sábado, 15 de octubre de 2011

MAS VUELTAS DE TUERCA

A veces uno tiene que refregarse los ojos y pellizcarse para comprobar que no estamos en una pesadilla, que lo que estamos viendo y padeciendo en los dos últimos años no es un mal sueño, sino la cruda realidad. Si hace algún tiempo nos dicen que un Gobierno socialista tomaría las brutales medidas contra los ciudadanos en general y contra los trabajadores y pensionistas en particular que ha tomado Zapatero, aunque Felipe González ya había hecho sus pinitos, no lo hubiéramos creído. Hemos retrocedido décadas en derechos sociales y en nivel de vida, pero todavía no se percibe el fin del drama, es mas, los ciudadanos tenemos la impresión de que, independientemente del Gobierno que salga elegido el 20 de noviembre, la cosa todavía puede empeorar.
También parece increíble que los mismos que han metido a EE UU y Europa en este atolladero, sigan gobernando, dándonos consejos o pidiendo, por ejemplo, que se rebaje el salario mínimo (ya se le ha exigido a Bélgica) mientras ellos gozan de sueldos millonarios y que todavía la gente no les haya rebanado el pescuezo.
Cuando se empezaron a tomar las brutales medidas de ajuste, que eufemísticamente llamaron “reformas” cuando todos sabíamos que solo se trataba de recortes sociales, ya dijimos que esas iniciativas iban en dirección contraria a lo que se necesitaba, porque hacer caer, aún más, el poder adquisitivo de los ciudadanos hundiría el consumo, con la consecuencia del cierre de empresas, aumento del paro y caída de la recaudación fiscal. Todavía se sigue por ese camino que solo lleva al abismo.
Pero ya empiezan a aflorar algunas opiniones que nos están haciendo reflexionar y, si cabe, nos cabrean aún mas. Hay gente que ya está diciendo que los que gobiernan el mundo no pueden ser tan estúpidos, que si los ciudadanos de a pié vemos que se va en la dirección errónea, ellos también lo saben perfectamente. Dicen que, a la sombra de la crisis financiera y con esa coartada como pretexto, los grandes poderes económicos están presionando a los Gobiernos para hacer cosas que serían impensables sin esgrimir el fantasma de la crisis. El dinero no ha desaparecido, sigue siendo el mismo, solo está cambiando de manos apresuradamente, pasando de la gran masa social y empresarial a los grandes bancos y las grandes corporaciones. Es la acumulación del capital en el último estadio del sistema. Hay gente convencida de que en realidad el hombre nunca pisó la Luna, que la muerte de Bin Laden fue un montaje y que nos están tomando el pelo con la crisis, quién sabe, quizá tengan razón en alguna de sus tesis.
Sea como fuere, mañana nos esperan nuevas recetas que no solucionan nada pero que nos acercan a la indigencia, en Grecia, en Portugal, etc, ponga usted sus barbas a remojar.
“Los indignados” parece que vuelven a resurgir y a expresar sus protestas, pacíficamente, casi cogiéndosela con papel de fumar, no sea que el poder les acuse de fomentar la violencia, mientras este prepara mas vueltas de tuerca.

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