martes, 17 de julio de 2012

ALIADOS

La coyuntura socioeconómica que vivimos, en contra de lo que todavía cree mucha gente, no es una crisis cíclica mas del capitalismo, que pasará, regresando el crecimiento y la abundancia, es su estadio final. La acumulación de capitales, merced al liberalismo, es un proceso que ha durado casi dos siglos y que hoy se ha acelerado vertiginosamente gracias al empobrecimiento de millones de ciudadanos. Básicamente, la riqueza y los bienes siguen siendo los mismos, pero ahora están concentrados en muy pocas manos, las del gran capital.
El capitalismo ha podido crecer hasta convertirse en el monstruo que quiere convertir a la mayoría de ciudadanos en esclavos porque tradicionalmente ha tenido como aliados a la burguesía y a fuerzas vivas como la iglesia o los ejércitos.. Durante mucho tiempo ha existido la izquierda y la derecha, que han vivido enfrentadas, y esa dicotomía ha mediatizado las relaciones sociales y entre naciones durante la mayor parte del siglo XX. Cuando se desmoronó el bloque del Este, desapareció un importante contrapoder. Mientras caía el Muro de Berlín, muchos celebraban con champagne el "fin de la Historia" y de las ideologías, sin darse cuenta de que ahora el capitalismo tenía las manos completamente libres.
Abramos los ojos, ya no existe la democracia entendida como el poder del pueblo, la han eliminado, los Estados ya no son soberanos, son unos pocos los que mandan y los que toman las decisiones al margen de la opinión ciudadana. Esta gente tenía unas ideas que no se atrevían a llevar a la práctica por miedo a la contestación popular, pero la práctica desaparición de la socialdemocracia y la coartada de la crisis y la Deuda les ha allanado el camino.
Pero, en su última etapa, el capitalismo ha cometido un grave error, el que le llevará a la tumba. Ya no es el proletariado su única víctima, está tan crecido que también se está llevando por delante a la burguesía y a las guardias pretorianas. Hoy los trabajadores, los comerciantes, los profesionales liberales, los pequeños y medianos empresarios y hasta funcionarios del Estado como los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad o las propias FF AA, son, objetivamente, aliados estratégicos en una lucha que está a punto de comenzar. Las declaraciones de la Asociación Unificada de Militares Españoles en el sentido de que se unirán a las manifestaciones y protestas callejeras son todo un síntoma. Es cierto que la cúpula militar todavía no está comprometida en el proceso, pero la paralización de programas de armamento, la falta de operatividad de muchas unidades por falta de recursos y la amenaza de ruptura del Estado que viviremos en breve pueden hacer que cambien de opinión.
El enemigo es fuerte y poderoso, porque tiene al general dinero a su servicio. Para vencerle será imprescindible dejar en segundo plano enfrentamientos trasnochados y discusiones que no son prioritarias. No podemos esperar mas de tres años hasta las próximas elecciones generales, no sabemos que habrá sido de España entonces. Si el Congreso de los Diputados, si el Rey, ya no son instrumentos útiles al servicio de la inmensa mayoría de los ciudadanos, la calle tendrá que hablar y tendrá que hacerlo con mucha contundencia. Ahí tendremos que ser todos aliados.

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