DEBEN BAJAR LOS TIPOS DE INTERÉS

Una de las principales razones de que la crisis económico-financiera no solo no se ha atajado, incluso ha empeorado, es que las medidas que se están tomando, ortodoxas o no, son propias de otras coyunturas y otros tiempos, pero que no sirven, a la vista está, para encarar con mínimas garantías los problemas actuales. Sobresale el empeño del Banco Central Europeo, ungido por Alemania, de mantener los tipos de interés altos por miedo a que se dispare la inflación y para atraer capitales foráneos. Es un error gravísimo porque los países en mayores dificultades, entre ellos España, ven encarecida su deuda, además, el alto precio del dinero dificulta enormemente la financiación de las empresas y el consumo de los particulares, que tienen que dedicar una gran parte de sus ingresos a pagar sus hipotecas. Para nadie es un secreto que las continuas subidas del Euribor tienen mucho que ver con los impagados y los desahucios, pero también con el escuálido crecimiento económico, por culpa del desplome de la demanda interna.
Contrasta el empeño de la canciller alemana Ángela Merkel con lo que está haciendo el Tesoro Federal de los EE UU que, gracias a mantener los tipos de interés muy bajos, está consiguiendo que la economía norteamericana vuelva a unos crecimientos esperanzadores. También en Japón se sigue el ejemplo USA.
La economía en la Zona Euro no se recuperará si no se bajan las tipos de interés hasta cotas solo ligeramente superiores a las que rigen en EE UU y Japón. Es cierto que en algunos países puede haber un repunte de la inflación, que está demasiado alta a pesar del enfriamiento de la economía, pero hay otros resortes que tanto el BCE como los propios Estados de la Unión pueden activar para impedirlo.