martes, 21 de febrero de 2017

PEDRO SÁNCHEZ TIENE PLAN

En un abarrotado Círculo de Bellas Artes, en Madrid, el candidato socialista a las primarias y exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, presentó, bajo el título de “Por una nueva socialdemocracia” un documento de 40 páginas que aboga por un  nuevo partido mas escorado a la izquierda. A pesar de que el propio Sánchez dijo que de lo que se trataba era que el Partido Socialista volviera al espacio político que nunca debió abandonar, la verdad es que tanto de la lectura del documento como del discurso pronunciado se desprende que el giro a la izquierda ya forma parte de la apuesta estratégica de una buena parte del PSOE, que Sánchez lidera. No es una singularidad, al contrario, lo extraño era que, en vez de hacer lo mismo que están haciendo todos los partidos socialistas en Europa, el PSOE que dirige la gestora que preside Javier Fernández se haya embarcado en una política suicida de colaboración con la derecha. Las palabras de Pedro Sánchez fueron inequívocas, pidiendo una alianza con Podemos y con los sindicatos para acabar con la política de “austericidio”. También abogó Sánchez por una reforma constitucional que reconozca la plurinacionalidad de España para poner freno a la secesión de algunas CC AA. Si el exsecretario general de los socialistas empezó a caer mal a la derecha y a los poderes fácticos con su “no es no”, a partir de ahora les va a caer todavía peor, puede que incluso supere a Pablo Iglesias despertando sus iras, que ya es decir.
El acto del Círculo de Bellas Artes fue especial no solo por la masiva asistencia y por una cola larguísima para entrar que llamaba la atención, lo fue sobre todo porque por primera vez alguien en el PSOE traza un plan estratégico coherente con lo que demanda una buena parte de la sociedad española y con lo que necesita el partido, si no quiere quedar minimizado o desaparecer. Aunque Sánchez dijo cosas muy importantes, no como Susana Díaz, que puede estar hablando una hora seguida sin decir nada, salvo nombrar veinte veces a los andaluces y las andaluzas, lo que llamaba la atención era el ambiente. No son las ideas las que ganan las elecciones ni las que mueven el mundo, sino las emociones, y allí las emociones de dirigentes y militantes socialistas eran muy fuertes. Lo que Pedro Sánchez decía y su sola presencia les tocaba el corazón.

O Sánchez nos está engañando a todos o se ha producido en él una metamorfosis política y ha visto la luz. Dicen que no hay nada mejor que pasar cuarenta días y cuarenta noches en el desierto para elaborar una hoja de ruta y para tener una perspectiva lúcida de la realidad. Con la presentación del documento estratégico, “Por una nueva socialdemocracia”, Sánchez se ha adelantado a sus contrincantes, porque, mientras la gestora y el candidato derrotado por el propio Sánchez, Eduardo Madina, están elaborando un guion cuyo fondo no tiene consistencia política y no ilusiona a nadie, un documento para alinearse con él detrás de Susana Díaz, el exsecretario general del PSOE, al que daban por muerto y enterrado, ha regresado con ganas, con argumentos y con el apoyo mayoritario de las bases. Todos los que, desde dentro y fuera del partido, colaboraron en la asonada contra el secretario general que había sido elegido por primera vez directamente por la militancia están muy, pero que muy nerviosos y empiezan a temer que la operación que traicioneramente desarrollaron, lejos de darles el control del partido, se les puede volver en contra.

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