domingo, 26 de febrero de 2012

MANOLO, EL TAXISTA

Dicen que la información es poder, y es cierto, pero las noticias y los pequeños secretos no solo se encuentran en los periódicos, en la Red o nos los cuentan en los telediarios, también los tenemos bien filtrados, cientos de veces contrastados y razonados por la gente de la calle, todos reunidos en el cerebro de un humilde taxista.
Manolo es una de esas personas a las que la vida le ha dado un pase de pecho en los últimos tiempos. Cuando su empresa cerró y se encontró en la calle, sin trabajo, con mujer y dos hijos y una hipoteca pendiente, como tantos otros, tuvo que buscarse la vida. A él siempre le había gustado conducir y con la ayuda de la familia y cuatro perras que había logrado ahorrar se metió en una plaza de taxi y se compró uno de esos coches híbridos japoneses, no tanto para contaminar menos, que también, como para intentar minimizar el gasto del caro combustible.
Manolo solo tiene estudios primarios, porque tuvo que ponerse a trabajar a los 16 años, pero es un tipo inteligente. En las horas muertas que dejan las cada vez mas escasas carreras escucha la radio y lee el periódico, pero mientras callejea con su taxi también recibe muchas opiniones y comentarios de sus clientes, en los que puede concentrarse bien, mientras el variador continuo hace el trabajo del cambio.
La primera frase que pronuncian los clientes suele ser sobre el estado del tiempo, es como aquella tan manida del estudias o trabajas que servía para hacer el ridículo mientras se intentaba ligar. Pero una vez roto el hielo, Manolo se convierte en una especie de psicólogo de cabecera al que la gente cuenta sus penas o con el que se desahogan del mucho cabreo acumulado. Por eso y porque él y su mujer tienen que trabajar muchas horas turnándose al volante y no tienen nada claro que puedan salir adelante, Manolo sabe de la crisis mas que muchos analistas, economistas, políticos o cantamañanas que solo dicen tonterías.
Para mí tiene gran valor la opinión de los taxistas, seguramente si les escucháramos de vez en cuando aprenderíamos mucho. Merece la pena pagar una larga carrera por todo lo que podemos recibir a cambio.
Por cierto, Manolo dice que esta crisis no tiene salida y que va a votar a Foro Asturias.
NOTA: la foto corresponde a un taxista australiano, con su coche, al cumplir éste los 550.000 kilómetros.

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