jueves, 12 de julio de 2012

LA ILEGITIMIDAD DEL GOBIERNO

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presentó ayer en el Congreso de los Diputados la nueva batería de medidas antisociales y de subidas de impuestos que, además de ser mucho mas duras que las que se temían, consagrarán definitivamente la caída al abismo de España.
Julio Anguita, el que fuera coordinador general de IU y secretario general del PCE, había manifestado hace pocos días en el blog Prometeo que empezaba a peligrar la propia existencia de nuestro país, algunos se lo tomaron a broma y consideraron que era una exageración, pero conviene recordar que sucedió lo mismo cuando D. Julio manifestó quién era el señor X de los GAL o cuando dijo que entrar en el euro era un gravísimo error.
El Gobierno del PP, en un giro de 180 grados sobre lo que decía su programa electoral, y haciendo exactamente lo contrario de lo Rajoy propuso a los diputados del Parlamento en su discurso de investidura, sube el IVA hasta el brutal 21%, quita la paga extra de navidad a los funcionarios, minimiza las prestaciones por desempleo, elimina la desgravación por la amortización de la vivienda y vuelve a incrementar el IVA por su compra, etc. No hace falta ser muy listo para darse cuenta que estas medidas van directamente contra los ya exhaustos bolsillos de los ciudadanos y acabarán por hundir la demanda y el mercado interno. Algunos de los empresarios mas importantes del país habían expresado al presidente del Gobierno su preocupación por la incidencia negativa que podían tener algunas de las iniciativas que los ministros de Economía y de Hacienda, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, ya habían adelantado, como la subida del IVA, pero Rajoy los ha engatusado con una rebaja de las cotizaciones que realizan las empresas a la SS en un 1% para 2.013 y en un 2% para 2.014. Otro trasvase de rentas de los trabajadores hacia el capital que ha servido para que el presidente de la CEOE, Juan Rosell, aplauda el aceite de ricino que el Gobierno va a hacer tomar a los españoles. Dentro de pocos meses, cuando el cierre de empresas se multiplique y se extienda por toda España y cuando las cuentas de resultados caigan en picado, la cúpula empresarial se dará cuenta de su gran error (será el enésimo) al apuntarse a esta locura.
A los españoles no se nos está diciendo la verdad sobre lo que está pasando y ya es hora. Los políticos que han detentado el poder en nuestro país desde el golpe de Estado contra el presidente Suárez han conseguido endeudarlo hasta las cejas, hasta el punto de que ya estamos en manos de nuestros acreedores. Sin la ayuda del BCE y la inyección de grandes cantidades de dinero para tapar los gigantescos agujeros, como el de la banca, España entraría en quiebra técnica y la gente se echaría a la calle con el cuchillo entre los dientes para rebanar el pescuezo a tanto sinvergüenza. Los miembros del Gobierno y los que tienen el poder no son tontos, saben perfectamente que estas medidas no son la solución y que agravarán la situación socioeconómica de nuestro país. Se trata de ganar tiempo. Pero la esperanza que, como todo el mundo sabe, es lo penúltimo que se pierde, sea en la ingenua ilusión de que mejore la coyuntura internacional o de que la divina providencia provea, tendrá un recorrido muy corto y se impondrá la realidad.
Como bien ha manifestado el portavoz del Grupo Vasco en el Congreso, Josu Erkoreka, Zapatero tuvo su 12 de mayo y ahora Rajoy ya tiene su 11 de julio, fecha que también marcará su declive político y su definitiva caída en desgracia.
Hoy, muchos de los españoles que votaron al Partido Popular no volverían a hacerlo. Por eso tenemos un Gobierno legal, pero ilegítimo, que ha engañado a los ciudadanos y, sin decirlo, ha prostituido la soberanía de nuestro país. Ya hay gente que está pensando en organizar un referéndum a escala nacional para ver que opinan los españoles de todo esto.
Señores, ya lo habíamos advertido hace mucho tiempo, esto se hunde.
 

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