viernes, 6 de enero de 2012

GABINO SE SUBE AL CARRO

En las pasadas elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo, el PP de Asturias sufrió una auténtica debacle, en contra de lo que sucedió en todas las CC AA donde se celebraron comicios, donde los populares barrieron del poder a los socialistas. La singularidad asturiana se debió a la aparición en escena de un nuevo partido, creado a toda prisa, a cuyo frente se puso Francisco Álvarez-Cascos, ex vicepresidente del Gobierno y ex-ministro de Fomento en el Ejecutivo de José María Aznar. La responsabilidad de haber permitido el ninguneo y los insultos, que obligaron a abandonar el PP, a un histórico militante que, de la mano de Manuel Fraga, consiguió hacer un partido capaz de disputar el poder al PSOE, es de María Dolores de Cospedal, como secretaria de Organización, pero sobre todo de Mariano Rajoy, que permitió a su partido en Asturias saltarse los estatutos organizando cenas donde se elegían candidatos y pactando entre bambalinas con los socialistas para repartirse el poder en la región al margen de las reglas democráticas. En aquel encuentro electoral, los asturianos, hartos de compadreos contra natura como instrumento para mantener el modus vivendi de los que han hecho de la política una profesión muy rentable, depositaron sus esperanzas y su ira contra los recortes de Zapatero en Foro Asturias y, contra todo pronóstico, dieron la oportunidad a Cascos de alzarse con la presidencia del Principado. El 22 de mayo el PSOE perdió las elecciones en Asturias y su poder durante décadas, pero el partido verdaderamente castigado fue el PP que, de facto, lideraba el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, gracias al pusilánime presidente de la organización regional, Ovidio Sánchez.
Además, Gabino perdió la mayoría de la que gozaba en la capital asturiana, que le había permitido gobernar con muy poco talante democrático y cometer toda clase de fechorías, entre las que sobresale el ya escandaloso caso de Villa Magdalena, que pagarán los ciudadanos carbayones.
Tras aquellas elecciones se configuró un nuevo ente, el Tripartito, donde se unieron socialistas, populares e IU para impedir al nuevo Gobierno salido de las urnas tomar las medidas imprescindibles para intentar paliar la gravísima situación socio-económica que vive nuestra región. Se pactaron mayorías en ayuntamientos, intentando cambiar Gobiernos municipales como si fueran cromos, presidencias parlamentarias, bloqueos al Ejecutivo, etc, en una vomitivo aquelarre donde los socialistas eran los que llevaban la voz cantante de la nueva banda del azufre. No todo les salió bien, porque el PP de Gijón, que lidera Pilar Fernández Pardo, que también sufrió mucho electoralmente, no todo por su culpa, a pesar de las presiones de Génova 13 no se quiso sumar al contubernio y permitió que la también doctora Carmen Moriyón, la cabeza de lista de Foro Asturias, se hiciera con la alcaldía del municipio mas importante de Asturias.
Pero, hete aquí, que llegaron las elecciones generales del 20 de noviembre y esta vez los asturianos cometieron un grave error, a pesar de que les advertimos que en estos comicios no se votaba presidente del Gobierno de España, eso lo deciden los diputados en el Congreso, sino quien iba a representar a Asturias en Madrid. No se votó a Rajoy ni al cambio, votaron a Mercedes Fernández, Ovidio Sánchez y otros dinosaurios de la política que estaban al borde de la extinción. El PP asturiano, que llevaba tiempo con el rabo entre las piernas, levantó la cabeza y Mariano Rajoy, entre las draconianas medidas contra los españoles, se cebó con Asturias, privándola de los Fondos Mineros.
Ahora, aunque nos tengamos que frotar los ojos para creerlo, se nombra a Gabino de Lorenzo delegado del Gobierno central en Asturias, es decir, se le da mas poder para que siga haciendo de las suyas. Pero el Tripartito se ha roto, porque la correlación de fuerzas y las estrategias han cambiado drásticamente y porque las cuencas mineras pesan mucho y no van a consentir tejemanejes con los que les han dado hasta en el cielo de la boca.
Gabino se ha subido al carro ganador de Rajoy para salvarse, pero, a la vista de las medidas que está tomando y de sus desastrosas consecuencias, el nuevo Gobierno de España, y el PP como partido, pueden acabar incluso peor que el PSOE con Zapatero, cuando eso ocurra, los oportunistas serán barridos definitivamente y los que ahora sepan situarse serán aupados al poder por la ciudadanía.

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