lunes, 16 de enero de 2012

ISRAEL ADQUIERE OTRO SUBMARINO

Mientras arrecian las amenazas y sanciones de EE UU contra Irán, bajo el pretexto de que su programa nuclear tiene un objetivo militar, Israel ha comprado a Alemania, por 700 millones de dólares, otro submarino de la clase "Dolphin", que será el sexto de ese tipo con que cuenta su marina de guerra. Estos modernos submarinos serán armados con los misiles de crucero de fabricación propia "Popeye Turbo", que pueden portar una ojiva nuclear táctica y tienen un alcance de unos 1.500 kilómetros. También llevarán los misiles de fabricación norteamericana "Sub Harpoon Block 1C" temibles para toda clase de buques.
El cinismo de EE UU, el país con mayor número de armas nucleares del mundo, que acaba de aprobar un presupuesto de Defensa de 600.000 millones de dólares, para el ejercicio 2.012 (mas que el resto de los países del mundo juntos) y del Estado sionista, el único, además de los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU con derecho de veto, que tiene capacidad nuclear estratégica (vectores de ataque con rango intercontinental, como el misil Jericó III, con un alcance de 11.000 kilómetros) y más de 300 bombas atómicas en su arsenal) es monumental. Son precisamente los que están armados hasta los dientes y los que periódicamente masacran a otros pueblos los que acusan a Irán, un país pacífico que no ha agredido a nadie, de terrorista.
La verdad es que EE UU y algunos de sus aliados, como Reino Unido y Francia, quieren perpetuar el imperialismo que lleva siglos robando las materias primas a sus legítimos dueños, como el petróleo de Irak y Libia, por ejemplo, e impidiendo al pueblo palestino ejercer su legítimo derecho a la soberanía sobre su propia tierra. En este escenario, Israel es un útil aliado en la zona. Pero permitir que un estado pirata, que se pasa por la entrepierna la legalidad, no cumpliendo las resoluciones de la ONU, asaltando barcos civiles en aguas internacionales, agrediendo a países indefensos como Líbano y bombardeando instalaciones nucleares civiles de otros Estados (como el ataque a la central atomoeléctrica iraquí de Osirak, en 1.981 y a la de Al-Kibar, en Siria, el 6 de septiembre de 2.007) desarrolle armas de destrucción masiva y medios muy importantes para su lanzamiento es de una irresponsabilidad suicida, porque el día menos pensado estos insensatos pueden llevar al mundo a la Tercera Guerra Mundial.
La "Opción Cero", es decir, la destrucción de todos los arsenales nucleares de todos los países es lo único aceptable y justo, pero los que cada vez adquieren armas mas poderosas para amenazar la soberanía de otros Estados no están por esa labor.

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