jueves, 24 de enero de 2013

MONTORO SE RÍE DE LOS ESPAÑOLES


El mismo día que la prensa publicaba la noticia de que se había descubierto que el ex-tesorero del PP, Luis Bárcenas, tenía otra cuenta millonaria, ésta en el paraíso fiscal de Las Bermudas, comparecía en la comisión de Hacienda del Congreso de los Diputados el ministro del ramo, Cristóbal Montoro que, lejos de responder a las preguntas de los diputados, se mofó de todo el mundo, riñó a los periodistas y se prodigó en esas risitas insoportables y en esa chulería que son habituales en él.
Los representantes del pueblo fueron especialmente críticos en la amnistía fiscal establecida por el Gobierno de Rajoy, que ha permitido regularizar dinero negro a mafias y defraudadores, incluido el propio Bárcenas, e incluso preguntaron al ministro si había recibido alguno de los famosos sobres, a lo que éste tampoco respondió.
A pesar de que el Gobierno y el Partido Popular quieren desmarcarse de este escándalo, es obvio que las cuantiosas sumas acumuladas en esas cuentas fraudulentas es imposible que hayan salido del salario de un empleado en las oficinas centrales de un partido político ni de posibles negocios oscuros particulares, parece evidente que Bárcenas solo era un gestor del dinero sucio que ingresaba el PP y lo que hizo fue ponerlo a buen recaudo.
Pero, mientras la oposición se está centrando en saber quienes de los actuales mandamases del PP han podido cobrar salarios en sobres con dinero negro, a mí me preocupa mucho más descubrir quién pagaba ese dinero y para qué, porque mas importante que destapar a los corruptos es sacar a la luz pública a los corruptores.
El presidente socialista asturiano, Javier Fernández, en una frase afortunada, ha dicho que “crisis y corrupción componen un potente ácido antidemocrático”, es cierto, pero de poco sirve el diagnóstico lúcido si no se ataca la enfermedad con total determinación. Ese mismo día también descubrimos, en la operación de desprestigio democrático que, por fascículos, nos está entregando el diario El Mundo, algunos pormenores de lo que sucede dentro de la Fundación Ideas, donde el vicepresidente ejecutivo, Jesús Caldera, ha destituido al presidente  Carlos Mulas, que se quedaba con el dinero que se pagaba a una supuesta articulista cuyo nombre en clave era Amy Martín y que en realidad no existía. Lo mas fuerte no es hallar otro golfo entre la multitud de facinerosos, sino saber que el PSOE paga a periodistas por escribir determinadas cosas. El ácido, Sr. Fernández, lo tenemos en nuestro propio estómago.
Hemos entrado en una fea dinámica donde todos los días los ciudadanos ven asombrados lo que hacen quienes dirigen sus destinos. Pero mientras el Rey reduce su flota de automóviles de 75 a 45, a la gente de a pié le quitan pagas extras, le reducen el salario, le suprimen derechos sociales y laborales y le aumentan su jornada de trabajo.
La ira de los españoles contra el status quo político y de poder está creciendo hasta cotas que hace muy poco tiempo eran impensables y solo hace falta un catalizador para galvanizarla. Los pequeños partidos, y no los salvadores que preparan los que manejan los hilos, son la única esperanza, pero estos aún no son conscientes de su potencial e incurren en errores de bulto, como votar junto a los  secesionistas, que ponen en cuestión su  capacidad para gobernar el Estado y sacarnos del pozo. 

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