sábado, 31 de diciembre de 2011

LA OBLIGACIÓN DEL GOBIERNO

El nuevo Gobierno del PP ya ha empezado a tomar algunas de las medidas que muchos nos temíamos. Rajoy, que no había dicho casi nada en la campaña electoral, ni tampoco en el discurso de investidura, ya había insinuado, sin embargo, sus intenciones con las promesas hechas a sus correligionarios europeos y en las declaraciones con la boca pequeña que siempre apuntaban en el mismo sentido, castigar a los trabajadores, a los pensionistas, a los jóvenes, etc, en fin, siempre a los mas desfavorecidos.
El presidente del Gobierno había dicho que subiría las pensiones, pero ha mentido, pues el incremento anunciado de un 1%, con una inflación interanual que se prevé entre el 1,5% y el 2% significa, por la cuenta de la vieja, una pérdida de, como mínimo, medio punto en el poder adquisitivo de los jubilados. Otro tanto pasa con los salarios de los funcionarios que se congelan, es decir, perderán el diferencial con la inflación del año que viene mas el 5% que les rebajó zapatero mas la inflación del año que termina, otro 2,4 %. Este es un sector de trabajadores donde tanto socialistas como populares se han cebado.
También mintió Rajoy cuando dijo que no subiría los impuestos y los sube precisamente a los asalariados, a los que cobran por nómina y no pueden defraudar a la Hacienda Pública, con una subida generalizada del IRPF, eso sí, escalonada, que grava mas a los que mas ganan.
El Gobierno se disculpa argumentando que el déficit real está en torno al 8% y que para poder cumplir con lo que nos exige Europa no tiene mas remedio que darnos aceite de ricino y hacer lo contrario de lo que nos decían hasta ayer. Esto me recuerda un chiste que me contó una buena amiga hace años: un elefante y una hormiga se presentaron ante el cura para pedir que los casara y cuando el sacerdote les hizo ver que no hacían buena pareja, la hormiga, con cara pudorosa, dijo: "padre, es que estamos obligados", eso mismo hizo el viernes 30 de diciembre la vicepresidenta y portavoz del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría.
Las medidas tomadas por el nuevo Ejecutivo solo van en la dirección de obtener dinero vaciando los bolsillos de trabajadores, pensionistas, comerciantes y pequeños y medianos empresarios. Unos volverán a perder poder adquisitivo (no olvidemos que ese fue precisamente el detonante de la crisis) y otros no tendrán a quien vender los productos que fabrican o comercializan. Porque la reacción lógica de los trabajadores y jubilados va a ser subirse el salario o la pensión por su cuenta, recortando todo tipo de gastos de la economía familiar. El problema es que ya estamos llegando al punto que millones de ciudadanos ya no cobran ni siquiera para alimentarse.
También nos han mentido, como hicieron Gobiernos anteriores, al decirnos que se van a meter con la economía sumergida y el fraude fiscal, aumentando las inspecciones. Usted, Sr. Rajoy, con media docena de inspectores de Hacienda y una Ley de Delitos Sociales, que contemple graves penas para los defraudadores, podría acabar en 48 horas con los que nos roban a todos, estamos hablando del 23% de PIB, unos 300.000 millones de euros al año, mas que suficiente para cuadrar el déficit y vivir todos en la abundancia. Pero para este Gobierno es mejor congelar el Salario Mínimo Interprofesional, cuya cuantía es la mitad de la media Europea.
Rajoy no traía nada nuevo en las alforjas, continúa las mismas políticas suicidas que empezó el Gobierno de Zapatero, que solo conseguirán llevar a la sociedad a un callejón sin salida donde el estallido social está asegurado.
El Gobierno no está obligado a hacer esta clase de políticas, es su opción, y los que se apunten y aplaudan estas draconianas, imprudentes e injustas medidas también serán responsables de sus dramáticas consecuencias.

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