Aunque los neocon y los
seguidores de La Escuela de Chicago nos habían dicho que las ideologías, y la
Historia, habían llegado a su fin y que había triunfado “el pensamiento único”,
el suyo, ya sabemos que era una patraña, como todas sus mentiras a las que nos
tienen acostumbrados. Una vez que han conseguido liquidar a las empresas
públicas y, en connivencia con los políticos que comen de su mano,
privatizarlas a precios ridículos, ahora han puesto su mirada en los servicios
sociales básicos de los Estados, es decir, la Sanidad, la Educación y las
pensiones. Privatizar totalmente la Justicia de momento les parece demasiado
grosero y no tan rentable pero, todo se andará. Los sistemas públicos de
pensiones son ahora el primer objetivo de los sátrapas del capitalismo salvaje
y de sus lacayos, porque mueven ingentes cantidades de dinero y lo van a seguir
moviendo mientras la Humanidad exista. Para arrimar el ascua a su sardina lo
primero que han hecho es elaborar un discurso, que ya nos repiten sin cesar,
para convencernos de que el sistema es insostenible y que hay que hacer
“reformas” si queremos que sobreviva. Naturalmente esas “reformas” pasan
principalmente por la privatización total o parcial de las pensiones y que sean
los bancos, y no el Estado, quien las gestione. Eso sí, cuando estalló la
crisis de las hipotecas subprime en los EE UU tuvo que ser “papá Estado”, con
el dinero de los contribuyentes, el que salvara el trasero a las Cajas
privadas, que habían invertido el dinero que la gente había metido allí para su
jubilación en la gigantesca especulación del “ladrillo”. Forma parte del relato para imbéciles que nos están contando la coartada que
proporcionan cosas creíbles, como que la gente vive cada vez mas tiempo. Pero,
hete aquí que como, en verdad, ni se había acabado la Historia, ni habíamos
llegado al fin de las ideologías, resulta que hay mas discursos que el
ultraliberal y que hay una visión progresista y de izquierdas del problema.
Centrémonos en España:
Para el ejercicio 2.017, las
pensiones en nuestro país se llevarán nada menos que 139. 647 millones de
euros, comprendidas también las de viudedad, invalidez y no contributivas. No
podemos perder de vista que las pensiones, los subsidios por desempleo y la
amortización de la Deuda, ya representan el 55% del total de los Presupuestos
Generales de Estado. A pesar de las congelaciones del Gobierno socialista de
Zapatero y de las subidas pírricas, de solo un 0,25%, del Gobierno de Rajoy, el
dinero que se destina a pensiones sigue creciendo por encima del crecimiento
del PIB, en concreto este año se gastará un 3,1% más en pensiones que en 2.016.
Esto se debe a que cada vez hay mas gente que acede a la jubilación y a que los
pensionistas se acercan ya a nada menos que 9,5 millones de personas, en un
país donde el empleo verdaderamente productivo, y esto es lo verdaderamente
grave, quizá no llegue ni a esa cifra. Son dos los factores que, a mi entender,
inciden mas directamente en la insostenibilidad del sistema, donde la “hucha”
ya está casi agotada, por un lado que no se puede fiar la recaudación solo a
las cotizaciones y por otro que no se puede seguir incorporando al sistema a
gente que no ha cotizado. La financiación de las pensiones debe ser
complementada vía impuestos, pero no subiéndolos, sino entrando a saco contra
la economía sumergida y el fraude fiscal. Recordemos que tenemos un fraude
fiscal que supone entre 60.000 y 80.000 brutales millones de euros anuales, también hay colectivos, los detallaré en otra próxima entrega, que además de tener Sanidad
y Educación completamente gratis, no cotizan nada, aunque tienen ingresos, y
mañana tendrán una pensión no contributiva.
Es gracias a los pensionistas, a
esos abuelos heroicos, que muchas familias en España han logrado capear el
temporal de la crisis. Sus hijos y sus nietos se hubieran ido directamente a la
indigencia si no hubiera sido por sus exiguas pensiones y por sus sacrificios.
No se les puede dejar tirados y no se les puede tomar el pelo, porque es por su determinación que no nos hemos ido al cuerno. No seré yo el que defienda los
fondos privados de pensiones ni que ancianos de casi 70 años trabajen mientras
tenemos un 50% de paro juvenil.
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