jueves, 19 de abril de 2012

POR EL BUEN CAMINO

Como al perro flaco, a España le surgen los problemas como pulgas. Estos días hemos asistido al escándalo por el safari real, a la expropiación de YPF por parte del Gobierno de la Sra. Cristina Fernández, a tener que pagar el doble para financiar nuestra Deuda, etc.
El Gobierno que preside el señor Rajoy tiene muchos problemas heredados, es cierto, como también lo es que no todos se los ha dejado el Partido Socialista, algunos ya vienen de los Gobiernos de Aznar, como el del "ladrillo" y las pésimos relaciones con varios países de Iberoamérica, por poner solo dos ejemplos de los muchos que podríamos mencionar. Pero todo el que tiene labores directivas o ejecutivas tiene que priorizar las tareas para hacer su trabajo lo más eficaz posible. En este sentido, tanto la gira que el presidente del Gobierno ha hecho por varias repúblicas de Iberoamérica, como la reforma sanitaria eran urgentes y necesarios, uno, para empezar a recomponer las maltrechas relaciones con las naciones hermanas del otro lado del Atlántico (en otro contexto de camaradería el atropello del Gobierno argentino quizá no se hubiera producido) otro, porque el despilfarro que algunos ciudadanos estaban haciendo de la Sanidad Pública no tenía arreglo con llamadas a la cordura o con campañas de concienciación y porque es imperativo ajustar el gasto si queremos mantener este pilar básico del Estado de Bienestar. Todo el mundo sabe que el consumo de medicamentos en España es más que excesivo, que los botiquines caseros son habituales, que se tiran toneladas de medicamentos (la medición del nivel de antibióticos en las aguas de la Albufera de Valencia, por ejemplo, pone los pelos como escarpias) y que el gratis total del que gozaban los jubilados en las recetas tenía mucho que ver con el asunto. Las medidas que se han anunciado para evitar el turismo sanitario (700.000 actuaciones e intervenciones el año pasado que no se han podido cobrar) también van en la buena dirección. Se garantiza la asistencia gratuita, los parados sin prestación no tendrán que pagar los medicamentos, los asalariados pagarán el 50% (hasta ahora era el 40%) y los jubilados solo pagarán el 10% de los fármacos. Tampoco tendrán que pagar, solo un mínimo simbólico, los ciudadanos con enfermedades crónicas. También se excluye del pago a los que reciben pensiones no contributivas; este es un error, porque ahí existe otra bolsa inmensa del despilfarro farmacéutico, eso sí, estas personas solo deberían abonar el 5% o incluso menos.
Para sumar a las buenas actuaciones, la disculpa del Rey, que con un talante humilde ha reconocido el error de su viaje para cazar elefantes, que ha sido portada en casi todos los periódicos internacionales importantes, causando un daño enorme al prestigio de nuestro Jefe de Estado y, por tanto, de España. Esta correría de S. M. no es un acto aislado y, además, hay cosas aún mas graves que piden a gritos su abdicación, pero menos es nada y hay que agradecer su gesto.
Sin embargo, el problema que el Gobierno debería tener el primero en el orden de prioridades es lo que está pasando con nuestro mercado interno, porque de él depende principalmente que podamos salir de la crisis y disminuir el paro. Con la práctica congelación de pensiones y salarios (cuando no disminución), mientras suben los precios de los productos de consumo y de los impuestos, la demanda se está derrumbando. La pérdida del poder adquisitivo de los ciudadanos (que no pudieron pagar sus hipotecas) fue el detonante de la crisis, pero los que, con su usura, la propiciaron siguen empecinados en el error. El Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, alguien al que ya se tendría que haber cesado por su pésima gestión, sigue dándonos consejos, el último que habrá que subir el IVA para poder cumplir con el objetivo del déficit. Menos dinero en el bolsillo de los ciudadanos, menos consumo, mas metidos en el pozo. Si es de Perugrullo.
Otra ocurrencia, ungida por la CEOE, ha sido la reforma laboral aprobada por el Gobierno del PP. Poner el despido casi gratis no solo no ha mejorado la actividad y los resultados de las empresas, al contrario, el miedo que ha cundido entre los trabajadores ha terminado por hundir el consumo de las familias y, por ende, las ventas de las empresas y la recaudación fiscal. Con una morosidad que ya supera el 8% y con el mercado interno en la UVI, hay que estar completamente locos para seguir pidiendo mas aumento de los impuestos, mientras se continúa sin atacar la economía sumergida.
Se ha empezado a transitar por el buen camino, pero todavía con los ojos vendados.

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