lunes, 6 de febrero de 2012

EL PSOE QUE SALE DEL CONGRESO

Terminó el XXXVIII Congreso Federal del PSOE con un resultado previsible, dado lo que había acontecido en las últimas semanas, es decir, solo cambia en parte la dirección y se continuará con las mismas políticas.
Si todo el proceso precongresual había estado ausente de autocrítica y de la presentación de nuevas ideas para ofrecer a los ciudadanos, el propio Congreso, en este mismo sentido, ha sido patético. Baste decir que el informe de gestión de la Ejecutiva saliente, que presentó Zapatero, fue aprobado por más del 93% de los delegados, a pesar de que, como todos sabemos, los socialistas han cosechado en poco tiempo dos tremendas derrotas electorales que han llevado a la organización a su peor momento desde la Transición democrática.
Zapatero, como ya hizo en otras ocasiones, echó la culpa de la crisis que padece España al estallido de las hipotecas subprime y a las dificultades financieras internacionales, soslayando su propia responsabilidad en el despilfarro del dinero público, en la venta de un tercio del oro del Banco de España a precio de ganga, en la continuación y potenciación de la burbuja bancaria e inmobiliaria que inició el PP, en la permisibilidad total a la inmigración ilegal, en la condescendencia con la corrupción y el fraude fiscal y, en fin, en haber seguido malgastando el poco dinero disponible en planes E y cosas similares mientras la crisis nos estaba llegando al cuello.
Pero lo peor para los socialistas es que no han sido capaces de reaccionar. Del Congreso sale una nueva Ejecutiva Federal plagada de los que apostaron por Rubalcaba, los mismos que llevan muchos años en el aparato y en cargos regionales y parecen estar de acuerdo con los que han logrado poner al partido bajo mínimos. La cara del nuevo secretario general lo dice todo, Alfredo Pérez Rubalcaba, que cosechó una derrota electoral histórica cuando se presentó como candidato a la presidencia del Gobierno, es el que pretende liderar ahora el cambio.
En su discurso de cierre, Rubalcaba dijo que de este Congreso había salido un partido unido, pero la gente del PSC, que tenían el convencimiento del triunfo de su candidata, no lo tiene tan claro, tampoco los que en Andalucía, y fueron muchos, se retrataron con Carme Chacón.
Pero, en estos momentos el drama de muchos socialistas, como el de muchos otros españoles, no es lo que va a pasar con el devenir político de su organización, sino como van a solucionar su modus vivendi. En efecto, tras la derrota en las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo, miles de militantes han perdidos sus puestos en ayuntamientos, empresas municipales y chiringuitos que proliferaron estos años como hongos. La debacle en las generales fue la puntilla.
Mucha gente que no había hecho otra cosa en su vida y que tenía unos sueldos muy por encima de la media se ha quedado en la calle al perder el PSOE una gran parte de su peso político en las instituciones y administraciones.
No es de extrañar que el Congreso se celebrara en Sevilla, porque el feudo andaluz es importantísimo para mantener el voto cautivo y los miles de empleos, a la sombra del poder, de muchos compañeros. Si el PP gana en Andaucía, el mayor paraíso de la corrupción y el despilfarro, ya veremos lo que duran la disciplina y la unidad en el PSOE, ya seriamente tocadas.

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