miércoles, 2 de noviembre de 2011

GRECIA METE PRESIÓN A EUROPA

Paradojas de la Historia, ahora todo el mundo tiene que hablar de la tragedia griega, pero está vez en el teatro de la vida, y de la democracia, poniendo algunos insensatos en cuestión el derecho que tiene a ejercerla el pueblo que la inventó.
Lo que está pasando en Grecia también es una Odisea, pero está vez no se trata de la novela de aventuras de Homero, donde Ulises era el protagonista, es el pueblo heleno el que lucha por sobrevivir combatiendo en las calles contra los que quieren enterrarlos vivos con inhumanas medidas de ajuste. Tampoco hay un héroe como el Aquiles de La Ilíada, ahora el líder es un perro callejero color canela, que llaman Lukánikos, el que destaca por su ferocidad contra los antidisturbios y su lealtad con los manifestantes. Pueblo griego, los anglosajones también os llaman PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España), es decir, cerdos, en Román Paladino, dejad amigos que admiremos vuestra cochiquera y que nos revolquemos en vuestro estiércol milenario hasta empaparnos con él hasta los tuétanos.
De la noche a la mañana el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, ha caído mal a mucha gente, sobre todo a los que mandan en Europa. Este socialista llegó al Gobierno de un país que la derecha había dejado hecho unos zorros, falsificando las cuentas para poder entrar en el Euro, con el consentimiento de los que ahora, cual fariseos, se echan las manos a la cabeza. Pero Yorgos es un tipo que se ha criado en el exilio, donde su padre, (luchador de la resistencia contra el Gobierno fascista, durante la Segunda Guerra Mundial y contra la dictadura de Los Coroneles, la del golpe de Estado de 1.967), tuvo que vivir durante mucho tiempo. Fueron años tristes lejos de la patria, primero en Suecia y luego en Canadá.
El padre de Yorgos, Andreas Papandréu, fundó el PASOK (Movimiento Socialista Panhelénico) y, tras el restablecimiento de la democracia, ganó por tres veces las elecciones, hasta que una grave enfermedad de corazón le obligó a dejar el cargo de primer ministro. Parece que su hijo, al final, ha decidido hacer honor a su estirpe.
Hay que ver como se escandalizan algunos ante la tesitura de que el pueblo griego pueda decidir en referéndum su futuro, mire usted que peligro si cunde el ejemplo, piensan.
Los que dirigen las instituciones europeas, que nadie sabe quién diantres los ha elegido, Mérkel y Sarkozy, que se han erigido en los gobernantes de Europa sin consultarnos, ponen en cuestión el derecho del pueblo griego a la democracia, la que los helenos han enseñado al mundo. Pero la libertad todavía en un hueso muy duro de roer para los mercados y Grecia va a meter presión a esa Europa que no es la que nosotros hemos soñado.

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