lunes, 21 de noviembre de 2011

DEBACLE SOCIALISTA

Lo primero a destacar de los resultados electorales del domingo 20 de noviembre es que no hubo sorpresas, casi han sido idénticos a los que profetizaban las encuestas. El PP obtiene una amplia mayoría absoluta y el PSOE sufre una auténtica debacle, su peor resultado desde la Transición Democrática. Pero es necesario profundizar en el análisis.
Lo que ha sucedido en estos comicios se parece como un huevo a otro a lo que ha pasado en otros países europeos azotados por la crisis, el partido en el poder, obligado por la dictadura de los mercados, toma toda una serie de medidas impopulares y en cuanto llegan unas elecciones los ciudadanos le dan hasta en el cielo de la boca. Al PSOE ya le castigaron los españoles ampliamente en las pasadas elecciones autonómicas y municipales y este domingo le han dado el segundo bofetón. Los socialistas han perdido mucho poder y muchos cargos públicos en solo seis meses.
Pero, caeríamos en un error si pensáramos que el desastre socialista se debe en exclusiva a que Zapatero ha tenido la mala suerte de que la crisis económica se lo llevara por delante. Mucho antes de que las hipotecas subprime contaminaran el entramado financiero mundial, la socialdemocracia europea ya había entrado en declive, solo hay que recordar lo que le pasó al Partido Socialista Italiano, al Partido Socialista Francés, al Partido Socialdemócrata Sueco, etc. Hoy, los socialistas han sido barridos de prácticamente todos los Gobiernos de Europa, aunque es verdad que la crisis les ha puesto la puntilla. Los procesos de descomposición no han sido iguales y las causas tampoco, pero sí hay algunos rasgos comunes entre los que sobresalen la derechización y la falta de respuesta hacia los retos que impone un mundo que no ha sido construido con los mimbres de la izquierda.
En España el PSOE ya se vio en graves dificultades cuando los ciudadanos echaron al Gobierno de Felipe González a gorrazos, uno por los continuos escándalos y otro por las políticas derechistas de Boyer y Solchaga. Como ha sucedido ahora, al PSOE se le escaparon votos por la derecha y por la izquierda. Conviene recordar también los episodios fallidos de liderazgo con Borrell y Almunia, mientras gobernaba José María Aznar. Zapatero llegó a la secretaría general en un momento muy delicado, cuando el PSOE estaba políticamente bajo mínimos, y no habría llegado al poder si Aznar no comete el error de meter a España en la Guerra de Irak (sin todo lo que sucedió a partir de la foto de las Azores, los españoles no habrían castigado al PP tras los atentados de Madrid). Incluso vamos mas atrás, a la muerte del general Franco el PSOE casi no tenía cuadros políticos y tuvo que echar mano de muchos comunistas para nutrir sus filas, porque el PCE era el único partido de izquierda con un aparato bien estructurado. Lo del "pesebre" se acuñó en aquello época, pues muchos militantes comunistas claudicaron de sus ideales a cambio de la muy buena remuneración de un cargo público bajo el paraguas socialista. De aquellos polvos también vienen parte de estos lodos.
IU sale satisfecha de estas elecciones, pues ha estado a punto de desaparecer y recupera su grupo parlamentario, pero es más gracias a la desastrosa gestión socialista y a los votos que huyen de la quema que a sus méritos. Con Julio Anguita, por ejemplo, IU contaba con 23 diputados, mas del doble de los ahora obtenidos y estamos seguros que si no hubieran gobernado con los socialistas en algunas CC AA y cientos de ayuntamientos y hubiera hecho una auténtica política de oposición, los resultados habrían sido mucho mejores.
Hay novedades en estas elecciones, como el crecimiento de UPyD, la modesta, pero importante, irrupción de Foro y que Amaiur, la nueva franquicia política de KAS, estará en el Congreso de los Diputados con grupo parlamentario propio (otro de los campos de minas que deja el PSOE), pero lo verdaderamente significativo es que, en conjunto, la izquierda retrocede de forma estrepitosa.
Con mayoría absoluta, el PP tendrá las manos libres para imponer las mas rancias políticas neoliberales y la segunda parte de los recortes salvajes que empezó Zapatero, mientras la izquierda, minimizada, perdido el rumbo y la vergüenza, no está en condiciones de plantear batalla.

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