miércoles, 9 de mayo de 2012

BANKIA NACIONALIZADA

En los próximos días Bankia, primera entidad financiera del país por recursos domésticos, será nacionalizada. El anuncio seguramente se hará en el Consejo de Ministros del próximo viernes. Con esta iniciativa, el Gobierno pretende evitar el escándalo que va a suponer una inyección de dinero público de 10.000 millones de euros en una primera fase, precisamente cuando se están imponiendo toda clase de sacrificios a los ciudadanos, y que sea esta entidad y no otras, que también están en serias dificultades, la rescatada. La nacionalización también es un buen arma propagandístico para evitar que los ciudadanos exijan responsabilidades a los gestores de Bankia y de las antiguas Caja Madrid, Bancaja, Caja de Canarias, Caixa Laietana, Caja de la Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia, que se fusionaron en ella.
No debemos olvidar ni por un momento que la responsabilidad de la desastrosa situación financiera de las cajas de ahorros, que se intentó paliar de alguna forma con las fusiones, es política, pues en los consejos de administración se sentaban los individuos que ponían los partidos y los sindicatos, que, con salarios de escándalo, gozaban de patente de corso para despilfarrar el dinero de los pequeños ahorradores en operaciones especulativas, fundamentalmente en "el ladrillo", y en créditos de muy alto riesgo a empresarios amigos o afines. Resulta, por tanto, curioso que también el PSOE, IU, CC OO y UGT, pongan el grito en el cielo con lo que está sucediendo, cuando todos participaron en la fiesta. Es cierto que en Caja Madrid y Bancaja han sido los conspicuos del PP de la Comunidad Autónoma de Madrid y de Valencia los paladines de las fechorías, pero los demás también se sentaban en su misma mesa y también hicieron de las suyas en otras cajas de ahorros, como en Caja Castilla-la Mancha, por ejemplo.
Ahora, como siempre, a los ciudadanos nos tocará pagar los platos rotos que han generado las alegrías de tanto sinvergüenza, mientras todos ellos se van de rositas. En particular nuestras iras deben concentrarse en el Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, que era el que tenía la obligación de supervisar el funcionamiento de las Cajas, y en los dos grandes partidos, que, también en esto, nos han abocado al desastre.
Pero, como a estas alturas del drama que nos han impuesto ya sabemos perfectamente por donde van los tiros, debemos exigir y exigimos que la nacionalización de Bankia sea total, no solo de su matriz BFA, donde se concentran los activos tóxicos, es decir, los impagos de las hipotecas relacionadas con la especulación financiero-inmobiliaria y que todos los partidos políticos se comprometan a no privatizarla después, una vez saneada con dinero público. Porque el nombramiento del hasta hace poco consejero delegado del BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, como presidente de Bankia, para sustituir a Rodrigo Rato que, como hizo en el FMI abandonó el barco poco antes de la hecatombe, tiene toda la traza de ser una maniobra para ir preparando la futura privatización. No estamos dispuestos a tragar con eso y empezaremos denunciando el perdón de los créditos de las campañas electorales que algunos bancos, sobre todo el BBVA, han hecho a los dos principales partidos.
El informe de la auditoría de la empresa Deloitte, que no fue presentado junto a las cuentas remitidas el día 4 de mayo a CNMV, era demoledor. Mientras los gestores de Bankia presentaron un balance para su "bolsa inmobiliaria", BFA, de 40,9 millones de beneficios, la auditoría contabilizaba una mora de 31.000 millones de euros sobre los que ya hay 8.300 millones en provisiones. Como ya habíamos comentado en días pasados, los responsables del BCE, reunidos en Barcelona, obligaron al Gobierno de Rajoy a intervenir.
En este asunto los ciudadanos tienen la sartén por el mango. Si la nacionalización es otra tomadura de pelo, se impondrá la retirada de fondos, cartillas de ahorros, domiciliaciones de nóminas pensiones, recibos, etc, de esta entidad y de la que aspire a fagotizarla luego a precio de ganga. Señores, se acabó la diversión.
NOTA: foto de José Ignacio Goirigolzarri, que se llevó 70 millones en plena crisis y al que vamos a vigilar muy de cerca.

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