domingo, 15 de octubre de 2017

EL EXCESO Y TRATAMIENTO DE LA INFORMACIÓN

Muchos jóvenes no creerán que hubo un tiempo en que la información era muy escasa y que, sobre todo en agosto, los periódicos publicaban noticias irrelevantes, sorprendentes o inventadas para poder llenar sus páginas. A esas “noticias” se las bautizó incluso con un nombre: “serpientes de verano”. Pero, la globalización, el desarrollo de las tecnologías de la información (informática, telemática, etc) y la aparición de Internet y las redes sociales ha causado una revolución, hasta el punto de que el problema ahora no es la falta de información sino que es imposible analizarla y tratarla toda. Tanto los particulares como las empresas disponen hoy de tanta información y de tantos datos a su alcance que muchas veces se pierden en este nuevo universo donde todavía no están a su alcance las herramientas, las “naves”, para transitar por él. Sin embargo, el fenómeno del exceso de información no es ni mucho menos nuevo. Los servicios de inteligencia, sobre todo los de las grandes potencias, trabajan desde hace bastante tiempo con millones de datos a los que tienen acceso a diario. También algunas administraciones públicas de los Estados. Mientras la curva de crecimiento de la información parece exponencial y sin límite, la capacidad humana y los medios de que se disponen para tratarla es limitada, a veces muy limitada. Por eso, como en otras actividades, hay que priorizar.
Tres reglas básicas hay que seguir para estar bien informado: 1- curiosidad, 2-tiempo y 3- contraste. La información que a veces necesitamos no siempre nos la sirven en bandeja, hay que buscarla y a veces no se encuentra fácilmente. Por supuesto, no todo el mundo tiene la curiosidad y la preparación necesarias para ser un buen cosmonauta en la exploración del universo de la información. La información no es tan consustancial con el poder si no se es bueno en saber buscarla y analizarla, eso es lo que da verdadero poder. Este será en el futuro próximo un empleo muy importante en muchas empresas. Estar bien informado requiere mucho tiempo y dedicación, que nadie piense que no hay que echar muchas horas y mucho trabajo para ser un experto en la búsqueda y tratamiento de la información. Finalmente es imprescindible contrastar, siempre que eso sea posible, las informaciones, tanto para saber si son ciertas o no como para observar los distintos puntos de vista sobre un mismo problema. Todos nos hemos sorprendido muchas veces como los periódicos, dependiendo de su línea editorial, tratan de forma completamente distinta una misma noticia. La Historia, siendo solo una, es muy distinta según quien la cuente. La síntesis también es importante aquí.
Como he dicho, las grandes potencias cuentan con medios muy sofisticados para recabar y analizar la información. EE UU, Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, por ejemplo, tienen desplegado el sistema ECHELON, este sistema intercepta hasta tres mil millones de llamadas de teléfono, faxes, correos electrónicos, etc, en todo el mundo cada día. Analizar toda esa información en tiempo real exigiría que cientos de miles de personas se dedicaran exclusivamente a esa tarea. No es así, naturalmente, un gigantesco ordenador en los EE UU es el que se encarga de discriminar toda esa información, incluido este escrito, mediante unas coordenadas preestablecidas. Si se busca un terrorista se entrará a pormenorizar e investigar mas concienzudamente todas las comunicaciónes que incluyan la palabra “bomba”. Es obvio que no es esa máquina de silicio la que va a decidir si el tratamiento de la información es el adecuado, sino los que deben saber buscar, programar la discriminación y tratar la información una vez filtrada.
Si no se sigue una metodología de trabajo adecuada, el exceso de información puede provocar que el cosmonauta que se aventuró a viajar por ese universo de datos, en vez de enriquecer horizontes, experiencias y conocimientos, caiga en un agujero negro, una singularidad no tan singular.




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