viernes, 21 de octubre de 2011

ETA, AL GADDAFI Y LOS OLVIDADOS

Hoy es un día en el que los periódicos y los telediarios no tienen que buscar "serpientes de verano" ni echar mano de la crisis para llenar las primeras páginas y los titulares. ETA dice que abandona las armas, han matado a Al Gaddafi y se homenajea a los "Héroes de Fukushima". Hay muchas alegrías y sonrisas que a nosotros se nos antojan estúpidas o no del todo justificadas, seguramente porque desde niños, cuando veíamos las crónicas de la Guerra de Vietnam o escuchábamos al general Franco en la Plaza de Oriente, hemos aprendido a leer entre líneas, a buscar los tres pies al gato y a oler las mentiras o medias verdades a lo lejos.
Ya dijimos hace tiempo que ETA anunciaría el abandono definitivo de la lucha armada y que lo haría poco antes de las elecciones generales, era un guión que estaba ahí, para el que quisiera verlo. ¿Se ha derrotado a los terroristas?, para nada, ya verá usted lo que viene a continuación. De momento, otra vez, igual que con la polémica mediática sobre la legalidad de Bildu, los demócratas le estamos haciendo la campaña electoral a los violentos. KAS tendrá grupo parlamentario propio. Hemos retrocedido 20 años.
También hay mucho irresponsable que se congratula por todo lo que ha pasado en Libia, incluida la muerte de su máximo dirigente. Libia era el segundo país en renta per cápita de África y los extremistas musulmanes estaban controlados. Con la misma alegría festejaron la muerte de Sadam Hussein y ahora se lamentan de como se ha dejado a Irak. Eran dos sátrapas, pero van a ser peor las alternativas, eso sí, el petróleo de esos países ya está en manos de las "Siete Hermanas".
Hubo una vez un accidente nuclear terrible, dicen que el mas grave de la Historia, en una central nuclear de Ucrania. El lugar se llamaba y se llama Chernóbil. Militares, miembros de los servicios de seguridad de la central atomoeléctrica, bomberos, etc, tuvieron que tapar con arena y plomo la cúpula de grafito del reactor que había saltado por los aires liberando ingentes cantidades de materiales radiactivos. Unos lo hicieron desde helicópteros situados justo encima, otros con sus propias manos. Cientos murieron y otros padecen graves secuelas, pero no dudaron ni un momento en cumplir con su deber. Precisamente hoy, cuando se agasaja merecidamente a otros héroes, no podemos dejar de acordarnos de ellos, los olvidados.

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