NUESTROS PROBLEMAS Y EL 20N

Los ciudadanos cada vez son mas conscientes de como les mienten los políticos y del daño que hacen a la colectividad sus actuaciones oportunistas y electoralistas. Cuando las elecciones generales del 20 de noviembre están cada vez mas cerca, algunos son capaces de hacer piruetas inverosímiles para intentan mantener su modus vivendi a toda costa, como llevan haciendo durante toda su vida. Dignidad, honor, ética, son palabras cuyo significado han olvidado hace mucho tiempo.
Entre el rosario de asuntos muy graves que nos aquejan, que llenarían muchas páginas, vamos a destacan solo dos, que van a tener especial incidencia en los resultados de los próximos comicios:
A pesar de las maniobras para distraernos, la grave crisis económica que padece España es el principal problema de la lista. Tenemos una economía que no crece y casi cinco millones de parados, de ellos casi el 50% jóvenes. Hasta ahora, las familias y el Estado de Bienestar han proporcionado algo de cobertura, pero el próximo año empezaremos a vivir situaciones dramáticas. Miles de empresas han cerrado, miles de comercios han tenido que echar las persianas definitivamente, cientos de miles de viviendas siguen sin vender mientras las empresas constructoras o los bancos se tienen que hacer cargo de unos activos que se han convertido en pasivos. El crédito sigue restringido, porque los fondos son muy escasos, y aumenta alarmantemente la morosidad, metiendo a las entidades financieras en un bucle sin salida. El anuncio de Cáritas diciendo que ha tenido que prestar servicios asistenciales a un millón y medio de nuevos ciudadanos al borde de la indigencia es suficientemente esclarecedor de la gravedad de la situación. Es cierto que la crisis no solo afecta a España, que es sistémica, pero las alegrías del Gobierno de Zapatero mientras negaba su existencia y las medidas tomadas por el Ejecutivo socialista, bajo los dictados de Obama y Merkel, es decir, subidas de impuestos y recortes a los derechos y prestaciones de trabajadores y pensionistas (con una inflación de cerca del 4%) lo único que han conseguido es que los ciudadanos perdieran mas poder adquisitivo (causa primigenia de la crisis financiera) y que se hundiera el mercado interno, agravándola y llevando a nuestro país, junto con Italia, a la peor situación de los grandes Estados de la UE.
El PSOE, sabedor de la indignación de los ciudadanos y que éstos no han tenido suficiente con el correctivo que le han aplicado en las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo y que lo están esperando el 20N, con el cuchillo entre los dientes, para darle hasta en el cielo de la boca, se han embarcado en una peligrosa aventura que va a costar también muy cara a España y a los españoles. El segundo principal problema que tenemos es el tejemaneje que se traen los socialistas, el PNV y Batasuna. Afortunadamente el anuncio trampa del abandono definitivo de las armas por parte de ETA, sin entregar las armas y sin presentarse en las comisarías, no ha engañado a los demócratas ni a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que son los que mas han sufrido en sus carnes el zarpazo de la violencia terrorista, y la gente ya está empezando a decir que no va a tragar con contrapartidas políticas y penales. Nos han contado que la democracia ha derrotado a ETA, pero los ciudadanos, viendo las manifestaciones multitudinarias y el asalto a las instituciones de los violentos, tiene otra sensación. El candidato socialista, Rubalcaba, que cuenta con un largo historial en operaciones impresentables y maquiavélicas, sin vergüenza alguna, ha intentado rentabilizar el anuncio de ETA, con lágrimas de cocodrilo incluidas que no engatusan a nadie. Pero, salvo a los fanáticos, va a tener muy difícil convencer a los españoles de que el PSOE ha logrado acabar con el terrorismo, que no entregará las pistolas hasta que le den lo que le han prometido. El aquelarre vasco, en vez de proporcionar votos, puede volverse contra los que, otra vez, quieren tomar el pelo a los españoles, porque incluso muchos socialistas honrados y cabales se han dado cuenta del peligro que tienen los actuales dirigentes de sus partido.