jueves, 19 de octubre de 2017

LA APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 155

Para los que hemos jurado o prometido la Constitución Española, completa, no a la carta, y que nos gusta cumplir lo que juramos o prometemos, tan importante es pelear por la igualdad de todos ante la Ley, o por el derecho al trabajo y a una vivienda digna, como hacer todo lo posible por salvaguardar la unidad de España, esas cosas tan importantes, y muchas otras, recoge nuestra Carta Magna. Por eso no nos la vamos a coger con papel de fumar, todo lo contrario, si una grave situación de rebeldía del Gobierno de una comunidad autónoma obliga a aplicar el Artículo 155 de la Constitución, y eso exactamente, y no otra cosa, es lo que está pasando con el Ejecutivo catalán. Se equivocan mucho los que piensen que coincidir e incluso apoyar al Gobierno de España en el conflicto actual es estar de acuerdo con las políticas practicadas hasta ahora por PP y por Rajoy, pero, cuando hay un peligro que amenaza a España y a los españoles, todos los colmillos son importantes.
Puigdemont y los que le acompañan en la loca aventura de la independencia catalana, desde la neoizquierda de ERP hasta los anarquistas de la CUP, pasando por esas organizaciones al servicio de los secesionistas pagadas con el dinero de los sufridos ciudadanos de Cataluña, Ómnium Cultural y ANC, llevan mucho tiempo tomando el pelo al Estado y al conjunto de los españoles, con sus mentiras, sus montajes, sus dilaciones y sus falsas llamadas al diálogo mientras nos chantajean. Lo ha manifestado muy bien Albert Rivera, el líder de Ciudadanos: “España no se ha dejado chantajear por los golpistas del 23-F, ni por el terrorismo y no se va a dejar chantajear ahora por Puigdemont y compañía”. No voy a entrar en un debate absurdo con los que han dicho que se pasan la Ley, la Constitución y lo que dictaminen los Tribunales de Justicia por la entrepierna, ni tampoco con los que, por acción u omisión, les hacen el caldo gordo. Cada uno es responsable de sus actos y a cada cual lo pondrán los españoles en su sitio en cuanto pasen por las urnas, las de verdad, las que tienen todas las garantías.
Hay mucha gente que dijo que había que agotar todos los tiempos y todos los pasos antes de aplicar un artículo de la Constitución tan contundente como el 155, pero, yo era de otra opinión. Invito al lector a que entre en Google y busque un breve escrito de este humilde francotirador del teclado que tiene el título de “La paradoja de la justificación”, lo encontrará fácilmente, y entenderá  lo que quiero decir. No hubiera sucedido lo que sucedió el 1-O, ni cientos de empresas hubieran abandonado Cataluña, ni, en fin, hubiéramos llegado hasta aquí, si se hubiera actuado antes.
He dicho ya otras veces que una cosa es aprobar la aplicación del Artículo 155 en el Senado, donde el PP, además de contar con mayoría absoluta va a tener el apoyo del PSOE y Ciudadanos, y otra bien distinta es implementarlo, es llevarlo a la práctica, sobre todo si se da una situación de insurrección en Cataluña y las huestes golpistas toman las instituciones y las calles. El guion de los independentistas no es, para nada, nuevo, es más, algunos ya hemos visto esta película. Todos deberíamos recordar lo que pasó en Yugoslavia durante los meses previos al inicio de hostilidades. Ante la rebeldía e insurrección de varias Federaciones, el Gobierno de Belgrado intervino algunas autonomías, pero no pudo tomar el control y finalmente la situación se le fue de las manos. También hemos visto como triunfó el golpe de Estado contra el presidente Víktor Yanukóvich en Ucrania. Es decir, si el Gobierno de España no está dispuesto a llegar hasta el final para garantizar la unidad de España, salvaguardar la autonomía de Cataluña, y recuperar los derechos de los ciudadanos y la seguridad jurídica de las empresas en esa comunidad autónoma, aplicando el Artículo 155 con todas sus consecuencias y también el 116 (estados de alarma, excepción y sitio), puede ser peor el remedio que la enfermedad.


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