jueves, 23 de febrero de 2017

CÓMO PRESIONAN A LA JUSTICIA

Cuando la política no cumple su labor, cuando los Gobiernos y los Parlamentos no tienen entre sus principales preocupaciones que prevalezca la Ley y la guerra sin cuartel contra los delincuentes, cuando, en fin, el delito se convierte en modus vivendi y/o forma parte de una cotidianidad que les viene bien a muchos, la Justicia se convierte, sino en un estorbo, a veces en un inconveniente.
Aunque nuestra Constitución consagra la independencia del Poder Judicial, los políticos españoles no han dejado de interferir en el Tercer Poder. No solo pueden hacerlo legalmente desde el Parlamento, aprobando leyes y el Código Penal, no solo se ponen de acuerdo para repartirse los asientos del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo con personas afines, también ejercen todo tipo de presiones al margen de la Ley ¿Quién no recuerda cuando Alfonso Guerra quería asesinar a Montesquieu? es decir, cargarse la división de poderes.

Se equivocan los que piensen que el presidente del Gobierno, a través del ministro de Justicia, se dedica a impartir órdenes a los fiscales y a los jueces, esto no funciona así, sería demasiado grosero y escandaloso, las presiones se ejercen con declaraciones que son una injerencia en la independencia de la Justicia, apartando a los jueces implacables de los casos “delicados”, nombrando nuevos jefes de la Fiscalía que pongan firmes y amedrenten a sus subalternos o quitando medios y dotaciones presupuestarias para que jueces y fiscales no puedan ejercer con garantías de éxito su labor. Eso no solo opera a nivel del Estado, también ocurre en algunas CC AA, donde a los Gobiernos regionales, que tienen compañeros de correrías empapelados por distintos delitos, no les interesa ni la diligencia de las causas ni la recopilación de pruebas. ¿Puede defenderse la Justicia del ataque en toda regla que se está produciendo cuando los juicios por corrupción son el pan nuestro de cada día y cuando muchos sinvergüenzas temen dar con sus huesos en la cárcel? puede y, además, debe. Algunos/as valientes jueces y fiscales ya lo están haciendo.

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