La Audiencia Nacional ha imputado
al que fuera gobernador del Banco de España durante el Gobierno de Zapatero,
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, también conocido como Mafo, por su actuación en
la salida a bolsa de Bankia, la entidad bancaria producto de la fusión de
varias Cajas de Ahorro que dirigía el que fuera ministro de Economía, vicepresidente
del Gobierno de Aznar y director gerente del Fondo Monetario Internacional,
Rodrigo Rato, que también está procesado. La imputación por la Justicia ha
generado una cadena de dimisiones en la dirección del Banco de España, porque
Fernández Ordóñez no fue el único responsable de una fechoría que ha costado, y
todavía va a costar, decenas de miles de millones de euros a los españoles. La
imputación llega después de que hayan llegado a manos de la Justicia varios
documentos y correos electrónicos donde, clara y reiteradamente, los
inspectores del Banco de España advierten de que la salida a bolsa de la
entidad será la primera parte de una operación fallida que tendrá como
consecuencia la nacionalización. Fernández Ordóñez y la cúpula directiva del Banco
de España no hicieron ningún caso de las advertencias de la inspección y
permitieron una operación desastrosa cuyo final aún está por escribir. Mafo
tendrá que explicar el porqué, aunque la mayoría de los españoles son perfectamente
conscientes que tras la fusión, salida a bolsa y nacionalización había dos
objetivos: tapar a los políticos que lograron el hito de cargarse la banca
pública y, después de sanearla con el dinero de todos, privatizar Bankia a
precio de ganga, exactamente igual que lo que se ha hecho con otras Cajas.
La imputación del socialista Fernández
Ordóñez satisface a la ciudadanía, sobre todo a los trabajadores, que tuvieron
que soportar durante años como el entonces gobernador del Banco de España, en
vez de dedicarse a cumplir con su obligación y supervisar y fiscalizar la
gestión de las Cajas de Ahorro, continuamente salía a la palestra para decir
que eran necesarios recortes y ajustes, que luego ejecutaba el Gobierno. Dejo
al lector que le ponga un calificativo a eso. Pero, mientras Mafo hacía estas
cosas y cobraba por ello un salario astronómico, el Banco de España, que tiene
gente muy valiosa, también elaboraba informes donde evaluaba el fraude fiscal
en España en aproximadamente el 23% del PIB, una cifra monstruosa que daría
para pagar las pensiones sin problemas y para ir amortizando una Deuda que da
miedo y que ya ha llegado al 100% del PIB. Mafo no salió entonces pidiendo al
Gobierno que metiera mano a los que nos roban a todos y Zapatero tampoco hizo
nada al respecto.
La Justicia tiene sus tiempos,
que a veces son largos, sobre todo si no le proporcionas los medios para que
pueda desempeñar su trabajo, por eso salen ahora, como fantasmas del pasado,
los sinvergüenzas que nos han estado tomando el pelo para sentarse en el
banquillo. Zapatero, desde su lujoso retiro en el Consejo de Estado, no dice ni
pío y Rajoy, ante los cargos del PP que inundan los banquillos, dice que eso fueron
cosas que sucedieron hace mucho tiempo.
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