jueves, 20 de octubre de 2011

LA VORÁGINE DE LA CRISIS

Esta crisis en la que nos han instalado y de la que ya empezamos a estar hartos, no tanto por hablar de ella todos los días, que también, como por lo que afecta gravemente a nuestra vida diaria, está sirviendo para constatar unas cuantas verdades, algunas que sabíamos y otras que se intuían.
Por fin todo el mundo se ha dado cuenta que los políticos que nos gobernaban y nos gobiernan, pues no hemos sido capaces de echarlos a gorrazos todavía, han dejado a los Estados endeudados hasta las cejas, gastando a crédito el dinero que no teníamos. A esa fiesta se unieron los bancos, las empresas constructoras y también, como todos sabemos, muchos ciudadanos, pero lo pagarán especialmente nuestros hijos y nuestros nietos. Ahora, cuando las agencias de calificación dicen la verdad incómoda, todos miran y critican el dedo acusador en vez de la Luna acusada. El Estado, incluidas las CC AA y los ayuntamientos no tienen dinero, algunos lo están pasando tan mal que van a tener que meter la tijera hasta en los servicios sociales básicos. Las Cajas de Ahorro, a pesar de las fusiones, cierre de oficinas y prejubilaciones, van a tener que ser recapitalizadas, con nuestro dinero, naturalmente, el problema es que ya no lo tenemos. Mientras suben los precios en una economía que no crece y la inflación se acerca peligrosamente al 4%, los ciudadanos han decidido subirse los salarios y las pensiones que no les suben ni las empresas ni el Estado, me explico: "ya que nos han congelado nuestros ingresos, subámonos nosotros el sueldo", se han dicho. Para llevar a cabo este milagro algunos han dejado de fumar, otros sacan el coche solo los domingos, el teléfono móvil a la basura, de tomar unos vinos o ir de cena de vez en cuando, nada de nada, vacaciones pocas y un larguísimo etcétera en el que seguramente usted nos podría asesorar. La consecuencia, cierre de comercios y empresas y mas gente a las colas del paro.
Pero es una burda mentira que no hay dinero. Sin ir mas lejos, Grecia, el Estado con más dificultades de la UE, mientras tiene la revolución a la puerta de la esquina, porque la gente ya se ha echado a la calle con el cuchillo entre los dientes por las brutales medidas de ajuste, ha exportado unos 200.000 millones de euros a los bancos suizos. Quién o quienes han cometido la fechoría no tiene demasiada importancia, todos sabemos que no les va a pasar nada, al menos de momento. Mientras los ciudadanos vamos, paso a paso, camino de la indigencia, otros ponen a buen recaudo sus grandes fortunas, fruto del robo y la rapiña, antes de que les exijamos devolverlas.
¿Otra crisis cíclica del capitalismo?, deje que me ría a mandíbula batiente. Este es el final de un sistema, de una civilización y de, apunte usted lo que quiera. Estamos en plena vorágine y muchos aún no se han enterado.

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