miércoles, 15 de febrero de 2012

SIN ALTERNATIVA

El Estado Social de Derecho, lo que los europeos hemos conocido después de la Segunda Guerra Mundial, se desmorona ante la ofensiva derechista que asola el Viejo Continente y ante la incapacidad de la izquierda para plantear alternativas y oponerse a todo un rosario de medidas que, bajo la coartada de salvar la economía, están cambiando dramáticamente el consenso social, el pacto tácito de no agresión entre las clases.
Son varios los factores que han influido en la desastrosa situación actual de la izquierda europea pero el determinante es la propia derechización de las concepciones políticas y económicas de los partidos socialdemócratas europeos.
Con la caída del Muro de Berlín y el desmoronamiento de los países socialistas del Este, desapareció un referente filosófico, con todos sus errores y defectos, para la izquierda y un contrapoder muy importante para el liberalismo salvaje que nos quiere retrotraer a la Europa del siglo XIX, donde los trabajadores solo van a contar como mera fuerza de trabajo, como un componente más de la producción que se puede optimizar, abaratar o exprimir impunemente. La derecha ha encontrado en la crisis económica, que ella misma ha generado, un aliado insospechado que la está permitiendo llevar a cabo, en muy poco tiempo, toda una serie de recortes de conquistas sociales que llevaron a los trabajadores muchos decenios conseguir.
Pero, además del pretexto de la crisis, el capital cuenta con otro gran aliado, la socialdemocracia, que ha evolucionado hasta diferenciarse muy poco de la derecha, en política económica, en política internacional y hasta en política social. El bipartidismo actual consiste, no nos engañemos, en la alternancia en el Gobierno de dos partidos con diferentes caras y distintas siglas pero, sustancialmente, con ideas muy parecidas.
¿Va a cuestionar la socialdemocracia los instrumentos actuales del poder económico mundial?, parece que no. ¿Van los socialistas a oponerse a la nueva dictadura del FMI, la gran banca y las corporaciones que han crecido a su sombra?, tampoco. Es más, ha sido el Gobierno de Zapatero, con sus medidas antisociales, el que abrió la espita en España a la ofensiva de la derecha, como sucedió en otros países de Europa con otros partidos socialistas que hoy están bajo mínimos, o incluso han desaparecido, y que también abrieron las puertas de los Gobiernos a los conservadores.
Pero, aquí, aunque parezca increíble, a la claudicación ideológica también se sumaron los sindicatos de clase e incluso los comunistas, que criticaban a los socialistas por la mañana y gobernaban con ellos por la tarde, cuando no lo hacían con la derecha nacionalista. Hoy, cuando la derecha enseña su cara mas feroz, todos ellos se llevan las manos a la cabeza. Esta situación, y esto me preocupa mucho, es muy parecida a lo que propició el ascenso al poder del fascismo en la Europa en los años 30, que supo muy bien aprovecharse de las contradicciones y los errores de los partidos democráticos.
Los partidos conservadores han encontrado el camino expedito para hacer las cosas a las que no se hubieran atrevido si la izquierda tuviera un discurso bien trabado y una alternativa política, verdaderamente progresista, no solo en lo económico, a las ideas trasnochadas y antisociales que están tensando gravemente la cuerda del entente social.
Mientras, la izquierda celebra congresos donde se habla de personas o del sexo de los ángeles, pero no se proponen alternativas a lo que está pasando en España y en Europa.
En estos momentos, alarmados por lo que se viene encima, el mundo de la izquierda en España está planteando movilizaciones y hasta se habla de convocar una huelga general. Pero, en vez de llevar a los ciudadanos contra una pared, mejor harían en plantear una alternativa creíble a lo que la derecha está haciendo y al poder de las oligarquías financieras que, sorteando las constituciones nacionales, ya nos están gobernando. Autocrítica sin ambages a lo que se ha hecho mal, reflexión y debate de ideas son hoy mas que nunca imperativos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario