A pesar del anuncio del fin de la tregua unilateral que han hecho las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo), han continuado las conversaciones en La Habana entre el líder de la representación guerrillera, comandante Iván Márquez y el jefe de la delegación del Gobierno de Colombia, el ex-vicepresidente Humberto de la Calle. Los contactos, que son fruto del convencimiento de las partes de que, por el bien de Colombia, es necesario cerrar un conflicto que dura mas de 50 años y de los buenos auspicios de los Gobiernos de Noruega y Cuba, avanzaban por buen camino hasta que llegó el punto clave de las negociaciones, el reparto y distribución de las tierras a los campesinos. En esta república hermana, según cifras de la ONU, el 1% de la población acumula mas de la mitad de todas las tierras cultivables, pero, además, el sector ganadero, en manos de las oligarquías latifundistas, posee 40 millones de hectáreas de los 60 millones de esas tierras.
Los representantes de las FARC-EP acusaron directamente a una parte de los latifundistas ganaderos, ligados al ex-presidente Álvaro Uribe y a prácticas paramilitares, de no querer ceder en sus privilegios y estar intentando hacerse con el poder para impedir todo avance progresista en Colombia.
Las FARC-EP han divulgado un plan de 10 propuestas para una política de desarrollo rural y agrario integral, con enfoque territorial, que recoge su visión de como transformar la injusta estructura latifundista de la tenencia de la tierra, causa fundamental de la miseria y la guerra que padece Colombia.
Por su parte, la delegación gubernamental ha puesto el acento en el imperativo respeto constitucional, lo que se traduce en que no se podrá debilitar la garantía del derecho de propiedad legítimamente adquirido, pero se deberá garantizar la obligación de facilitar el acceso progresivo de los campesinos a la tierra.
El representante guerrillero, Andrés París, dijo que continuarán con los esfuerzos para conseguir un cese el fuego bilateral pero, de no ser posible, que estarán dispuestos a firmar pactos intermedios como armisticios o acuerdos humanitarios.
Cuando empezaron los primeros contactos en Oslo ya advertimos que el camino de la paz estaría lleno de dificultades y que habría gente interesada en poner palos en la rueda, pero teníamos, y seguimos teniendo, plena confianza en la buena voluntad de las partes y en los buenos auspicios noruegos y cubanos.
Al cierre de este ciclo de conversaciones, primero del 2.013, las partes emitieron un comunicado conjunto en el que se reconocen aproximaciones entre las delegaciones en lo que tiene que ver con erradicar la pobreza rural y lograr una transformación de la realidad del campo.
El proceso de diálogo será retomado el próximo día 31 de enero en la capital cubana, sede principal de la mesa de paz.
Los españoles, amigos de Colombia, esperamos que la paciencia y templanza del presidente Juan Manuel Santos y de la dirección de las FARC-EP sorteen todos los obstáculos y al final se concluya en un acuerdo definitivo.
NOTA: en primer plano de la foto el comandante Iván Márquez.
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