tiene poco petróleo, pero es una pieza clave en el mediterráneo (Rusia tiene allí una base naval) y un socio estratégico muy importante de la Alianza Continental y de Irán. El país persa es el verdadero objetivo de las potencias imperialistas y del estado sionista, uno porque es el principal suministrador de crudo a China y otro porque si se hace con armas nucleares Israel ya no podrá ejercer de matón en esa zona geoestratégica.
Es un drama que muchos civiles hayan muerto, como también sucedió en las dos invasiones que perpetró Israel en Líbano, o los bombardeos sionistas sobre Gaza, sin que Occidente moviera un solo dedo. Los que se rasgan ahora las vestiduras, llorando con lágrimas de cocodrilo, son los mismos que, por ejemplo, apoyaron al régimen del general Suharto, en Indonesia, que asesinó a mas de un millón de personas, eso sí, dicen que eran comunistas.
¿Cual será la siguiente aventura del imperialismo?.
NOTA: No vamos a entrar ahora en el carácter del régimen sirio, o si nos gusta o no, ese es otro debate, pero queremos manifestar, porque es poco conocido por la opinión pública española, que mientras España estaba barajando estos días retirar a nuestro embajador en Damasco, los servicios secretos sirios, cuando gobernaba Hafez-Al Assad el padre del actual presidente sirio, Bashar-Al Assad, dieron la alerta de que se preparaba un atentado contra el entonces presidente Suárez, con un avión teledirigido, cuando presidiera el desfile de las Fuerzas Armadas que se iba a celebrar en Las Palmas. Gracias a los sirios Suárez salvó la vida. Por cierto, esa es también una jugosa historia, tampoco se hizo público quienes estaban detrás de aquel intento de magnicidio.

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