domingo, 22 de julio de 2012

¿COMO SALIR DEL EURO?

Los acontecimientos que se han producido estos días son la prueba del nueve de lo que los pesimistas, que son los optimistas bien informados, venían diciendo desde hacía tiempo; la situación económico-social de España es catastrófica y con el diferencial de la prima de riesgo por las nubes nuestro país ya no se podrá financiar, uno, porque no podemos pagar intereses por encima del 7% y, otro, porque los mercados lo saben.
La situación es tan desesperada que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya nos ha dicho que estarían en peligro las nóminas de los funcionarios y las pensiones si el Gobierno no hubiera tomado las medidas que casi todo el mundo va a sufrir en propia carne, el problema es que esas iniciativas del Ejecutivo son la puntilla al ya muy deteriorado mercado interno y solo han servido para aumentar el miedo de los ciudadanos y agravar el clima social.
Desde el golpe de Estado contra el presidente Suárez, nunca hemos visto a la Monarquía tan preocupada, esa es una señal inequívoca de que España está en una situación límite y de que, si no se cambia el rumbo político rápidamente, iremos de frente contra las rocas. El viaje de D. Juan Carlos a Muscú, como era previsible, no ha servido para convencer al presidente Putin de que Rusia compre Deuda española y las gestiones de este fin de semana del Príncipe Felipe y el ministro José Manuel García-Margallo, ante el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, pidiendo auxilio, tampoco han dado fruto alguno. El presidente del BCE, Mario Dragni, por si cabía alguna duda, ya ha dicho que este organismo no está para resolver los problemas financieros de los Estados, es decir, no habrá Eurobonos ni el BCE comprará otra vez masivamente Deuda española.
En esta tesitura es mas que previsible que, en las próximas semanas o, como mucho, meses, España ya no pueda colocar Deuda en los mercados internacionales, eso significa que el Estado no podrá hacer frente a los pagos. Mientras, el Gobierno esta desesperado, porque ya se ha dado perfecta cuenta que no podrá imponer a los ciudadanos mas sacrificios y que la explosión social está enseñando las orejas. Por si todo esto fuera poco, el Ejecutivo popular ha perdido una buena parte del apoyo que tuvo en las pasadas elecciones generales e incluso ya tiene en su contra a colectivos tradicionalmente afines.
La única alternativa que le queda a nuestro país es la salida del euro. Hasta hace muy poco tiempo, los que decíamos estas cosas éramos unos apestados, pero ya el 15 de mayo (aunque perece que ha pasado un siglo) lo decíamos sin ambages. Si el Banco de España no recupera el control sobre la moneda y pone a funcionar la máquina de hacer billetes, no podremos salir adelante. Naturalmente esto tiene problemas añadidos muy importantes, como la devaluación inmediata y una inflación que se puede disparar si el Estado no interviene, incluso con el Código Penal, la economía. Esa, por supuesto, no es la única medicina que necesita nuestro país, son necesarias reformas en profundidad, pero que nada tienen que ver con lo que se ha estado haciendo desde aquel fatídico 12 de mayo del 2.010.
Dentro de muy poco el debate no estará centrado en si salir o no del euro, sino en cómo salir. Hay tres opciones: volver a la peseta tal como la conocíamos, a mi entender la peor; establecer una nueva peseta, como hicieron en Francia con el paso de francos antiguos a nuevos, o implartar un euro que dependa solamente del Banco de España. Está última tiene muchas ventajas, porque se podrían mantener las monedas actuales, no tendrían porqué variar los precios al consumo, no habría redondeos, etc, y porque, una vez saneada nuestra economía, sería mas fácil volver a entrar en la Eurozona, si se estimara conveniente.

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