domingo, 27 de mayo de 2012

BANKIA, EL ICEBERG

El rescate de Bankia y de los demás entes bancarios que se han creado fusionando las Cajas de Ahorros, amenaza con convertirse en el mayor escándalo de toda la historia de este país y en un lastre inasumible para la salida de la crisis.
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha evaluado en 19.000 millones de euros el dinero necesario para sanear la entidad, que no será un préstamo, sino "capital". En román paladino, va a ser dinero que ponga el Estado y que pagaremos todos los ciudadanos. Es por eso, y no porque los dirigentes del PP se hayan hecho marxistas, que el Gobierno que preside Rajoy nacionalizó Bankia hace pocas fechas, porque regalar dinero público a una entidad privada todavía habría sido menos vendible. Si a esta gran suma añadimos los 4.465 millones de euros ya inyectados por el Estado nos da la escalofriante cifra de 23.465 millones de euros, es decir, casi cuatro billones de las antiguas pesetas, muchísimo mas que lo que se va a ahorrar con los recortes en Sanidad y Educación. Pero, lo peor, es que estamos viendo solamente la punta del iceberg del tremendo agujero financiero de las Cajas de Ahorros y que hará falta mucho mas dinero para evitar que quiebren. Esos recursos, de los que no se dispone, tendrán que ser obtenidos con Deuda Pública y mas subidas de impuestos y recortes sociales, cuando todos esos nichos están al límite.
Las cosas que el Gobierno de Rajoy va a tener que hacer tendrán mala prensa y provocarán una gran irritación, sino la explosión social. Por eso el presidente del Gobierno ha llamado al líder del principal partido de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, para intentar consensuar un discurso que haga tragar a la gente el aceite de ricino que piensan recetar. Los argumentos de Rajoy para solicitar la ayuda de Rubalcaba son razonables, pues tanto el PP como el PSOE son responsables de la situación a que han llegado las Cajas, pero, lógicamente, D. Alfredo dejará que el Gobierno de la derecha se guise en su propia salsa. No debe irritarse María Dolores de Cospedal por eso, ¿o acaso esperaba otra cosa?.
Los dos grandes partidos, PP y PSOE, han sido los que han estado gestionando España desde la desintegración de la UCD y a ellos va a pedir cuentas la ciudadanía cuando las cosas se pongan todavía peor. El problema de los "activos tóxicos" y de la morosidad de las Cajas de Ahorros está directamente relacionado con la burbuja inmobiliaria y la política del "ladrillo", que en este país alcanzó cotas de locura, y los políticos que lo han permitido y que de ello se han beneficiado son los principales responsables de lo que está pasando.
En España estamos llegando a una fase de la crisis muy peligrosa. El bipartidismo ya no puede ocultar que la especial gravedad de la situación que padecemos no se debe tanto a la crisis financiera internacional (España va a ser el único país de la UE que no va a crecer en 2.013 y es el que mayor porcentaje de desempleo tiene de todos los países desarrollados) como a la terrible singularidad que ellos han propiciado y eso les pasará factura. Pero los ciudadanos no solo ya no creen en los políticos (hace muy poco tiempo nos decían que el rescate de la banca saldría gratis), a la vista de las fechorías de los máximos responsables del Estado, incluido el propio Rey o el presidente del Tribunal Supremo, la gente de la calle empieza a poner en cuestión el sistema y a todas las instituciones, porque ve que nadie pide cuentas a los que han llevado a España al pozo. Dentro de poco, es inevitable, se empezarán a sumar a la indignación muchos intelectuales y creadores de opinión, despertando de un letargo dorado que, no por su voluntad, se acaba.
El presidente Rajoy tendrá que acudir al Congreso de los Diputados a explicarnos de dónde piensa sacar el dinero para Bankia y llamará a la mesura, la colaboración y la responsabilidad, pero las editoriales y los escritos incendiarios van a surgir como hongos, por imperativo de la propia supervivencia y de la selección natural que van a imponer los españoles en los foros sociales y en la calle.

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