jueves, 10 de noviembre de 2011

LA ÚNICA ALTERNATIVA

Aunque resulte tedioso y a veces aburrido, porque repiten continuamente muchas de las tonterías a que nos tienen acostumbrados, es ilustrativo escuchar lo que dicen los candidatos de los distintos partidos que se presentan a las elecciones del próximo día 20 de noviembre. Naturalmente que, a estas alturas, ya no hacemos caso de sus programas, la mayoría no van a tener ningún cargo de conciencia cuando los incumplan, pero leer entre líneas, en este caso, escuchar entre frases, siempre ha sido muy útil para ver con quién nos jugamos los cuartos.
Llegado al punto en que nos encontramos, es decir, con el diferencial de la prima de riesgo por encima de los 400 puntos básicos (todos los españoles tendremos que pagar casi un 6% de interés por la Deuda Pública que se coloca a 10 años), con una economía que vuelve a decrecer, con el imparable aumento del paro, con el cierre de miles de pequeños negocios familiares y empresas de todo tipo, etc, lo que nos interesa no son los discursos para la galería o para quedar bien con cualquiera de los potenciales electores que cada partido piensa que serán receptivos a sus propuestas, lo verdaderamente importante es que nos va a suceder en los próximos meses.
Si gana el PP, como parece evidente, el nuevo Gobierno que presidirá Rajoy aprobará de inmediato toda una serie de "reformas" que, aunque no nos las han pormenorizado, ya todos intuimos. Generalizando mucho, ya nos las ha adelantado D. Mariano el otro día en el debate con Rubalcaba. Rajoy nos ha dicho, con razón, que no vamos a solucionar el problema del paro si nuestra economía no crece, en eso todos coincidimos, pero ¿como piensa hacerlo el PP?. También nos lo contó. Con rebajas fiscales a las empresas, subvencionando la contratación y abaratando, aún mas, el despido. Estas recetas, de derechas, como es lógico, son muy parecidas a las que ha venido aplicando el PSOE y que, por cierto, no solo no han servido para enderezar nuestra economía, también van a costar a los socialistas ir a las catacumbas. El abaratamiento del despido solo ha servido para que muchas empresas empezaran por ajustar gastos en el apartado laboral, en muchos casos sustituyendo empleo fijo por precario y, lo que es peor, con unos salarios mas bajos. Con una inflación superior al 3% y con las rentas del trabajo a la baja, cae de cajón que la demanda de los consumidores y el mercado interno se hundan y que no se recupere la actividad económica. Rajoy piensa convertir todos los contratos temporales en fijos, pero con un despido casi gratis, es decir, todo el mundo trabajará sin seguridad alguna en su futuro laboral inmediato, ¿quién contratará o prestará un crédito, una hipoteca, en esas circunstancias?.
Nosotros pensamos que los políticos no son conscientes de lo que nos estamos jugando, escuchando a Llamazares, por ejemplo, nos emocionamos pensando lo bonito que sería vivir en el "País de las Maravillas", hasta que caemos en la cuenta de que no estamos en una economía socializada, sino en un océano donde el pez grande se come al chico, los especuladores acosan a los Estados y Merkel y Sarkozy ya hablan de una Europa de dos velocidades.
Hay una cosa clara, si seguimos recurriendo al déficit y a la deuda, como Italia, iremos de cabeza al pozo y el Estado no dispondrá de recursos para liderar la recuperación económica, algo imperativo, nos gusten o no las medidas keynesianas, porque la iniciativa privada está exhausta. Es preciso aumentar la recaudación, acabando con la economía sumergida y el "dinero negro" y haciendo que paguen impuestos cientos de miles de ciudadanos que ahora no lo hacen y disminuir drásticamente el gasto, porque no es sostenible, aunque suena muy bien, por ejemplo, la universalización de la sanidad y de otros servicios sociales, que se ha extendido a millones de personas que ni cotizan ni pagan ningún tributo público, aunque sí tienen ingresos. Tampoco es lógico que un prejubilado sin enfermedad crónica y una pensión de 2.500 euros no pague las medicinas y un parado con dos hijos a su cargo sí.
Josu Erkoreka, del PNV, decía que España necesita cambiar el tejido productivo basado en el ladrillo por actividad industrial de vanguardia e I+D+I, como se hizo en el País Vasco, donde menos se está padeciendo la crisis, es cierto y no solo eso, pero para que fluya el crédito a las empresas y para que el Estado disponga de los recursos que son imprescindibles para esquivar el abismo, hace falta dinero.
Esta es la única alternativa y cuanto antes nos demos cuenta de ello menos sufriremos todos.

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